viernes, 13 de enero de 2012

La fotografía de ETA, el retrato de España. Y un órdago a juego (sucio)

El plan se está cumpliendo con matemática precisión. Los terroristas son ahora los pacifistas, los asesinos son ahora las víctimas y las víctimas son ahora los indeseables que van a dar al traste con la pacificación. La hoja de ruta que Batasuna trazó hace siete años en el velódromo de Anoeta y que el hombre de paz Otegui voceó al mundo gracias al megáfono de Odón Elorza, se está siguiendo paso a paso, logro a logro. Primero la negociación, luego las treguas trampa y la legalización política, después la internacionalización del conflicto, más legalización política (ahora en el Congreso) y, una vez alcanzado el poder, el dinero, y la legitimación, el paso definitivo, el órdago final. “Todas a juego”. A juego sucio, se entiende.

Sí, ahora nos quieren vender que Arnaldo Otegui es Nelson Mandela, con su número de preso político tatuado en el corazón abertzale y su numerito archiensayado de hombre de paz necesario y suficiente para la resolución del conflicto. No sé si es cierta la broma macabra del Premio Nobel; no me extrañaría, conociendo el percal (el nuestro y el sueco). Lo que sí es más que probable es que Otegui (el ‘Gordo’ en sus tiempos de ETA), se postule para lendakari en las muy próximas elecciones vascas. Y cabe la posibilidad de que gane. Sin previo arrepentimiento ni cargo de conciencia alguno; sin ceder un milímetro de sus postulados y objetivos. Hacia eso vamos. Los del PNV, que han estado alimentando a la bestia durante 30 años, están que no se lo creen; y rabian pensando que acabarán siendo fagocitados por su monstruo de Frankenstein (“Yo te creé ¿y así me lo pagas?” “Ah, haber elegido muerte…”). Bildu y Amaiur se están merendando al PNV por la diestra y la siniestra, aliados con IU/EB, los verdes, los sindicatos y la amatxo que los parió a todos. Y el PSE, de la mano de Patxi y Txusito, ahí anda, helando la sangre a la madre de Pagaza y a todos nosotros; jugando este siniestro mus de pareja con Otegui, con pares y juego, pero sin dignidad.

¿Y enfrente, qué tenemos? Un Partido Popular en progresiva decadencia (moral y electoral) que ya no sabe si está en contra, a favor, en las antípodas o equidistante. Totalmente desnortado, vamos. Será el miedo a que los llamen fascistas por defender a las víctimas; paradójico, después de haber sufrido en sus carnes la mordida de la serpiente tantas veces y tantas veces aguantando el veneno sin desfallecer. Aunque no sin fallecer. Y las pocas voces discordantes que aún respetaban y defendían sus principios han sido acalladas y exiliadas (la última voz, la de Santi Abascal), no sea que crispen el ambiente de resolución del conflicto y la jodamos. 

Mientras, las víctimas sufren, y lloran, y rabian; de pura injusticia, porque ahora son ellas las malas. Sus voces tampoco se escuchan y sus movilizaciones transcurren entre pobres cifras de asistencia y vergonzosas ausencias. “Voces Contra el Terrorismo es más terrorista que ETA. Triste realidad” han dejado en el blog de la asociación. Esta es la idea, que ETA ha cambiado y ahora es amable y simpática, entrañable, y que los antipáticos sin entrañas son las asociaciones de víctimas, que no hacen más que protestar y acordarse de sus muertos, los muy quejicas. ¡Hay que mirar al futuro! ¿O es que no se enteran? Con lo bien que nos llevamos ahora todos, ¡cagoensós!

Lo dijo la portavoz batasuna, una tal Mariví Ugarteburu, el pasado sábado en la mega manifestación abertzale de Bilbao, que pidió a los gobiernos español y francés que "observen con atención la fotografía" de la manifestación en favor de los presos y "se muevan dando pasos" para "afianzar el camino hacia la normalización democrática de este país". Exigió además que “los presos políticos vascos deben volver a Euskadi dueños de todos sus derechos” y reclamó a Rajoy que “mire bien la fotografía de la manifestación”.
Pues vale, a pesar de la innegable multitud asistente (incluido el inagotable Willy Toledo, que ya no sabe qué hacer para salir en la tele) y lo bonita que quedó esa fotografía a la que tanto alude Mariví, yo le recomiendo a Rajoy, a Fernández Díaz, a Basagoiti, a Oyarzábal y demás cúpula pepera, vasca o nacional, que eche un vistazo a esas otras fotografías que están grabadas a sangre, fuego y goma-dos en las mentes y los corazones de las víctimas; y que no las olviden. Incluyendo las fotografías de Gregorio Ordóñez, de Miguel Ángel Blanco o de Ortega Lara, por poner tres ejemplos, así, a bote pronto.
Y, ya puestos, si quieren echar un vistazo a otra fotografía, menos sangrienta pero igualmente infame, aquí les dejo un trocito del artículo que escribí el 4 de diciembre de 2008, un día después del asesinato del empresario Ignacio Uría y la partida de cartas que sus compañeros continuaron aún con su cuerpo caliente y su sangre derramada sobre la acera. ¿Se acuerdan?

«Ayer asesinaron a Inaxio Uría. Otro más en la lista de la serpiente, recién descabezada y recién recabezada. Y sus compañeros de tute, sus amigos, su cuadrilla, mientras la manguera borraba los restos de sangre de la acera, sentaron a otro en su silla y reanudaron la partida. Y hoy, el PNV se rasgará las vestiduras mientras mantiene a ANV en cientos de ayuntamientos y exclamará “¡Han matado a uno de los nuestros!”, pensando que los otros casi mil no lo eran; y EA se rasgará las vestiduras, e intentará negar durante unas horas a su mesías terrorista, del que siempre ha sido fiel apóstol; y el PSE se rasgará las vestiduras y Eguiguren, el dialogante, buscará resquicios negociadores olisqueando el aire nauseabundo del miedo de unos y del “ansia infinita de paz” de otros; y el PP se rasgará las vestiduras y, tal vez, recuerde a María San Gil mientras trata de hacerse más simpático, más amable, más amigo de una parte de la sociedad vasca que sólo quiere verlo muerto. De un tiro en la nuca. Y la Patronal vasca se rasgará las vestiduras mientras, a escondidas, preparan la bolsa para conservar la vida. Y durante 24 horas se guardarán minutos de silencio, y se votarán mociones y se rendirán homenajes, y todos los partidos “democráticos” se unirán y condenarán el cruel atentado, mientras la serpiente se revuelve de risa y odio.
Y mañana, la sociedad vasca (no toda, pero sí mucha), volverá a la normalidad, a su rutina, a su cobardía, a su indolencia (cruel enfermedad, la de ETA, que mata los sentimientos). Y se sentará en su mesa del bar, pedirá un pacharán, encenderá un farias y seguirá su partida de tute o de mus, qué más da, mientras el cadáver de Inaxio aún no se ha enfriado del todo.
“Corto el mus”, “paso”, “paso”, “paso”… “se fue.”»


Pues en esto estamos, señor Rajoy. La partida sigue. Otegui es mano y tiene treinta y una. Y nos ha metido órdago a juego (sucio). Si lo vemos, habremos perdido la partida definitivamente; y de paso, la dignidad. Si aguantamos, aún podemos ganar. En sus manos están las dos opciones, las dos fotografías; usted decide cuál es la ‘foto finish’.


1 comentario:

Marcelino dijo...

Estupendo artículo, tan sagaz como los que sueles hacer.