miércoles, 24 de septiembre de 2008

Échame a mí la culppa de lo que ppase

Pues ahora resulta que todo es problema de los de siempre. Y concretamente, del de siempre. Ya me extrañaba a mí. La crisis, el paro, el hundimiento inmobiliario, el hundimiento de nuestro prestigio internacional, el fracaso de la negociación (unilateralmente decidida) con ETA, los últimos atentados, el último asesinado, los desacuerdos egoístas con Montilla, los ataques a nuestras tropas en la no-guerra de Afganistán, los terroristas suicidas de Pakistán, el accidente de Spanair y hasta los injustos e injustificados abucheos al pobre Pepiño en el funeral por el último brigada asesinado por el odio etarra (“¡más mano dura y menos caradura!” le gritaban a Pepiño, ¡pobre!); y si me apuran, también el affaire Robinho, que se ha largado de un club tan facha y centralista como el Madrid para aterrizar en un equipo gobernado por un imán, un sultán o algo así, que es mucho más islamista y más guai. Sí, sí, no cabe la menor duda: la culpa es del PP y, sobre todo, de Aznar. Tan de Aznar como los atentados del 11-M, ésos tan originales de los suicidas a posteriori; tan de Aznar como la nueva guerra santa de Bush (y otros 40 países); tan de Aznar como los exabruptos mentales de Chavez; tan de Aznar como la muerte de Chanquete, la caída del muro y el crack del 29, si me apuran.
Sí, sí, lo ha dicho Z: la culpa de todo la tienen los neocón, «esos políticos que surgieron tras la elección de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos, a los que tanto han aplaudido Aznar y Rajoy». Análisis profundo de la situación económica mundial. Y todo, cuando el amiguete Solbes, el que se suponía ministro más serio de Z (incluso el único serio), va y suelta eso de «es la peor crisis desde que tengo uso de razón»*. ¡A buenas horas mangas rojas! Si ya lo decía él, lleva años diciéndolo, avisándolo, previéndolo, adivinándolo; y si no hemos hecho caso de sus sabias y acertadas predicciones es porque el PP las tergiversaba maliciosamente. ¡PP malo!

En fin, está claro que la vida a veces es como un chiste. Y con estos energúmenos, desgraciadamente, lo es casi siempre; un mal chiste además. Éste que viene a continuación, en cambio, es un buen chiste… y una desgraciada realidad:

Un hombre camina por un pueblecito, cuando de pronto se da cuenta de que tiene un globo aerostático flotando sobre su cabeza. En la canasta hay un señor, que le hace señas desesperado. El piloto del globo logra que el aparato descienda un poco y le grita:
—Disculpe ¿podría ayudarme? Prometí a un amigo que me encontraría con él a las dos de la tarde, pero ya son las dos y media, y no sé dónde estoy.
El transeúnte, con mucha cortesía le responde:
—¡Claro que puedo ayudarle! Usted se encuentra en un globo de aire caliente, flotando a unos 10 metros de altitud sobre esta calle. Está a cuarenta grados de Latitud Norte y a cincuenta y ocho grados de Longitud Oeste.
El aeronauta escucha con atención, y después le pregunta con una sonrisa:
—¿Amigo, es usted del PP?
—Sí señor, para servirle; pero ¿cómo lo supo?
—Porque todo lo que usted me ha dicho es técnicamente correcto, pero esa información no me sirve de nada, y sigo perdido.
El hombre del PP se queda callado a su vez, y al final pregunta al del globo:
—¿Usted no será por casualidad del PSOE?
—Si, soy socialista. ¿Cómo lo ha averiguado?
—¡Ah! Muy fácil: mire, usted no sabe ni dónde está, ni hacia dónde va. Hizo una promesa que no tiene ni idea de cómo cumplir, y espera que otro le resuelva el problema. Está exactamente tan perdido como antes de preguntarme. Pero ahora, por algún extraño motivo, resulta que la culpa es mía.

Pues eso, lo de siempre. Que Z y sus colegas son más expertos en quitarse culpas que mi hija de 2 años en echárselas a sus hermanos. Por cierto, si al final resulta que Obama no gana las elecciones, ¿de quién sería la culpa: también de Aznar o del gafe de Z? ¡Ay, qué disgusto, Bardem!


(*) Tras esta sorprendente afirmación solbiana, me surge una pregunta: ¿Desde hace cuánto tiene uso de razón Solbes, si es que lo tiene? ¿Años, días, horas…?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Cómo se dice bobo?


¿Cómo se dice bobo en catalán?

Porque hay que ser bobo (y boba) para entonar Els Segadors en la Diada Nacional de Catalunya, con tanta emoción como falta de convencimiento, ante la tumba de un falso héroe nacionalista mientras los hijos de ese falso héroe nacionalista te llaman de todo menos guapo (y guapa) y queman la bandera de tu país o Estado y el retrato de tus reyes (y tú callas y no dices nada porque estás cantando Els Segadors). Y todo para hacerte más simpático ante unos seres a los que sólo les vas a caer mejor si estás muerto (y ni por ésas). Ya puestos, señora Sánchez Camacho (¡ay, ese apellido charnego…!), podíamos cambiar el nombre del partido y en lugar de pepé llamarlo pep, como Guardiola. Igual así…

¿Cómo se dice bobo en batúa?
Porque para bobos, el cada vez más payaso, más iluminado y más extraterrestre Ibarreche y sus planes a todo plan (Europa debe estar partida de risa). Y empatados a bobo, los que aún piensan que hay dos peneuves, uno radical y otro moderado, uno loco y otro cuerdo, uno ETA asesina y otro ETA dialogante, uno Iribar y otro Urkullu… No, no, no. El PNV es uno y trino, lo mismito con diferente cara según convenga, desde siempre jamás; y sin careta tiempo ha, desde Lizarra/Estella o así. Lo mismito que la dialogante ETA, que ayer intentó volar a un policía (que fallara la bomba no quita ni un ápice la intención asesina)

¿Cómo se dice bobo en charnego?
Porque la que están liando los amiguetes Z y Montilla a costa de la financiación, la (falsa) solidaridad interterritorial, los cupos, los treses por ciento, los menosprecios y los complejos de superioritat... Y menos mal que son amiguetes, que si no, uno pensaría que Montilla, colocado a dedo y a traición por su amiguete Z, puesto a elegir entre Dios y el César ha elegido al César, que es más mundano pero es el que tiene las monedas; o sea, que muerdo la mano que me da de comer o el dedo que me dio el poder sin pestañear (y perdón por la eñe), que para eso he hecho un curso intensivo de catalán, en lengua y alma.

¿Cómo se dice bobo en guaraní?
Porque bobo, bobo, el gorila rojo, que en vez de gorila habría que llamarlo bonobo. Bobo y peligroso. Pura demagogia estúpida e incendiaria, que puede acabar en guerra regional cualquier día de éstos, sólo por joder a Bush. Puede que sea lo que quiere, el bonobo de él. Hundir un poquito más a su pueblo y a los de sus colegas de la zona con la excusa yanqui. El diplomático y democrático amiguete americano del prestigioso estadista Z: Dios los cría y Bush los junta.

¿Cómo se dice boba en Sorayés?
Porque con la que está cayendo en el campo del Gobierno (crisis, aborto/eutanasia, paro, EpC, financiación…), hay que tener pocas miras para resumir la totalidad de la caótica situación que padecemos en un titular tan… tan… ¡tan bobo! como el que nos regaló la portavoz: ¡nada menos que “Rodríguez Menéndez”! Querida Soraya, deja las demagogias y las simplezas para los expertos, que son ellos, y di algo serio, por Dios, que para eso te pagan. Y si pretendías ser ingeniosa, en fin, dejémoslo ahí.

¿Cómo se dice bobo en garzonés?
¡Pues como su propio nombre indica: Garzón! Son sinónimos. Ya lo cantaban Radio Futura: «Eres tonto Garzón, y no tienes elección». Lo realmente preocupante del juez Garzón no es que sea bobo, es que sea juez. Juez justiciero, mamporrero y florero, que casi riman con ego.
(Ahora que lo pienso, lo que sí rima con ‘ego’ es borrego). Y el bobo, dale que dale levantando tumbas parciales y elevando cortinas de humo; y nosotros mira que mira hacia allí... como borregos.

¿Cómo se dice bobo en Marianés?
Y es que hay que ser rematadamente pichón para soltar una frase como la que acaba de soltar el autoproclamado jefe de la oposición: eso se llama maná caído del cielo para el enemigo. Y si han malinterpretado sus palabras, es que no las ha dicho lo nítidas que las tenía que haber dicho. ¡Basta ya de ironías, de jueguecitos de palabras estilo gallego y de digo lo que no digo pero lo digo porque no lo digo. Si quieres decir algo ¡dilo, coño! Y bien clarito. Para tontos. Y luego lo repites. Y otra vez. Que la gente se entere, que parece que nos da vergüenza hablar claro por si acaso se ve lo que pensamos.

¿Cómo se dice bobo en turco?
Cuando por fin creíamos todos que se había acabado la bobada infinita (y carísima) de la Alianza de Civilizaciones, va el amigo Z y se apunta al ramadán turco de la mano de su colega Erdogán, el laico. ¡Que viva la laicidad! ¿Será porque el ramadán es una cosa cultural? Porque, claro, no va a ser algo religioso ¿no? Y por cierto, ¿sabe el bobo solemne que no puede picar entre horas, ni comida ni lo otro, desde el alba hasta la puesta del sol? Y lo que es más importante ¿lo sabe su señora?

¿Cómo se dice bobo en cenutrio?
O en pepiñés, que viene a ser lo mismo. Porque al amigo Pepiño, alias P, en estos lances no le gana nadie. Pero nadie. Coge cualquier frase, cualquier palabra, incluso cualquier letra, la retuerce como plastilina, la moldea con precisión de alumno de guardería y la convierte en cualquier cosa que no tenga nada que ver con lo que se ha dicho en origen; da igual lo absurdo de la conversión. Para él es una verdad irrefutable y, lo que es peor, se la cree a pies juntillas. Como un infante sus propias mentiras (infante de infantil, no me malinterpreten). Pero bueno, para eso le pagan; y el pobrecillo no ha estudiado. No da más de sí. ¡Y mira que si al final es verdad que lo hacen ministro…! (¡Glups!).

lunes, 8 de septiembre de 2008

¿Hipócrita? ¡Y a mucha honra!

El señor Rodríguez, alias Zapatero, alias Z, alias Mister Paz, de profesión iluminado y en sus horas libres presidente del gobierno paritario de mi país, alias Ezpaña, me ha llamado HIPÓCRITA. Sí, a mí, que no soy nada, que no soy nadie; a mí y a otros millones de personas, de derechas, de izquierdas, de centro, de arriba, de abajo, de aquí, de allá y de donde sea, qué mas da, que tampoco son nada ni son nadie, porque su opinión no existe, para qué, si no es buena ni progre ni aceptable. Y me ha llamado, nos ha llamado hipócritas por el simple hecho de no estar de acuerdo con el aborto, ese pragmático invento social que consiste en desembarazarse de un problema llamado hijo o hija por medio del sencillo método de acabar con su vida antes de que vea la luz (ojos que no ven...). Cosa ésta de la vida del no nacido, dicho sea de paso, que defiende nuestra tan cacareada Constitución: “la vida del nasciturus, en cuanto éste encarna un valor fundamental —la vida humana— garantizada en el artículo 15 de la Constitución, constituye un bien jurídico cuya protección encuentra en dicho precepto fundamento constitucional” (sentencia 53/1985 del tribunal Constitucional). O sea, que matar una vida humana es malo, y además, delito; haya visto o no esa vida la luz del sol. Si defender eso es ser hipócrita, gracias por el halago, señor presidente. Y si de bien nacidos es ser agradecidos (para lo que primero hay que nacer, claro), le devuelvo el halago multiplicado, como usted se merece, porque no hay nadie, nadie, más hipócrita que usted, señor presidente. Y repito: nadie. Dicho sea como un halago, faltaría más. Y para redondear el halago, me he tomado la molestia de recopilar algunas muestras de la hipocresía infinita que adornan su magnética y sonriente personalidad:

Hipócrita es sonreír a las víctimas del terrorismo y negociar a sus espaldas con quienes las mataron, secuestraron y mutilaron; es negar en el Congreso, a la luz de los micrófonos y las cámaras, lo que hace a escondidas, en la oscuridad de las cloacas; es promover la Ley de Partidos y al mismo tiempo comenzar a dinamitarla; es llamar a Otegui “hombre de paz”, o no permitir que el asesino De Juana se mate a sí mismo según su propia voluntad y defender al doctor Montes por matar a personas inocentes contra su voluntad.

Hipócrita es llamar asesino a Bush y Aznar y demócratas a Castro y Chavez; es llenarse la boca con Irak y callar como un perro con Afganistán, Chechenia, China, Georgia...
Hipócrita es presumir de democracia y tratar de aplicar el cinturón sanitario a la Oposición, de amordazarla como sea, incluyendo asalto a sus sedes, agresiones a sus dirigentes o detención de sus militantes.

Hipócrita es presumir de feminista y progre y mostrar su harén de ministras posando para el Vogue, envueltas en pieles de animales muertos (¡horror!); o enviar a una ministra embarazada de 7 meses a una guerra por pura imagen; o presumir de fifty fifty en el gobierno pero ocultar el 80/20 del resto de secretarías, vicesecretarías, asesores y demás altos cargos.

Hipócrita es negar la crisis a todos los españoles durante más de un año; es prometer pensiones, trabajo, bienestar, política social y generar paro y paro y paro. Es engañar miserablemente sin preocuparse de la miseria que pueda generar el engaño.
Es pedir austeridad y aumentar un 15% el número de asesores de confianza (¡que ya son 600!); o aumentar el sueldo 3.000€ al mes (¡al mes!) al padre de la ministra Aído y otros cargos de la Diputación de Cádiz.

Hipócrita es dejar a media España sin agua sólo porque el plan lo había diseñado el odiado partido de la oposición. Es acusar de crispar a quien hace oposición (y tiene la obligación moral y política de hacerlo) y reír la gracia a los extremistas que insultan a los españoles, o queman banderas y retratos del Rey.

Hipócrita es abanderar el cambio climático porque está de moda y, por ejemplo, mantener el coche oficial encendido durante horas en el parking de la playa (Gerra, Cantabria) para que el señor ministro Bermejo no se nos sofoque por el calor al volver a casa. Es dejar a miles de personas sin hogar por la ley de costas y levantarse un ático a unos metros de la playa (Pepiño).

Hipócrita es abanderar la Alianza de Civilizaciones en el exterior y volver a enfrentar a las dos Españas en casa. Es presumir de liderazgo internacional (“la champion lig”) y ser el hazmerreír del mundo mundial (eso cuando nos hacen caso).

Hipócrita es clamar por la libertad de pensamiento y tratar de imponer su doctrina a los niños; es regalar derechos a una minoría y negárselos a millones; es hablar de libertad religiosa y atacar incansablemente a los católicos por el simple hecho de serlo.

Hipócrita es llenarse la boca con la palabra VIDA y promover la MUERTE, más o menos sutil, de ancianos, enfermos y niños. Es defender con más ahínco un huevo de águila real que un feto, los derechos humanos de los grandes simios que los de los seres humanos más pequeños. Es anteponer el “derecho a la salud reproductiva de la madre” al derecho a la vida del niño; y encima ofrecerlo como “única solución” cuando los españoles tenemos que adoptar 23.000 niños al año en el extranjero.

Hipócrita es no llevar la nueva Ley del Aborto en el programa electoral y sacarla a la palestra unos meses después por pura conveniencia. Es utilizarla como paradigma de la progresía, de la modernidad, de los avances sociales y, lo que es mucho más hipócrita, de los derechos humanos. Y quien no esté de acuerdo es un cavernícola, un fascista, un represor, un inquisidor, un ultra, un asesino... y un hipócrita.

Pues eso, Mister Paz, que si por defender la vida de los que aún no han nacido soy un hipócrita, sea, ¡y a mucha honra! Ojalá usted pudiera afirmar lo mismo de sus múltiples y dañinas hipocresías.

martes, 2 de septiembre de 2008

Carta rendida a María Antonia Iglesias


Querida, admirada y respetada María Antonia (¿puedo llamarte Mari Toni?), te escribo estas emotivas líneas para mostrarte mi más sincera solidaridad con tu persona, tan injustamente vilipendiada por la derechona extrema y pendenciera. No es justo que digan de ti que eres prepotente, intolerante, jacobina, zafia, mamporrera, mezquina y maleducada, cuando todo el mundo sabe que eres dulce, educada, sutil, ecuánime, independiente, amable y divertida como la que más. Y quien diga lo contrario miente como un bellaco.


Tampoco entiendo cómo pueden tacharte de insensible con las víctimas del terrorismo, sólo porque achacaste las críticas que hizo Marimar Blanco al presidente Z y el dolor que sentía por su negociación con ETA a que Mari Mar es del PP. ¡Insensibles son los que te critican! Y seguro que te llamaron de todo menos guapa cuando afirmaste, demostrando una vez más tu inmenso talante democrático, que «Batasuna debe participar en las elecciones porque es dejar sin voz a medio millón de vascos». Puede que hasta te llamaran traidora, falsa y exagerada por regalar 300.000 votos extra a los demócratas etarras y por asegurar, fiel a tus inquebrantables principios democráticos, que era «una imbecilidad» no estar de acuerdo con tus posiciones. ¡Ay, qué injustamente se porta la vida contigo, mi pobre Mari Toni!


Ni puedo aceptar tu fama de resentida integrista del progre-republicanismo más progre-republicano que te achacaron tus enemigos fascistas cuando afirmaste, con todo el sentido común e histórico, que el Desfile de la Fuerzas Armadas del Día de la Hispanidad era «partidista porque sólo desfiló la bandera bicolor representando a España y no la tricolor republicana», pues «la bandera bicolor es cosa de Franco y excluye a los españoles derrotados en la guerra civil». Seguro que además te tacharon de estúpida, ignorante y maniquea. ¡Con la pedazo de memoria histórica que tienes tú, que has vivido in situ la historia de España desde que nació, por lo menos!


Pero lo que más me repatea es que te califiquen de sectaria sólo porque llames fascista a todo el que no comulga con tu siempre acertado criterio o a los votantes/simpatizantes/ militantes del PP sólo porque lo sean o porque defiendas el democrático cordón sanitario de Lupi o porque justificaras las democráticas agresiones a las sedes del PP afirmando (con toda razón) que eran ellos quienes las provocaban. Si son unos fascistas de mierda y unos fachas y unos asesinos, ¿por qué no se lo vas a llamar? ¿Es que no hay libertad de expresión o qué? Y si en las tertulias televisivas interrumpes continuamente a todo el que cuestione las tesis oficiales de tu jefe oficial, es porque no merecen hablar. Y punto en boca. Y además lo haces con tal elegancia, gracejo y sutileza que no se te puede ni reprochar la (presunta) falta de educación. ¡Pero si los interrumpidos quedan incluso agradecidos por tus inteligentes a la par que elocuentes multi-interrupciones! (y si se quejan, es que son unos antidemócratas mercenarios de la extrema derecha). Y quien ose decir que segregas bilis en cada palabra y supuras odio en cada argumento es un mentiroso, un exagerado, un asqueroso y está corroído por la envidia más envidiosa y fea (con perdón).


Y ya me sublevo y me revelo y me revuelvo, mi querida Mari Toni, cuando cuestionan tu ejemplar profesionalidad, tu imparcialidad, tu independencia, ¡tus valores democráticos sin mácula! sólo porque fuiste directora de los servicios informativos de TVE en los años de la (presunta) corrupción, del (presunto) GAL y la (presunta) cal viva, de los (presuntos) fondos reservados y demás presunciones de la era González, tu idolatrado, tu bienamado. Y buena prueba de tus 100 años honradez (o más) es que cuando fuiste directora de la revista Interviú no abusaste de tu posición para salir en portada, haciendo también gala de tu modestia y de tu buen gusto y probablemente salvando alguna vida.


Y me cabreo y me indigno y me exacerbo cuando te comparan con el seboso monstruo Jabba el Hutt de la Guerra de las Galaxias o te llaman “albóndiga estalinista” o “albóndiga roja”. ¡Es que no lo puedo soportar! ¡Qué falta de educación, qué grosería infame, qué zafio comportamiento ante una gentil dama! ¡Mira que mezclar la comida con la política!


En fin, mi querida, admirada y respetada María Antonia Iglesias, nombre de reina desafortunada y apellido de casta vocación (aunque sé que tú nunca perderás la cabeza como la monárquico-fascista María Antonieta; y que tampoco ejerces la castidad, al menos voluntaria, como los curas de la COPE), sólo quiero añadir que estoy contigo, que te aprecio por lo que eres y por cómo eres, que te quiero por tus muchas virtudes y tus escasísimos defectos; y te prometo, con el corazón en la mano, que cada vez que te vea en las tertulias de la tele sonreiré con deleite, sólo por verte, sólo por escucharte. Y a los que no te comprenden, ¡que les den morcilla! Porque, ah, Mari Toni, ¿quién puede dudar de tu belleza interior? Si tú eres la prueba viviente de que LA CARA ES EL ESPEJO DEL ALMA.


Besos... bueno, abrazos... estooo, un saludo afectuoso

Tu rendido PP.


PD. Y dile a tu amigo y compañero Enric que sonría un poco, ¡hombre!, que da pena. No entiendo cómo puede tener esa cara de amargado perenne compartiendo bancada con tu bellísima persona.