viernes, 31 de octubre de 2008

En nombre de Pepiño


Una reflesión para el fin de semana. El asunto es grave, pues está en juego la dinidad de una persona, de un hombre honrado, valioso e inocente; de un ser humano ejemplar y perfetamente dotado para desempeñar su labor en la sociedad con total correción; es un líder en la sombra, el modesto protetor de nuestros derechos que se oculta tras la apariencia de la inetitud más ineta; no es un corruto ni un inorante como otros políticos de tres al cuarto que no tienen espetativas más allá de la política; no es un marrullero ni un provocador ni un crispador ni un demagogo profesional; no es amante de espetáculos disonantes y su capacidad dialética dota de un sinificado muy sinificativo sus pensamientos más profundos, que los tiene; es un hombre de palabra más que de ación, más de teoría que de prática… un inteletual, vamos. Es ojetivo y ecuánime y respetuoso y tolerante como el que más, y sabe dónde está la verdad y la reconoce y la aceta sin más, aunque esté en contra de sus conviciones; y si tiene que retificar, retifica sin mayor conflito. Su lema es “el conceto es el conceto y la dinidad es la dinidad” y de la misma forma que él lo aplica a sus aversarios, así esige que sus aversarios se lo apliquen a él. ¡Y con toda la razón del mundo, carallo!

Por eso, desde aquí, desde este modesto blog, quiero romper una lanza por tan insine y vilipendiado personaje, y organizar una defensa de su dinidad como persona y como político.

¿Y de quién estamos hablando, os preguntaréis, espetantes? Pues de Pepiño. Bueno, de Pepiño no, de José Blanco, que precisamente de eso trata toda esta reflesión. El caso es que Pepi… perdón, José Blanco no quiere que le llamen Pepiño. Lo que nosotros considerábamos un apodo cariñoso y afetivo él lo considera un insulto malintencionado y despetivo. Así lo dice él mismo en su blog: hay gente a la que le gusta recurrir «al uso despetivo de mi nombre pensando que me hieren» Y continúa «Nadie me llama Pepiño» salvo ellos y sus palmeros. «Sólo emplean el insulto» y lo hacen «siempre con la prepotencia del que se cree superior y, por ello, te mira por encima del hombro (…) Deben saber que provoca el efeto contrario entre los que, con independencia de sus ideas políticas, saben que utilizan el gallego y el diminutivo con el desprecio que siempre lo han hecho los señoritos en el casino provinciano». Y termina: «voy a seguir defendiendo firmemente mis ideas y criticando lo que me parezca mal con los argumentos que yo creo adecuados. Sin imitarles en el insulto. Y, por supuesto, tampoco me voy a amilanar. Al contrario, me animan más a denunciar con más fuerza a esa derecha rancia, indolente y trasnochada, que, en el fondo, ni ha creído nunca ni cree en España».

Pues eso. Que Pepiño no quiere ser más Pepiño, así que propongo abrir una encuesta para sustituir tan despetivo apelativo por otro más afetuoso, justo y descritivo. En plan así, mimoso, yo propongo dos: Blanquito y Topito. Enternecedores, ¿verdad?

Ahora os animo a colaborar con vuestras aportaciones para la causa. Para esta buena causa que, como todas las buenas causas, nos hará sentirnos maníficas personas.

miércoles, 29 de octubre de 2008

La codicia, el mal ejemplo y una sencilla lección

Nadie sabe muy bien dónde ha comenzado la pertinaz crisis financiera mundial que nos asola y nos desola; unos dicen que en Estados Unidos, otros que no necesariamente, los hay que afirman que ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario… el caso es que nadie tiene ni idea. Tampoco sabe nadie a ciencia cierta la causa o causas que la han producido, si las famosas subprimes, los activos tóxicos, los bonus multimillonarios, los colmillos vampíricos del atroz capitalismo o la fluctuación hiperbólica del mercado-badajo, por decir algo estrambótico. Hay opiniones para todo. Como las hay también para encontrar culpables con nombre y apellidos (señalados sin ambages por el dedo acusador de expertos analistas financieros tales como Pepiño): que si Greenspan, que si los neocón, que si Reagan, que si Bush, que si las Azores, que si el primo de Rajoy, que si… pues eso, quien se les ocurra en cada momento. Pero entre tanta incertidumbre económico financiera, entre tanta oscuridad densa, compleja y global, sí existe una certeza absolutamente incuestionable, cristalina y luminosa, sin el más mínimo atisbo de duda, y es QUÉ la ha provocado. La respuesta es tan simple e irrefutable que asusta: LA CODICIA. Sí, sí, como suena, la codicia. Incluso con mayúsculas, negrita y entre exclamaciones: ¡LA CODICIA! No nos engañemos, el culpable ha sido, como tantas veces y de tantas barbaridades a lo largo de la historia, la esencia más primaria del ser humano: la ambición, el ansia de poseer a cualquier precio moral, el afán por tener más que el vecino, la avidez imparable, el deseo permanentemente insatisfecho, las altísimas pretensiones y las aspiraciones inalcanzables, el vivir por encima de nosotros mismos aunque sea pasando por encima de los demás. Esos altos ejecutivos de sueldos muchimillonarios que llevan sus empresas a la ruina, esos sabios analistas financieros que pierden el dinero de sus confiados clientes (pero el suyo no), esos especuladores sin escrúpulos, esos vendedores de humo profesionales, esos empresarios del ladrillo forrados y blindados, esos timadores de parqué y blackberry, esa patulea de gobernantes corruptos y/o paletos… toda esa pandilla de inmorales son los culpables de encender la mecha de una bomba que ha estallado en sus narices y, de paso, ha volado nuestros sueños. Lo peor es que cuando salgan de ésta, probablemente rascando la calderilla que quede en nuestros bolsillos, no habrán aprendido la lección.

Pero en fin, la crisis está ahí, y de lo que quería hablar hoy no era de culpables ni de causas ni de consecuencias. Hoy me gustaría hablar de comportamientos. De reacciones ante la crisis. De quién se aprieta el cinturón y quién alarga los tirantes. De ejemplos reales, unos ejemplares y otros no.

Veamos:
• Medio centenar de altos cargos del PSOE en la Diputación de Almería cobran sustanciosos sueldos a cambio de no hacer trabajo alguno para la Diputación de Almería.
• El hermano de Carod-Rovira se embolsa 87.596,86 euros anuales como "embajador" de Cataluña en la bellísima y carísima París. Y siguen abriendo “embajadas”.
• El presidente Z aumenta su gasto de personal hasta los 28,28 millones de euros, para mantener a sus 644 asesores; destina 355.360 euros a «Gastos de Palacio»; gastará 806.000 en luz (60% más que el último año de Aznar, por ejemplo) y 552.660 euros en «Reuniones, conferencias y cursos». Y aún ignoramos cuánto en resucitar su Alianza de Civilizaciones.
• Benach, el elegant president del parlament pretendía tunear su coche oficial de 110.000 euros por valor de 20.000 euros más, tele de plasma incluida.
• Touriño el suevo gasta 2 millones de Euros en redecorarse el despacho y sus dependencias, al que va (cuando va) en su cocheciño fantástico de 480.000 euros.
• El secretario general de UGT, Cándido Méndez, alza su voz acusatoria en la cruzada antifranquista de Garzón y calla como un bellaco ante los 806.000 nuevos desempleados que se agolpan en la cola de la desesperación.
• EL Ayuntamiento de Madrid (el más endeudado de España) sube el sueldo de 103 altos cargos un 11,7%; y la Comunidad de mi admirada Espe se gasta una absurda millonada en preinaugurar los faraónicos Teatros del Canal.
• El lehendakari extraterretre paga al dios de la ecología Al Gore 200.000 euros para que cuente a 100 privilegiados que hoy hace calor y mañana no tengo ni idea, pero por si acaso tú saca el abanico que yo me enchufo el aire acondicionado.

Y podríamos alargarnos hasta el infinito y más allá con ejemplos del mal ejemplo que nos dan nuestros cargos con ínfulas de no se sabe qué. Pero prefiero contar ahora el buen ejemplo, el ejemplo ejemplar del que todos deberíamos sacar una buena lección, y aplicarla (que para eso sirven las lecciones). Se trata de una historia real, y conmovedora en su sencillez, que relató hace unas semanas mi amigo Miguel Aranguren en la revista Telva, y que yo ahora tomo prestada con su venia: «Una señora se quedó viuda con ocho hijos antes de que naciera el noveno. Además del dolor por la pérdida de su marido, a aquella familia numerosa se le unía el temor de una economía tambaleante. Entonces sus amigos se movilizaron: unos abrieron una cuenta corriente para la viuda, otros se encargaron de las necesidades de los más pequeños y otros realizaron algunas compras. Cuando llegaban esos pedidos del supermercado como dádivas del buen Papá Noel, nuestra amiga los dividía (un tarro de mermelada aquí, otro tarro de mermelada allá) y enviaba a sus hijos con la mitad de las provisiones a la puerta de una vecina que pasaba también por dificultades». Sencillamente.

Ahora, la elección depende de cada uno de nosotros. Podemos seguir mirándonos el ombligo de nuestra egoísta ambición o podemos pensar que siempre hay alguien que lo está pasando peor. Podemos seguir gastando lo que no tenemos en tunear nuestra sobrevalorada vida o podemos hartarnos de derrochar el único valor que nunca se gasta: la caridad. Que se lo pregunten, por ejemplo, a Cáritas y a los cientos de nuevos “clientes pudientes” de sus comedores benéficos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Bienvenido, Mister Paz. Divertidísima novela y tristísima realidad.



Debido a la cantidad de nuevos lectores de este modesto blog, que por nuevos ignoran el origen de Mister Paz, y a la curiosidad de los oyentes del programa “Los últimos de Filipinas” de Radio Intereconomía, en el que ayer participó el autor, me voy a permitir hacer una breve reseña del asunto. “Bienvenido, Mister Paz. Una crónica mordaz sobre la salvación de la Humanidaz” es una novela satírica que trata de las surrealistas andanzas de tres personajes —Z, P y Tino— que recorren el mundo con un objetivo: conseguir el Premio Nobel de la Paz vendiendo su teoría de la Alianza de Civilizaciones.

Los protagonistas:
· El iluminado Z
(antes llamado Rodríguez), una especie de nuevo mesías laico, ingenuo, ridículo y eternamente sonriente, que ha venido al mundo para salvarlo de la maldaz humana y llenarlo con sus ansias infinitas de paz.

· P (antes llamado Pepiño), un político manipulador, ambicioso, siempre malencarado y con ojitos de topillo estreñido, que encuentra en Z una marioneta con la que lograr sus ansias infinitas de poder.
· Y Tino (antes llamado Moratinos), un diplomático pacifista de vocación y débil de carácter, tan glotón como pichón, que aporta su infinita experiencia internacional al servicio de la causa.

La historia: Juntos, Z, P y Tino, inician una gira mundial para transmitir su mensaje de paz, hermandaz y solidaridaz entre los pueblos a todos los rincones del planeta; y de paso, alcanzar el Premio Nobel de la Paz. Los tres camaradas viven increíbles aventuras, que les llevarán por los más insospechados derroteros: en Jerusalén se infiltrarán en la intifada y confundirán el Muro de las Lamentaciones con el del Apartheid, se enfrentarán a enfurecidos melómanos berlineses y a populistas gorilas latinos, serán perseguidos por los indios Séneca en pleno Central Park, sufrirán las amenazas de ecologistas mafiosos, se hundirán en procelosas aguas cantábricas y emularán a los grandes luchadores por la paz, de Gandhi a Yoko Ono.

Los cameos: Al Gore (el ecomafioso Al), Zerolo (un camarero gay de nombre Zero), el ministro Alonso (Alonsete, compañero de pupitre de Z), Sonsoles Espinosa (la “megasoprano”, mujer de Z), Suso de Toro (Susete, biógrafo en ciernes), Bush (as himself) y el propio autor de la novela (al más puro estilo Hitchcock) son algunos de los personajes famosos que aperecen en el libro y que lo enriquecen con su presencia (real y ficticia).

La crítica: Una sátira hilarante y disparatada, rebosante de ácida ironía, que mezcla hábilmente la realidad y la ficción, sucesos verídicos aunque parezcan increíbles y situaciones surrealistas que podrían ser verdad; y todo salpicado de frases, comentarios y discursos auténticos, absolutamente ciertos (por desgracia), que han sido transcritos literalmente, tal como salieron de labios de los personajes reales en los que se basa la historia.

La promesa: Sonrisas y lágrimas. O mejor dicho, carcajadas y llanto. Carcajadas porque es una novela esencialmente de humor, divertida y llena de situaciones de lo más surrealistas. Llanto porque, al recordar que la historia está basada en personajes y sucesos reales, no podemos evitar una profunda e impotente sensación de zozobra.

La película: Desgraciada e incomprensiblemente el autor no ha recibido ni un euro de subvención oficial, ni del Ministerio de Cultura ni del de Bombillas e Innovación ni del de Memoria Histórica ni del de Paridas ni de ningún otro. Así que, a la espera de una llamada de Hollywood o de Bollywood, primero toca leerse el libro.

La Distribución: Debido a la falta de subvenciones antes mencionada, la distribución de esta novela es un poco limitada, aunque muy cómoda. Pueden adquirirla en las siguientes librerías de Madrid: Diálogo (Serrano esq. Diego de León), Troa-Neblí (Serrano, 80; Avda. Europa, 25, Pozuelo), Librería Castellana 45 y Librería Farinelli (La Granja de San Ildefonso), entre otras.

Y también pueden reservar sus ejemplares, desde Madrid o cualquier otro lugar de España, en el email pedidomisterpaz@hotmail.com (envío gratuito)

Nada más, sólo espero que disfruten de una agradable lectura y que se rían más que lloren. Y, por favor, nunca olviden que mucho de lo que se relata en esta novela ha sido real como la vida misma. Para nuestra desgracia.


Nota:
comentario de la presentación oficial del libro, que contó con la insuperable Isabel Durán y el prestigioso Raúl Heras como co-presentadores, en este mismo blog (Junio 2008). También se puede ver la entrevista del autor en periodistadigital.

jueves, 23 de octubre de 2008

El Z-8 y el nuevo Orden Mundial

En el Palacio de la Moncloa se respira un ambiente tenso, preocupado, casi se podría decir que angustioso. No tiene que ver con Ezpaña que, afortunadamente, está bastante entretenida gracias a Garzón, la Champions y demás; no tiene que ver tampoco con la Oposición que, afortunadamente, está bastante anulada gracias a sí misma; ni siquiera con la crisis financiera ni con la económica ni con el paro ni los ERES ni nada de eso que, afortunadamente, está todo bastante difuso gracias a la común ignorancia de los españolitos. No. La tensión viene de fuera, de lejos, de allende nuestras fronteras, del otro lado del charco, concretamente. Viene de donde viene siempre todo lo malo, todo lo negativo (¡todo negatifo, nada positifo!, que diría Van Gaal); viene de donde vienen las guerras y las torturas y los cambios climáticos y la muerte del socialismo y el coma del capitalismo y las opresiones a países pobres y los boicots a la revolusión y el tabaco y la bomba atómica y el Ku Klux Klan y las pelis malas y… Bueno, para no cansar, esa tensión, esa preocupación, esa angustia VIENE DE LOS USA; de Bush, concretamente. ¡Bush, malo!

En el Palacio de la Moncloa se respira un ambiente tenso. Y triste. Porque el presidente Rodríguez, alias Z, alias Mister Paz no ha sido invitado a la fiesta de Bush. En realidad no le invitan ni a la fiesta de Blas. Pero no por nada especial, sino porque es el típico seta que se queda en los guateques bastante paradete, solo, aburrido, sin hablar con nadie, sin mirar a nadie, incluso adormecido en su soledad (ver vídeo); no se sabe si por timidez, porque no conoce a nadie, porque no le conoce nadie o porque sólo habla castellano (que ni siquiera español). Y cuando no está seta es peor: está tonto (vean, vean cómo se comportó en su último viaje a Italia tras aceptar una copita de chianti). El caso es que por H o por B no está entre los G (perdón por la tontería). No está en el G-8, ni en el G-5, ni en el G-20, ni en los Hombres-G, ni en el Comando G, ni tiene punto G (a pesar de la paridad obligatoria) y ni siquiera sabe que G = 6.67300 × 10-11 m3 kg-1 s-2, el muy ignorante.

Así que, reunido en su despacho de Moncloa con sus 656 asesores más un consejo de sabios y un think tank de ésos (que aunque no sepa lo que es le mola un huevo) más el inevitable Pepiño, han creado de la nada (y nunca mejor dicho) un plan magistral, único, extraordinario, genial, ingeniosísimo, superguai: el Plan Z. Concretando: que han creado el Z-8. Oséase, la solución definitiva a todos –insisto, todos- los problemas que asolan al mundo. ¿Y quiénes forman o conforman el susodicho Z-8? Pues la Champion Lig, o sea, los países, estados, naciones o taifas más influyentes del mundo mundial, que han sido marginados por Bush y los demás perritos falderos por pura envidia, por celos y por mala baba. A saber: Cuba, Venezuela, Ecuador, Irán, Turquía, Azerbayán, Andorra y Ezpaña. Liderados por su líder natural, como es natural, que además ha puesto nombre al grupo, o sea, Z. O sea, Mister Paz. ¡Y a Bush, que le den por el Obama!

Según informó en comunicado oficial el Subsecretario General del Z-8, don José Blanco, alias Pepiño, el Z-8 en pleno celebrará su primera Cumbre Mundial por el Sostenimiento de la Economía Insostenible y la Alianza de las Capitalizaciones para un Nuevo Orden Mundial Más Paritario y Antiimperialista (CUMUSEIALCANUMMPA) en fechas próximas, aún por determinar (básicamente se determinarán a la vuelta del líder natural de su viaje a China, al que ha ido a implorar su entrada en una G, da igual la que sea, que no estamos para andarnos con tonterías, con lo poco que le gusta viajar). ¡Que Dios, Alá y Buda nos cojan confesados!

lunes, 20 de octubre de 2008

Los 100.000 hijos de la nada


El pasado día 16 llegó a España el barco de la organización pro-abortista holandesa «Women on Waves» (Mujeres sobre las olas). ¡Qué afortunados somos! Ya podemos presumir de estado progre y paritario (que no paritorio, precisamente) porque la modernidad y la justicia del “Nosotras parimos, nosotras decidimos” ha arribado al fin en nuestro país, sin leyes ni límites ni hogueras morales. Y podemos estar orgullosos de que tres valientes mujeres sin vocación maternal y una menor, sin el consentimiento de sus padres, hayan podido acabar con su embarazosa, molesta y no deseada situación pasándose por el bigote esa ley machista y represora que la naturaleza y la legislación vigente les imponían tan injustamente. ¡Qué felicidad, oiga! Y como no podía ser de otra manera, ante tan alegre acontecimiento, había que celebrar una fiesta por todo lo alto. Una “fiesta-mitin” organizada por la simpática tripulación (incluido el ginecólogo ése con la camiseta del “No a la Guerra”), con la colaboración de CC.OO., ERC y la Bardem, que iba a ser el jolgorio madre. Pero ¡ay!, hete aquí que los aguafiestas de siempre, esos cavernícolas hipócritas e inhumanos del PP, van y boicotean el fiestorro, las risas y el cava. ¡Serán hijos de… su madre!

Lo siento por la Bardem, que se ha quedado sin juerga. Con lo que a ella le gustan estas fiestas-mitin, ya sea contra la guerra (así, en singular), contra el PP, por el simple hecho de existir, o a favor del diálogo con ETA, regalando preciosas florecitas blancas arrimadita a la camarada Goricelaya, abogada oficial y oficiante de todo etarra que se precie. Por eso le han dedicado una calle en Sevilla, que se la merece, no como las víctimas esas del terrorismo que no dejan de dar la vara. ¡Como les gusta hacerse las víctimas! Igual que a las cositas ésas que están dentro de las mujeres embarazadas, que van de víctimas que no veas.

Pobre mamá Bardem. Pobres miembros y miembras del barco de la alegría. Pobres camaradas de CC.OO., IU y ERC. Pobres simpatizantes de la noble causa, que se han quedado sin fiesta. Como los 100.000 niños (o niñas) abortados este año en España, que tampoco podrán celebrar su fiesta de cumpleaños, ni su fiesta de graduación ni su fiesta de aniversario. Nada. Tampoco podrán ver las películas del hijo de mamá Bardem, ni celebrar con él sus premios ni alegrarse por sus éxitos; ni siquiera tendrán la oportunidad de ser actores. Ni podrán navegar en un velero como el de las simpáticas “Women in waves”, ni sentir la brisa del mar en sus rostros. Ni podrán estudiar medicina para curar enfermedades y salvar vidas, como el ginecólogo con la camiseta del “No a la guerra” (al menos cuando empezó la carrera). Y tampoco podrán ser políticos ni sindicalistas (liberados o no), para vivir del cuento, como los camaradas de CC.OO., IU y ERC. No, no podrán vivir del cuento, porque ni siquiera les han dado la oportunidad de vivir. Estos 100.000 niños (o niñas) no podrán ser amados y besados y abrazados por sus madres, como mamá Bardem ama, abraza y besa a su hijo Javier; esos 100.000 niños ni siquiera han tenido la suerte de poder ser adoptados, como tantos miles de niños extranjeros, por familias que les habrían entregado todo su amor, cariño y generosidad. Esos 100.000 niños (y niñas) no tendrán nada, no vivirán nada, porque no son nada.

Una sociedad que celebra la muerte de seres tan inocentes e indefensos con una fiesta, está muy enferma. Una sociedad que vitorea la muerte de un hijo a manos de su madre, está muy enferma. Una sociedad que elige el “derecho a decidir” de una madre frente al “derecho a vivir” de su hijo, está muy, muy enferma. Y todo apunta a que esta enfermedad, cruel y sin sentido, va a seguir degenerando hasta llegar a fase terminal. Ahí nos esperará el doctor Montes. O el ginecólogo del “No a la Guerra”.

Hoy el barco ha partido hacia nuevos destinos tan progres, tan modernos y tan liberados como esta Ezpaña nuestra. Aquí ha dejado cuatro nuevas muescas, cuatro muertes ilegales, cuatro crímenes que no tendrán castigo. Cuatro enormes vacíos que se suman a esos otros 100.000 vacíos, a esas 100.000 lágrimas que lloramos los que aún pensamos que el aborto no es un derecho de la mujer, es un crimen de la Humanidad.

jueves, 16 de octubre de 2008

El payaso, Mariano y la muerte de Lincoln y Kennedy


Que Lincoln fuera elegido para el Congreso de los Estados Unidos en 1846 y Kennedy justo 100 años después, en 1946, es una casualidad; que ambos fueran elegidos presidentes en 1860 y 1960 respectivamente, también es una casualidad; que el secretario de Lincoln se apellidara Kennedy y el secretario de Kennedy se apellidara Lincoln y que ambos aconsejaran insistentemente a sus jefes que ese día no fueran al teatro (Lincoln) y a Dallas (Kennedy) puede ser igualmente casualidad; que los dos presidentes fueran asesinados en viernes, de una bala en la cabeza, en presencia de sus esposas, uno en el Teatro Ford y el otro en un automóvil Ford, modelo Lincoln, y que encima el asesino de Kennedy se ocultara luego en el teatro Lincoln de Dallas será también una casualidad; que sus presuntos asesinos nacieran con 100 años de diferencia, John Wilkes Booth en 1839 y Lee Harvey Oswald en 1939, así como sus sucesores, ambos demócratas del Sur apellidados Johnson (Andrew Johnson nació en 1808 y Lindon B. Johnson en 1908) es, seguramente, otra casualidad; que Lincoln se encontrara sentado en el Teatro en el balcón 7 y Kennedy en el vehículo 7 de la caravana presidencial; que los nombres de Lincoln y Kennedy sumen ambos 7 letras y los de Lee Harvey Oswald y John Wilkes Booth sumen 15; que los dos presuntos asesinos no pudieran ser juzgados porque ambos fueron asesinados antes de llegar a juicio; que incluso las esposas de ambos presidentes perdieran un hijo mientras ocupaban la Casa Blanca… todas estas coincidencias pueden ser simplemente puras casualidades, nada más.

Pero lo que no es una casualidad, ni de coña, es que ayer apareciera en las noticias de LaSexta la foto de Mariano Rajoy justo en el preciso instante en que la voz de la periodista decía «…la imagen de un payaso» (ver vídeo); palabras con las que terminaba su comentario de la noticia anterior cuya imagen, ¡oh casualidades de la vida!, había terminado exactamente dos segundos antes (precisión absoluta, oye). ¡Que no, que no me lo creo!

Como tampoco fue casualidad el mensaje “subliminal” del PSOE que apareció en pantalla cuando Butragueño marcó el gol a Dinamarca en el mundial de México del 86, en la tele que dirigía el simpático y equidistante Enric Sopena; o la imagen del presidente del PP que aparecía, así como quien no quiere la cosa, en medio de una información sobre Irak con las crudas imágenes de las torturas en Abu Ghraib, en La 2 Noticias de Caffarel/Llorente (16-02-06). Por poner dos ejemplos que me vienen a la memoria.

Dice el director de informativos de LaSexta, César González (unir en un solo nombre a Julio César y a Felipe, ¡eso sí es casualidad!), que «se trata de un error en el sistema digital del que sería absurdo pensar que ha sido intencionado». Ya. Mira que podía haber salido, con eso del payaso, la imagen de Z, de Pepiño, de Solbes o de Garzón, un suponer. Entonces sí me habría creído lo de la casualidad, lo juro. Y me habría reído un montón. Pero no, oye, tenía que salir Mariano. Mariano el payaso… ¡joder, qué casualidad!

Lo peor de todo es el descaro con el que manipulan, el descaro con el que luego se "disculpan" y el descaro con el que se despitorran de nosotros mientras lo hacen. Y eso, tampoco es casualidad.

miércoles, 15 de octubre de 2008

La Cita. A la décima fue la vencida.

Todo lo que no se vio ni se escuchó ni trascendió ni se contó ni se coló de la cita entre Z y Rajoy. Gran Exclusiva basada en hechos reales.

Después del saludo protocolario, a pie de escalera, que todo el mundo pudo ver y analizar (por lo que carece de interés para nosotros) y de la no menos protocolaria sentada en el sofá ése gris soso con ínfulas de modernete (que tampoco tiene interés alguno: ni la sentada ni el sofá), pasamos a lo que de verdad nos interesa de tan interesante e interesada cita: la esencia, el meollo, el trasfondo, las bambalinas, el off the record, el making off… o sea, el diálogo en sí (o no).

—Hola, preshidente (por accidente, jejeje).
—Hola, jefe de la oposición (por muchos años, jejeje). ¿Qué tal el tráfico? Un coñazo, ¿verdaz? Yo, como vivo aquí, pues no tengo que ir al Palacio de la Moncloa a ver al presidente, que soy yo. ¡Es bueno ser el presi!
—Bueno, dejémonosh de formalismosh y de chorradash y vayamosh al grano. ¿Por qué ya no me llamash nunca? Que sepash que eshtoy muy moleshto por haberme ignorado estos díash.
—Lo sé, lo sé, Mariano. Pero es que he estado muy liado. Y he estado en Francia y en París y en un montón de sitios, y ya sabes lo que me cansa viajar. Si lo hago es por responsabilidaz política y conyugal, que si no voy a ver a la corista se me pone a dar aullidos de megasoprano y me deja sin vajilla. ¿Y tú qué me cuentas?
—¿Cómo que qué me cuentash? ¡Qué me cuentash tú, que para esho me llamashte ayer en pleno “Mira quién baila”!
—¿Dónde, quién? Ah, lo de la tele. Sí, tienes razón, Mariano. Pues no te cuento nada nuevo, la verdaz. Lo que ya sabes por la Prensa.
—Ya. A esho me refiero. Has actuado por tu cuenta, sin contar con nosotrosh para nada. Has vishto a los banquerosh, a losh empresariosh y a losh sindicatosh antesh que a mí. Soy el último mono.
—Je,je, pues harías buena pareja con la Vice. No, en serio, es que he hecho un negocio financiero tan bueno que se lo quería contar a todos los colegas, uno por uno; y a ti Pepiño te puso el último de la lista, no sé por qué. Para mí que te tiene manía.
—Manía pershecutoria, sí.
—Mira, en confianza, yo no tengo ni idea; esto es cosa de Solbes o de Sebastián o de la Vice, que ya no sé quién manda aquí; o de mi amigo Nico Sarkozy, que ya sabes que lo que dice la Bruni va a misa. A mí me dijeron 100.000 euros, yo pensé: es una cifra redonda, fácil de recordar o sea que será buena. Y con una cifra así, el plan funciona seguro.
—Ya, pero es que son 100.000 millonesh de eurosh.
—Bueno, pues más redonda todavía, más a mi favor ¿no? Ese dinero nos va a sacar de la crisis mundial y va a fomentar la paridaz y la igualdaz y la solidaridaz y la hermandaz entre las naciones y todo volverá a ser como antes, como hace una semana, que todavía no había crisis. ¡Es un plan cojonudo! ¿Es que no lo ves?
—¿Y qué se supone que quieresh de mí?
—Yo lo único que quiero es tu apoyo incondicional.
—Condicional, querrásh decir.
—No, no: incondicional. Mira, me lo ha escrito aquí Pepiño: IN-CON-DI-CIO-NAL.
—Puesh no sé qué decirte. Yo había pensado ponerte condicionesh.
—Pues mal empezamos. ¿Y cuáles eran , por curiosidaz?
—Transparencia, una comisión de control y que el objetivo básico sea ayudar a las familiash y a lash pymesh, y no enriquecer a los banquerosh.
—Ante todo, que sepas que mi intención es buscar el mayor terreno de entendimiento entre tú y yo, Mariano. Pero esas condiciones no las puedo aceptar porque son inaceptables.
—¡Lo que esh inaceptable esh no aceptar lash condicionesh!
—No me líes, Mariano, que te conozco. Que dices cosas que no entiendo y así no nos entendemos. Yo apelo a tu sentido de país.
—¿De El País? ¡Puesh lo que me faltaba!
—No, no, de país. De estado, de… de… ¡España! (que no me salía, coño). Este acuerdo es una cuestión de voluntaz política con independencia de las notas a pie de página que se puedan discutir posteriormente.
—Oye, buena metáfora, preshidente; ¿Te la ha escrito Pepiño?
—No, qué va. El asesor nº 325 ó 326, que es muy metafórico… Pero no te vayas por los cerros de Húmera. Yo lo que quiero es el acuerdo y la foto, Mariano. Y espero, deseo, confío, anhelo, que también ésa sea tu actituz.
—Pues no sé qué decirte, en esash condicionesh…
In-condiciones, no te olvides, Mariano; que tú tienes muy poca memoria histórica.
—Y ademásh, una cosa es la crisish financiera que tiene todo el mundo y otra la crisish económica de España.
—¿Crisis? ¿Qué crisis? Si aquí no tenemos crisis.
—¡Esto esh demasiado! ¡Yo me largo!
—¡Eh, espera! ¿Y la foto?
—¡La foto te la haces con tu abuelo!
—¡Antipatriota! ¡Se lo voy a decir a Pepiño y te vas a enterar! ¡¡Pepiñoooo!! ¡¡A por el barbas!!
—¡Noooo! ¡Noooo! ¡¡Pepiño nooo!! ¡Firmo lo que sea, lo que sea!

El resto, queridos amigos, es historia.

lunes, 13 de octubre de 2008

Carta al señor Rajoy (por darle un poco el coñazo)


Estimado señor Rajoy: Ayer acudí al Desfile de las Fuerzas Armadas, ése que conmemora el Día de la Hispanidad, el mismo que supone la celebración oficial de nuestra Fiesta Nacional, o sea, el día grande de todos los españoles -catalanes, vascos, gallegos y baleares incluidos, aunque les duela. Fui temprano, con mis dos hijos de 8 y 6 años, mi hermana y mi sobrino de 9 años; fastidia un poco madrugar en domingo (sobre todo si te has quedado escribiendo hasta cerca de las tres de la madrugada), pero había que coger un buen sitio, ya que este año no conseguimos enchufe para estar sentados en una de las gradas de la Castellana (ni mucho menos en el cómodo palco de autoridades en el que tiene usted su sitio reservado, con vistas a la grandiosa bandera española de la Plaza de Colón). El madrugón tuvo su recompensa, y conquistamos una magnífica posición en primera fila, de la que no nos movimos en la hora y pico de espera (¿por qué el rey siempre llega tarde? ¿es que había tráfico o qué?) más la hora y pico que duró el desfile. Pero no nos importó, porque el motivo merecía la pena y acudimos con la ilusión de rendir homenaje a nuestro país, en su Día, y a los miles de hombres y mujeres que dedican su vida a causas más nobles que la mía y la suya.

El desfile fue muchas cosas, señor Rajoy, pero un coñazo le aseguro que no.

Fue emocionante, como se reflejaba en los ojos ilusionados y sonrientes de miles de niños, padres y abuelos.
Fue respetuoso, todos en pie –casi firmes- las tres veces que se escuchó el Himno Nacional por megafonía; todos en absoluto silencio y quietud durante la bellísima ofrenda a los caídos.
Fue soberano, pues ahí, apiñado, se encontraba el pueblo soberano en su más amplia expresión, ése pueblo que paga su sueldo de Diputado, señor Rajoy
Fue patriótico, engalanado de cientos de banderas rojigualdas de todos los tamaños, que ondeaban orgullosas, sin complejos (sin la excusa de un partido de fútbol) y acompañadas de unos ‘vivas’ a España tan espontáneos como sentidos.
Fue reivindicativo, con esa sonada pitada al presidente del Gobierno, absolutamente instintiva y generalizada, nada más escucharse su nombre por megafonía.
Fue austero, suponemos que debido a la crisis y al recorte de gastos en Defensa (tal vez para pagar los gastos del palacio de la Moncloa, o los sueldos de los 644 asesores personales del presidente).
Fue ruidoso, como no podía ser de otra manera cuando es un ejército moderno y su armamento pesado los que desfilan (la guerra es así, ministra Chacón, exige armas poderosas, ruidosas y hasta peligrosas). Y eso que fallaron los aviones, parece ser que debido al mal tiempo que, afortunadamente, no padecimos.
Fue agradecido, continuamente salpicado de aplausos y ‘vivas’ a los diferentes cuerpos, especialmente emotivos (como siempre) a la Guardia Civil, ésos, señor Rajoy, que luchan contra el terrorismo en condiciones de auténtica tortura psicológica y que a veces incluso mueren.
Fue políticamente correcto, con la presencia de un alto porcentaje de mujeres soldado (que no soldadas, señora ministra paritaria) y de inmigrantes (que sienten nuestra bandera más suya que muchos de nosotros).
Fue alegre, pues allí fuimos todos (o casi todos, señor Rajoy) a disfrutar, a celebrar, a homenajear, a aplaudir y a vitorear. Y a sentirnos muy orgullosos de nuestros ejércitos. ¡Qué menos que dedicarles un par de horas de nuestro tiempo para devolverles siquiera una mínima parte de lo que ellos nos dan!

Sí, señor Rajoy, el desfile fue muchas cosas, pero un coñazo no.
Igual que su comentario a micrófono abierto, que también fue muchas cosas: fue inoportuno, estúpido, quejica, infantil, irrespetuoso, egoísta, hipócrita, antipatriótico (que diría Z) y muy revelador. Porque lo grave no es que haya metido la pata tontamente, sino que realmente piense lo que dijo. Si celebrar el Día de las Fuerzas Armadas, el Día de la Fiesta Nacional, el Día de la Hispanidad, el Día Grande de España (ese país que tanto dice defender) es para usted un coñazo, me temo Señor Rajoy que ha perdido usted tanta credibilidad y confianza como la Bolsa de Nueva York. Y ya estaba bastante a la baja. Ahora, cada vez que mencione usted la palabra crisis, algunos pensaremos inevitablemente en su conciencia política.


jueves, 9 de octubre de 2008

CGT Prouctions presenta: ¡LOS LIBERADOS!



El Argumento: El consejero de Sanidad de una próspera Comunidad —un joven apuesto, trabajador y sobradamente preparado— se dirige, junto a su Presidenta, a inaugurar un moderno hospital público, dotado de los más avanzados equipamientos y comodidades. Aparentemente, todo va sobre ruedas: los médicos están encantados y los pacientes se sienten bien atendidos. Es un día feliz para todos. ¿Para todos? ¡No! Cuando el joven consejero llega a la puerta del nuevo y flamante hospital, es atacado por una rabiosa jauría de sindicalistas disfrazados de médicos. Son… ¡LOS LIBERADOS! El liberado-jefe, un vociferante energúmeno con coleta menguante y barriga creciente, y su comandanta en jefa —alias “ojos de mosca”—, disparan al consejero toda suerte de improperios y amenazas, a bocajarro y sin anestesia. Nuestro héroe, manteniendo la sangre fría y la sonrisa caliente, trata de poner a salvo a su Presidenta. Los liberados, cada vez más rabiosos, incrementan las ráfagas de insultos y espumarajos verbales. Pero en vano. El joven consejero finaliza su misión con éxito y sin sufrir daño ni físico ni moral. Los Liberados son vencidos y el nuevo hospital público queda inaugurado.

La crítica: En estos tiempos de crisis galopante, paro a granel, sueldos congelados y cinturones asfixiantes es, cuando menos, curioso el tema éste de los liberados sindicales de la Sanidad. Resulta que son unos tipos (y tipas, faltaría más) que cobran su sueldo íntegro sin trabajar. Lo repito y subrayo para que no queden dudas: COBRAN SU SUELDO SIN TRABAJAR. Así, como suena. Eso significa, por ejemplo, que un celador de hospital que no trabaja de celador (ni de ninguna otra cosa) en el hospital está cobrando del hospital su sueldo enterito de celador de hospital por el morro y sin sentir la más mínima vergüenza. ¿La excusa? Su dedicación íntegra a la labor sindical, o sea, a defender los intereses laborales de los trabajadores que trabajan (y mucho) para cobrar su sueldo (más bien poco). Pues de estos parasitillos de pasillo parece ser que, sólo en la Sanidad de la Comunidad de Madrid, hay 3.242. Repito para que no haya dudas: tres mil doscientos cuarenta y dos sinvergënzas.

No sé ustedes, pero yo lo he descubierto a raíz de las agresiones que sufrieron el pasado lunes Esperanza Aguirre y su consejero de Sanidad, Juan José Güemes, en la inauguración del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda (ver vídeo). Parece ser, además, que son un grupo de liberados reincidentes cuya única ocupación consiste en ir de inauguración en inauguración de hospitales PÚBLICOS en la CAM (¡y van 10!) para protestar enérgicamente contra la sanidad PRIVADA. Bonita incongruencia. Y encima, disfrazados de médicos, con sus batas blancas y todo, cuando el grupo lo conformaban un operario de máquina de impresión y reprografía (el de la foto), una auxiliar de enfermería, una administrativa y un celador (afiliados a los sindicatos CGT y CC.OO.)

Los Premios: Premio "Doctor Zhivago" a la Presidenta de la CAM por inaugurar otro magnífico Hospital público (¡y van 10!), a pesar de los bolcheviques; Premio "Dr. House" al consejero Güemes por su entereza, diagnosis y victoria frente a esta panda de parásitos sinvergüenzas y vagos; Premio "Dr. No" a los Liberados de Sanidad por no trabajar, no pensar y no evolucionar, más un premio especial del jurado de 14 horas diarias de trabajos forzados en un hospital de Bombay.

Próximamente, la décimo primera entrega de la saga: "La rebelión de los pacientes de San Carlos" (vea aquí un avance)


martes, 7 de octubre de 2008

Paradojas de la Vida: supermami Beloki, la Bibi y el paladín de la muerte

Pues resulta que no entiendo nada. ¿Pero estos chicos (y chicas) del pesoe están a favor de la vida o de la muerte? ¿De la vida según quién y de la muerte según cuál o qué pasa? Porque a mí que me expliquen por favor el criterio de selección estatal de quién vive y quién muere, o a quién se le incita a vivir y a quién a morir; a quién se le ayuda a engendrar vida y a quién se le facilita aniquilarla. Que me expliquen por qué a De Juana le salvan la vida con alevosía, premeditación y tomadura de pelo y a los pacientes del Dr. Montes se les seda para la eternidad sin permiso y con nocturnidad (eterna). Que me expliquen por qué a la tronka Beloki, terrorista condenada a 13 años de prisión, se le dan todas las facilidades físicas y psicológicas, o sea, salir de la cárcel por el morro, para que engendre a sus 47 añakos una criaturita —en principio inocente, faltaría más— y, en cambio, a una niña de 17 años se le dan todas las facilidades, físicas y psicológicas, para destruir la vida que lleva dentro como si fuera un tumor. Y sin plantearle siquiera ninguna otra opción.

Que me expliquen también los señores jueces por qué es tan primordial que la terrorista Beloki tenga un precioso bebé, justo ahora, mira qué casualidad. ¿Es realmente tan trascendental ese bebé como para sacar de la cárcel a una asesina condenada a 13 años? ¿Qué va a ser, un nuevo Gandhi? ¿Es, acaso, más importante satisfacer el (presunto) instinto maternal de la terrorista Beloki que respetar la dignidad y la memoria de las víctimas de su banda asesina? ¿Es, sinceramente, señores jueces de la Audiencia Nacional, más importante ese tratamiento de fertilidad que la vergüenza de millones de españoles? ¿Es más justo? ¿Pero por qué hay que hacerles estos favores a los asesinos? ¿Es que les debemos algo? ¿Otra vez, Eguiguren?

Que me explique el señor presidente de esta paradójica nación, ahora llamada Ezpaña, nuevo paladín de la abolición de la pena de muerte en el mundo mundial, con juicio o sin juicio, por qué quiere condenar a cientos de miles de inocentes, sin juicio o sin juicio, por el simple hecho de no haber nacido. Y cuando me lo explique, que se siente a su siniestra su paritaria Ministra y me explique también en qué consiste eso de la paridad: ¿en condenar al marido de mi Puri, la de las croquetas? ¿o en condenar por igual a niños y niñas, sin distinciones, no como en la India, que son unos bárbaros machistas que sólo abortan a las niñas? Y de paso, que le cuente también lo de la paridad a las miles de reclusas comunes (o sea, no terroristas) que no pueden salir a la calle para desestresarse los óvulos por la cara.

Hay quienes estamos a favor de la vida siempre, no según. Incluso de la del improbable hijo de la terrorista Beloki. Como si quiere tener diez y montar un talde. Pero después de cumplir su condena. ¿Que la chica va a ser muy mayor cuando salga? Pues que lo hubiera pensado antes. Si estando en busca y captura logró sacar dos cursos en la Universidad del País Vasco, incluso con alguna matrícula, podía haber parido y criado perfectamente unos cuantos gudaritos, entre zulo y zulo, en plan supermami. Eso le habría encantado a nuestra paritaria Ministra: ¡una madre ejemplar: trabaja, estudia, entrena y saca adelante a su familia! Y todavía tiene tiempo de cargarle la pistola al compañero sentimental para que se divierta pegando tiros por ahí. Si es que, neska, tú vales mucho.

Por cierto, ¿y si todo fuera una fantástica tomadura de pelo de la supermami Beloki, en plan huelga de hambre de De Juana con jamón y queso de estranjis? Porque, entre el tratamiento de fertilidad que a su edad no promete excesivos resultados y la pobre calidad del esperma patrio, especialmente el euskaldún, me da a mí que esto de la Beloki es una jugada maestra para salir del trullo sin túneles ni huelgas de hambre. Y si por un casual sale el tema, pues pide permiso de maternidad y punto; y si el embarazo le sienta mal o la tripa le molesta para matar y eso, pues aborto al canto, fuga y a vivir, que son dos días.
...

jueves, 2 de octubre de 2008

Armas de destrucción más IVA (y las croquetas de mi Puri)



En sólo una semana hemos pasado de la «desaceleración transitoria ahora más intensa» (ZP) o del «problema de dificultades» (Pepiño) a la «la peor crisis desde que tengo uso de razón» (Solbes); para continuar con lo de «nosotros nunca hemos negado la crisis» (Solbes) pasando por «la culpa es de los neocon» (ZP) o «El sistema financiero español es el más sólido de la comunidad internacional» (ZP), con la consiguiente depresión de Berlusconi y Sarkozy; y acto seguido «España es el segundo país con mayor tasa de paro de la UE» y el «Estado que más empleo a destruido desde agosto de 2007» en la Europa de los 27 (Eurostat); sin embargo, luego viene el «hemos creado tres millones de empleos y hemos llevado la tasa de paro en la legislatura pasada al 8%, la más baja de la historia, superando en renta per cápita a Italia y la media de la Unión Europea» (ZP); y todo para terminar con un convencido «los ahorros de los españoles no corren peligro» (Solbes again) mientras llegamos a cifras de paro que no se alcanzaban desde mayo de 1997 (INE) y el Euríbor sigue su ascensión imparable e implacable.

Total, que no sabemos si somos los campeones de la Champion Lig de ZP o somos el Barrilete Cósmico de Caja Madrid, con el inefable David Vidal al frente. Para mí que lo segundo, y además estoy convencido de que el peculiar ex entrenador del Logroñés ahora metido a estrella de la publicidad sabe más de economía que Z, Solbes y Sebastián juntos (sí, sí, no nos olvidemos del gran estratega financiero Miguel Sebastián, el luminaria de las bombillas y los coches con enchufe).

Mientras tanto, lo único claro y cierto es que la destrucción más IVA y masiva continúa imparable asolando esta Ezpaña nuestra que nos ha tocado malvivir: destrucción de empleos en todos los sectores, destrucción de grandes, medianas y pequeñas empresas, destrucción de la confianza en los inversores extranjeros, destrucción de la esperanza de los españolitos de a pie, (más) destrucción del prestigio internacional (no nos invita ni Francia) y hasta destrucción anticipada de nuestras relaciones con el nuevo presidente USA, si es elegido McCain (hay que ser cenutrio para asegurar que teme «un renacimiento de la guerra fría con Rusia» si gana el senador republicano). Y, por cierto, siguen llegando cayucos.

Y al tiempo que los ciudadanos nos apretamos el cinturón hasta hacernos daño, Garzón sigue alimentando su fortuna personal, que se estima en 1.000 o 2.000 millones de pesetas, mientras se dedica a levantar las tumbas de los mártires laicos dehace 70 años, a dejar escapar narcos turcos y a investigar amaños futboleros de mafiosos rusos, sin atender lo que tiene que atender, el ‘aquí y ahora’, que son simplemente los casos -no remunerados- de su juzgado. Y no descarto que en unos días levante una cruzada judicial al alimón con la ministra Bibi contra el machista cabrón que ha creado lo de “las croquetas de mi Puri” para Solbes, y cuyo único delito ha sido haber creado mala, muy mala publicidad.
Y al paso que vamos, pronto no tendremos ni para el relleno de las dichosas croquetas. Bueno, hasta que el luminaria Sebastián nos invente las croquetas de bajo consumo.
Snif.

(Foto: El Mundo)