lunes, 27 de septiembre de 2010

La Esteban, presidenta del Gobierno (glups)


Leo el titular y me entras sudores fríos por el cerebro sólo de pensarlo: “Belén Esteban tercera fuerza política del país”. Y uno piensa si es que nos hemos vuelto locos, si ya lo estábamos de antes o si somos directamente gilipollas. No sé si es peor el hecho en sí, o sea, el tirón popular de esta “princesa del pueblo” (¡toma!), o el que esta noticia (¿?) pueda ser tomada en serio, no ya por el “pueblo”, sino por la prensa seria. Que esta impresentable pueda presentarse a las elecciones generales sería, además de puro esperpento, un gravísimo síntoma de cómo está la cosa política en esta Ezpaña nuestra. Pero, sobre todo, es una muestra más de hasta dónde puede llegar el poder de la tele.


Porque esta idiotez, disfrazada de encuesta de Sigma 2, no es más que una gran campaña de publicidad de Telecinco. Una cadena que ha demostrado que se puede caer tan bajo como sea posible y más, sólo por la audiencia. En cada uno de sus programas estrella, en cada una de sus entrevistas exclusivas, en cada uno de sus tertulianos y tertulianas de postín. Han encontrado un filón en la Esteban que piensan exprimir al máximo, hasta dejarlo más seco que la ética del presidente de la cadena y sus colaterales.

Ya la Sexta nos coló en Eurovisión al Chikilicuatre, ahora estrella anticapitalista de los sindicatos del crimen. Y T5 nos cuela constantemente a sus mediáticas estrellas estrelladas de Gran Hermano, Ambiciones y demás estercoleros televisivos. Esta es otra campaña más en busca de audiencia, al precio que sea, que suele ser bien bajo (éticamente hablando).

Pero, claro, viendo el nivel ético e intelectual de los políticos que nos desgobierrnan, el ejemplo que reciben los ciudadanos y ciudadanas destepaís es más bien pobre. Lo peor es que nos hemos acostumbrado a la mediocridad: ministros sin titulación universitaria, presidentes autonómicos apenas con estudios primarios; secretarias de organización con CV que caben en una caja de cerillas, diputados iletrados, sin modales ni vergüenza; máquinas políticas sin más escuela que la sede del partido ni más estudios que los estatutos; y un presidente del Gobierno sin experiencia gestora, sin idiomas, sin preparación económica, sin autoridad (no manda ni en su casa), esclavo de la demagogia, de la frase vacía, de la nadería más absoluta, para quien lo único importante es la foto… Pues eso, que entre todos nos están dando la clave para triunfar en la España de hoy: ser nada, ser menos que nada. Basta con tener todo el poderío de un grupo de comunicación detrás, o de una cadena de TV.


Como en el caso de la “princesa del pueblo” (¡manda huevos!). De verdad, no me la imagino diciéndole al Financial Times “mi Andreíta no se toca”; o contándole a Durao Barroso que “Belén va a hacer lo que la de la gana”; o dándole un corte de manga a Cameron, que eso se entiende hasta en inglés; o gritándole a Berlusconi que se lave la boca con aguarrás; o avisando a Sarkozy “¡cuidadito, que ma-to!”; o cobrando por exclusivas en las ruedas de prensa oficiales, más caras si se le escapa el lagrimón; o visitando a Obama en la Casa Blanca con su Andreíta disfrazada de Primera Comunión laica; o soltando en la ONU un “que nadie tenga el par de cojones que tengo yo para decirlo”, mediando en cualquier conflicto diplomático. O mostrando los inciertos resultados de su operación antiestética a Angela Merkel. O celebrando la retirada de las tropas de Afganistán enseñando las tetas nuevas en la portada del Interviú. O celebrando el consejo de ministros y ministras en el glamuroso plató de Sálvame de Lux. Por ejemplo.


No me imagino tampoco a Jorge Javier de ministro de Fomento del Gaycismo, ni a Karmele de ministra del Sexo Puro y Duro; ni a Jordi de ministro de Manipulación Interna, ni a la Milá de ministra de Prohibiciones y Contradicciones, ni a Mª Antonia de ministra de Laicidad Extrema ni a Enric de ministro de Aniquilación de la Oposición (o sea, de la Campanario), ni a Paquirrín como ministro de Analfabetismo y Obesidad. Ni, ya puestos, a los chicos/chicas de Gran Hermano como Asesores de Presidencia en Asuntos Varios (u Ovarios). Un suponer.

Para mí es un verdadero misterio de la modernidad cómo un ser tan bajo, zafio, manipulador, grosero, exagerado, aprovechado, chabacano y demás virtudes ha llegado hasta donde está. No logro entenderlo. Lo juro. Será que ando lejos del sentir popular. Será. Ya hubo hace años un experimento con gaseosa y se llamó Jesús Gil. Éste sería un experimento con queroseno. Y es mucho más inflamable, más peligroso y más espeluznante.


Lo único bueno de toda esta historia, al contrario que la de John Doe (la gran película de Capra que protagonizó Gary Cooper), es que durará poco. La Esteban se acabará quemando a lo bonzo por fama y dinero y Telecinco será quien ponga la gasolina. Lo que no sabemos es si la cerilla final la encenderá ella misma o Vasile. Antes de las elecciones será un cadáver mediático más. O menos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Mamá, ya no quiero ser artista; quiero ser sindicalista


Las niñas ya no quieren ser princesas. Y a los niños no les da por perseguir sus sueños de ser toreros, ni bomberos ni futbolistas. Ni artistas. Ni siquiera de la zeja. Ahora lo que se lleva es ser liberado o liberada sindical. «Mamá, ya no quiero ser artista; quiero ser sindicalista. Y cuando sea mayor y triunfe en mi no-trabajo, poder llegar a liberada. ¡Eso es lo más de lo más! Vamos, que hasta Paris Hilton dice ahora que prefiere ser liberada que millonaria excéntrica, que al final se pasa todo el día y toda la noche currando y gastando mientras podría estar todo el día y toda la noche cobrando sin currar. Un chollo, oye. Y encima puedes quedar con todos tus amigos y amigas de facebook un día cualquiera entre semana (como no trabaja ninguno ni ninguna…) y montar un fiestorro de 20.000 colegas en Vistalegre gratis total, regalo de todos los españoles. Son de majetes…


»Sí mamá, ya no quiero ser artista. Quiero que la empresa a la que no voy a trabajar me pague mi sueldo íntegro por ir al sindicato a no-trabajar. Todo sea por defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, como yo. Y quiero que si recortan sueldos (por lo de la crisis ésa que han provocado los cerdos capitalistas y los empresarios explotadores y fascistas) a mí no me toquen ni un céntimo, aunque fiche dos veces al año, que mi labor es vital para la igualdad, la libertad, la fraternidad del proletariado y para la makroeconomía destepaís (¿o era carreful?).


»Y ya puestas a pedir, quiero un merecido sobresueldo de 30.000 euritos (para empezar) por asistir de vez en cuando a algún consejo de administración de ésos que pululan por la empresa pública y privada. No sé, tipo Renfe o Adif, o Caja Madrid, que ahí hay mucha pasta en la caja (jajajaja…). O de todas, como María Engracia Cardeñosa, que es secretaria de Administración y Finanzas de UGT y consejera de cinco empresas del sindicato, socia de otra, presidenta de la Consultora de Pensiones y Previsión Social Sociedad de Asesores y tesorera de Fundación Paz y Solidaridad y consejera de Atlantis Vida Compañía de Seguros y Reaseguros y de No Sé Qué Más. ¡Mi héroa! A mí, el puesto me es igual que me es lo mismo, en principio: asesora, consejera, vocal, socia o presidenta. Total, voy a cobrar igual los pluses, las dietas y las retribuciones que me correspondan legal y legítimamente. Y lo mejor es que una vez estás dentro, es para siempre, ad internum o in eternum o internum eternum, que decimos las que sabemos latín. ¡Ay, qué vida más dura, mami! (es broma, jejejeje). Oye, que te invito a comer en el Bulli un día de éstos y como si fuera el Burguikin, euro arriba euro abajo.


»Ah, y sin olvidar los beneficios como trabajadora y afiliada que es una, o sea, los seguros, la formación, las pensiones privadas, la vivienda y la información sindical. Y chollos de pisos protegidos, como los áticos de Toxo, que para eso tenemos coleguillas de directivos en las inmobiliarias. O de dueños. Y hablando de chollos, también puedo meterme en algún órgano consultivo del Gobierno, para hacer que hago informes y dictámenes sobre asuntos laborales y sociales, que en realidad me bajo del rincón del vago punto com. Y si todo va sobre ruedas, me monto un chiringuito de Cursos De Formación Para Parados Que Están Trabajando Por Su País y me cubro de oro. Eso ya es arena de otro costal. Ahí hasta me puedo pensar lo del bungalou en el Caribe como la Chacón. ¿Te imaginas, mami? ¡Es que me meo en las bragas sólo de pensarlo!


»Y no creas que me olvido de ti, mamita. Que en cuanto esté metida en el ajo te meto a ti de Consejera Materna o de Vicepresidenta Asesora Filial o de Atesorera Social-lista o de lo que sea. Que para eso eres sangre de mi sangre y me pariste con dolor. Eso sí, para la huelga general del 29 a ver si me coses la camiseta roja con la frase “Muerte al capital, por explotador y por cabrón”, que tú lo haces muy bien. Ah, y ya que estás, ciento cincuenta bocatas, para los compañeros y compañeras. Yo te pago el pan. Ale, me voy a currar, que hemos quedado en el bar del sindicato para echar un mus. ¡Ay, cómo mola ser una mujer liberada!»



Pues eso.

...

jueves, 9 de septiembre de 2010

La serpiente rediviva.


Esta es la historia de una mujer de buen corazón que una mañana se encontró, tirada junto al camino, una pobre serpiente casi muerta por el frío. «Llévame dentro, por amor de Dios. Llévame dentro, buena mujer» suplicó la serpiente. «Te llevaré a casa y cuidaré de ti» le aseguró la mujer. La abrigó, la calentó junto al fuego y le dio leche y miel. Cuando volvió del trabajo esa noche, comprobó que la serpiente había revivido. «Eres tan bonita, pero si no te hubiera cuidado ahora estarías muerta», susurró la mujer. La acarició, la besó y la abrazó suavemente. Pero la serpiente, en lugar de darle las gracias, la mordió con saña. «¡Yo te salvé! —exclamó la mujer— Y aún así me muerdes. ¿Por qué? Sabes que tu mordedura es venenosa y ahora voy a morir». «Oh, ¡cállate estúpida mujer! —siseó el reptil con desprecio—. Sabías perfectamente que era una serpiente antes de llevarme a tu casa».


No sé por qué, esta vieja canción de Al Wilson me recuerda a cierto iluminado presidente del gobierno que cierto día se encontró una serpiente moribunda, la llevó a su casa, la abrigó, la calentó junto al fuego y le dio leche y miel. La serpiente, agradeciendo los cuidados, se curó y revivió con gran rapidez. ¡Qué bueno soy, pensó el presidente, qué magnánimo y bondadoso! Lo malo fue que la serpiente, una vez curada, volvió a morder. Y lo peor es que, cada vez que muerde, el veneno nos infecta a todos.


Por eso, cuando escucho campanas de tregua, cánticos de negociación y músicas celestiales de procesos de paz siempre me viene a la cabeza la canción de Al Wilson, The Snake, y pienso que los «procesos democráticos por vías políticas y pacíficas», sin «llevar a cabo acciones armadas ofensivas» no son más que palabras huecas y llenas de veneno, como los colmillos de la serpiente. Y que lo único que pretenden los terroristas es que algún pacificador profesional se crea esas mentiras y se lleve a la serpiente moribunda a su casa, para cuidarla y ponerla en plena forma de nuevo. Ya lo hizo el PNV en Lizarra y luego Mister Paz y Txusito en el proceso que nunca existió, el que acabó por puro ´accidente´. Y ahora están en ello EA y Aralar.


La serpiente seguirá mordiendo y matando, porque es serpiente y es lo único que sabe hacer. Y si le damos concejales y subvenciones y censos y acercamientos y credibilidad democrática, estamos alimentando su veneno con leche y miel. Y la única forma de que deje de mordernos es extirparle los colmillos y encerrarla en una jaula, transparente a ser posible, para que la sociedad vasca y la española en general sepan en todo momento que está ahí, encerrada, vencida, anulada. De por vida.