
Por su parte, Patxi respondió a su visionario cómplice con idéntica aritmética: “la de hoy ha sido una foto inédita que ojalá sea el anuncio de un nuevo tiempo en el que la política destierre definitivamente a la violencia en este país, pero también en una reunión extraordinaria que necesita para repetirse que la izquierda abertzale cuente con una formación legal que la represente”. Otro visionario, este Patxi. Profeta en su tierra, oiga. Como quien no quiere la cosa, ahí tenemos a Bildu partiéndose la caja con sus bravuconadas y nuestra impotencia, y repartiéndose la caja de nuestros sudores y lágrimas. Y aún los veremos en el Congreso de los Diputados del “Estado”, sacando pancartas y gritando consignas desde sus aritméticamente democráticos escaños y descojonándose desde el estrado, con el micrófono cargado.
Ese día de julio de 2006 hubo otra visionaria en la escena. No dentro del hotel Amara, sino en la calle. Pilar Ruiz Albisu, madre socialista del policía socialista Joseba Pagazaurtundua, asesinado por ETA en 2003, desde la tristeza, el dolor y la rabia de quien se ve traicionada por los suyos, se lo escupió a la cara a Patxi López, con la voz entrecortada por los sollozos pero con la convicción intacta: “A mí no se me dice que no hay negociaciones. ¿Qué están haciendo?...negociando, ¡traidores! ¿Y dónde estaban cuando mataron a mi hijo? ¡Reuniéndose con Batasuna! ¡¡Traidores… Sinvergüenzas!!” Y recordó aquellas palabras que escribió en una carta dirigida a Patxi López un año antes: "Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son". Se refería a la aritmética democrática.
Hoy, en 2011, las palabras de Pilar Ruiz, como las de Patxi López y Otegui, han cobrado nuevamente sentido. La maquinaria está a toda marcha; las negociaciones que comenzaron a germinar allá por 2003, antes incluso de que el PSOE estuviera en el poder (antes de que ETA asesinara a Pagaza), están recogiendo sus frutos; “tú me acercas los presos (¡muy bueno lo de los ‘penados’, colega!), me legitimas políticamente, me financias, me anulas algunas sentencias y me sueltas al ‘gordo’ Otegui y yo te suelto un par de comunicados diciendo que blablablá y el conflicto y tal y te hago la campaña electoral. ¡Y coño, finánciame también a los cocinillas vascos!, que eso nos viene muy bien para exportar Euskal Herria; que con lo de Donosti ciudad universal del mundo mundial no nos llega. Y luego ya seguimos hablando de Navarra y la autodeterminación y demás aritméticas democráticas. ¿Te vale pues, o te saco la pipa? ¡Que es broma, joder!”
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