jueves, 27 de mayo de 2010

Quo vadis, Mariano?


1. Quedan dos años para las elecciones generales. 2. Quedan dos años de ZP. 3. Quedan dos años de gobierno socialista. Estas tres frases, aunque parezca lo contrario, no significan lo mismo. Veamos una a una:



1. Que quedan dos años para las elecciones es casi un axioma; estoy convencido al 98% de que Mister Paz no va a adelantar las elecciones ni ordenándoselo Ohbama!, Merkel y Jintao juntos. Ni aunque se lo pidiera “por Azaña” el espíritu de su abuelo. Antes preferiría autoinmolarse que reconocer su fracaso en esta farsa tan bonita que él mismo se ha pergeñado en su mente iluminada y limitada.

2. Que quedan dos años de ZP es, por tanto, igual de probable; lo que no lo es tanto es que Mister Paz repita en las elecciones de 2012, ya sea por presiones de su partido, por presiones de su señora, por presiones de la comunidad internacional o por depresiones propias; sinceramente, creo que no repetirá, incluso me apostaría mi pensión.

3. Lo que cada vez se me hace más difícil de refutar es que quedan (sólo) dos años de gobierno socialista. De verdad, no me lo creo. Y me acojono al escuchar mis propios pensamientos, porque es terrorífico sólo el pensarlo. Después de lo que han hecho estos tipos y tipas durante 6 años de desgobierno, más los 2 que les quedan (que van a ser aún más aterradores), me parece increíble, imposible, inimaginable, impensable que pudieran volver a ganar y, lo que es peor, a gobernar. Pero repito, hoy por hoy, tengo el pleno convencimiento de que así será.


¿Y por qué soy tan pesimista antropológico? Pues sencillamente porque soy realista. Y objetivo. Y por tanto no me ciegan las consignas de partido, ni las falsas espectativas bienintencionadas, ni los fuegos de artificio pop, ni las lecturas miopes de encuestas ciscenses o de circos electorales (¿perder 60.000 votos en las elecciones vascas fue una victoria?). Como a muchos miles de ciudadanos de bien, no me convence la alternativa. No es que no me la crea, es que no me convence; y si no me convence a mí, que estoy predispuesto a ser convencido, imaginemos a quienes no sólo no están predispuestos sino que además están radicalmente en contra. ¡Ardua tarea, vive Dios!


Y es que los precedentes son malos augures: Mariano Rajoy ha perdido ya dos veces dos contra ZP. Una, la primera, porque el PP se perdió en su propia soberbia, por un lado, y en su necedad a la hora de gestionar el 11M por otro; lo demás sobra. En las siguientes elecciones, porque basaron su estrategia, durante 4 años, en comunicar el apocalipsis: “¡España se rompe!” (estatut) y “¡Traición!” (proceso de paz); estrategia que cayó como un cojo zancadilleado en cuanto el PSOE retrasó la sentencia sine die y la poli empezó a enchironar etarras y batasunos como quien lo ha hecho toda la vida. Resultado: otros 4 años de ZP. ¡Y qué 4 años! (sólo llevamos dos y parecen una eternidad infinita y más allá). Y yo no estoy dispuesto a que este iluminado o su más que probable sucesor (llámese Pepiño, Rubalcaba, Solana o quien ose) sigan destrozando España despropósito tras despropósito. ¡Me cabrea, me encocora, me desquicia, me enerva y me descorazona el solo hecho de pensar que van a ganar éstos otra vez! Me jode y me acojona, hablando pronto y bien.


Por eso, mi querido Mariano, mis queridos dirigentes y dirigentas del PP, mis queridos militantes y militantas del PP, en nombre propio y en el de millones de ciudadanos y ciudadanas que no ven otra salida a la crisis económica, política y moral que se está comiendo España, te hago una pregunta nada capciosa, aunque sí necesaria e implorante: ¿tienes el pleno convencimiento de que estás haciendo todo (repito, todo) lo que está en tu mano para ganar las próximas elecciones generales? Contesta sinceramente, por favor (recuerda: “todo lo que esté en tu mano”). Y contesta con un SÍ o un NO, no me vale un “sí pero no”, un “es quee…”, un “bueno, yo…” ni demás marianeces. Piénsate la respuesta, pero no te tomes un año, que se nos va el tiempo (y con el tiempo, todo lo demás).


Decía Maquiavelo, que de política sabía más que Pepiño, “vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”. Pues eso, hagamos. Hagamos mucho, hagamos todo. Si se hace bien, seguro que no nos arrepentimos. Así que, mientras te piensas la primera respuesta, Mariano, aquí van otras preguntas que debes hacerte y que también exigen respuesta rápida y contundente, porque de ellas depende nuestro futuro y el de nuestros hijos (y no es una metáfora).

¿Soy el más indicado, de entre todos los y las dirigentes de mi partido, para liderar un proyecto 100% ganador en 2012? ¿Soy el líder más valorado por los simpatizantes y votantes del PP? ¿Y por los votantes que no son del PP (ésos que te hacen ganar unas elecciones)? ¿Tengo capacidad, atractivo y poder de seducción suficientes para atraer, convencer y conquistar a cientos de miles de nuevos votantes? ¿Tengo a los mejores candidatos posibles, 100% ganadores, en comunidades clave como Cataluña y Andalucía? ¿Me rodeo siempre de los más capaces, de los mejor preparados en cada puesto, del equipo óptimo para ganar? ¿Voy a dejar la campaña electoral en las manos más expertas, profesionales y especializadas (las mejores agencias de Publicidad y Comunicación)… o voy a seguir confiando en los amiguetes? ¿Voy a seguir desarrollando la misma estrategia de comunicación que ha fallado dos veces? ¿Con qué tono voy a convencer a mis votantes potenciales, con el Barbismo de Rita o el Nadismo de Arriola? ¿No habrá un término medio y más eficaz? (Ver análisis de la in-comunicación del PP en el Blog de Mister Paz: “¡Es la comunicación, estúpido!”).


¿Cuáles son mis motivos/prioridades: yo, mi partido, mi país? ¿Tengo bien definidas mis ideas, mis valores, mis principios y así lo hago saber invariablemente, con claridad y contundencia, para no confundir al electorado? ¿O por el contrario reculo, me desmiento o me rectifico con frecuencia? ¿Me adelanto a los acontecimientos o voy siempre a rebufo? ¿Transmito entusiasmo, frescura, optimismo, pasión por nuestro proyecto? ¿Soy un ganador nato o me conformo simplemente con participar? ¿Creo al 100% en mi propio éxito? ¿O prefiero esperar, haciendo lo justito, el fracaso de ZP? ¿Sé positivamente que estoy poniendo todo mi empeño, toda mi energía, toda mi fe, toda mi voluntad, toda mi experiencia, toda mi inteligencia en GANAR las elecciones de 2012? ¿O creo, honradamente, que puede haber un candidato (o candidata) mejor? Esta pregunta, por favor, repítetela al menos una vez al día.


En definitiva, quo vadis, Mariano? ¿Adónde vas? ¿Tienes clara tu meta? Porque, lo queramos o no, adonde tú vayas vamos todos detrás. La decisión es tuya. La responsabilidad también. Y la culpa, si la hubiera. Quedan dos años para 2012, y si vuelves a perder, si vuelve a ganar el PSOE por tercera vez (¡tercera!), con ZP o sin él, millones de españoles no te lo perdonaremos nunca. Nunca.


Decía Gandhi que la diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer alcanzaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo. Imagínate los problemas de España.


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