domingo, 9 de enero de 2011

Acusica barrabás, en el infierno te verás

Pues ahora resulta que todos los españolitos, todos, somos Comisarios de Policía Secreta en potencia, al más puro estilo RDA y similares. El Nuevo Régimen iniciado por el Generalísimo Zapatero y presumiblemente continuado (¿y eternizado?) por el Vicepresidentísimo Rubalcaba, Ministro de Escuchas y Asuntos Oscuros, ya ha conseguido meterse en nuestras camas, en nuestras neveras, en nuestras televisiones, en nuestras aulas, en nuestros cines, en nuestros coches, en nuestras cuentas, en nuestras iglesias, en nuestros muertos, en nuestros ginecólogos, en nuestros árboles genealógicos, en nuestros trabajos, en nuestras creencias, en nuestra memoria, en nuestros placeres, en nuestras intimidades, en nuestras conciencias… Ahora, aprovechando ese nuevo ramalazo de totalitarismo que han venido a llamar "Ley Antitabaco" (más bien ley anti fumador, pues el tabaco se vende hoy de 15.000 maneras más que ayer), pretenden que nos convirtamos, por amor al Estado, en aquello que desde pequeños nos enseñaron a repudiar: en delatores, en soplones, en chivatos, en asquerosos acusicas. "Acusica barrabás, en el infierno te verás, comiendo pan y cebolla, y nosotros en la gloria". Por supuesto, en la gloria los que se quedan son el Generalísimo decadente, el Vicepresidentísimo ascendente, la Pajinísima ministra de insanidad, el individuo ése de la FACUA (que debe ser algo así como Factoría de Chivatos Unidos Anónimos) y todos los demás gerifaltes y chupópteros del Nuevo Régimen, que no son pocos.

Los hosteleros, desde luego, no; ni los camareros, que por conservar la salud a lo peor pierden el pan; ni los fumadores, marcados con la cruz del repudio social; ni los no fumadores, aunque crean que sí, pues las libertades aniquiladas de otros hoy, mañana pueden ser las suyas; ni los policías, que aún no saben cómo actuar ante la avalancha de denuncias que les van a caer encima; ni los vecinos en general, pues ahora a las puertas de bares y discotecas se va a montar el "pitillón" durante toda la noche…

Pero si la aplicación de la ley va a tener consecuencias funestas para unos y otros, lo de la delación por decreto va a ser la guerra. Una más. Otra vez la división entre buenos y malos, entre respetables y apestados, entre acusicas y acusados. Divide y vencerás, dicen. Con todos peleados, tienen más fácil desviar atenciones. Como en "La cortina de humo" esa divertida ironía protagonizada por Robert de Niro y Dustin Hoffman en la que los asesores del presidente se inventaban una guerra contra el terrorismo albanés para ocultar un lío de faldas con una becaria. Aquí, en vez de guerra al albanés, guerra al fumador; y en vez de becaria, parados. Cinco millones, o así.

Pues si quieren acusicas, acusemos. Puestos a chivarse, chivémonos. Para empezar, del chivatazo del Faisán, que continúa en el limbo de la justicia per secula seculorum. Delatemos las subvenciones millonarias que siguen recibiendo los chupópteros de turno, mientras el resto nos vamos quedando sin agujeros en el cinturón. Acusemos los privilegios de los asesinos de ETA, que en cuestión de días serán de nuevo bendecidos como hombres de paz; acusemos las leyes totalitarias, los estados de alarma inconstitucionales, los golpes de estado a decretazo limpio, la cruzada laicista, la crispación tendenciosa, las mentiras continuadas sobre la crisis, la falta de preparación de nuestros dirigentes, el faraónico despilfarro autonómico, la miseria moral, la corrupción incesante… Acusemos a los que están convirtiendo España en un estado sin libertades, en un solar dividido, en una familia rota en la que los cónyuges (no cónyugues, señora Ministra) se acusan, se odian y se matan mutuamente desoyendo el llanto de sus hijos, que son los santos inocentes que siempre se llevan la peor parte de cada uno.

En fin, que si quieren convertirnos en acusicas, seamos más acusicas que nadie; pero no contra el vecino. Unámonos todos para acusar al gobierno, a los sindicatos, a los facuas, a los partidos, a las autonomías, a los corruptos, a los asesinos, a los mentirosos. Acusémosles y condenémosles. Al destierro. O al infierno. "Acusica barrabás, en el infierno te verás, comiendo pan y cebolla, y nosotros en la gloria". Fumándonos un puro.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Yo estoy por desterrarles al infierno, y si no se quieren ir, cercenemos la cabeza de la hidra...
Buen post.

el burladero dijo...

Estos sociatas han creado el estado de las prohibiciones y ya casi no nos dejan ni respirar.......