miércoles, 9 de diciembre de 2009

Tardá, el burro catalán y la cruz de Gestas, el malo.

La verdad es que hoy venía dispuesto a reflexionar sobre cualquier otro tema menos de Joan Tardá, lo prometo; por ejemplo de la Economía Sostenible o Sostemible o Sosterrible o Sospechosa o simplemente S.O.S.; o de la Sinde y de por qué me bajo canciones en mp3 que ya tengo en vinilo, en cassette y en CD sin ningún cargo de conciencia; o del cumple de la Constitución y del primer presidente autonómico vasco que acude a tan emotivo acto y de por qué no acudió ningún presidente autonómico del PP…
Pero este Tardá es de lo que no hay. Mira que me da una pereza horribilis escribir sobre el victimismo catalán y sus terrorismos verbales y sus quimeras históricas y demás catalanofóbicos asuntos… ¡pues ale, dos semanas seguidas con la tontería! Pero es que no me puedo resistir al Tardá. Y mira que tiene cara de troll carpetovetónico el tío, pero debe ser astuto como el Equus Asinus var. Catalana, o sea, el burro catalán, símbolo nacional contra l’espanyolisme fascist o imperialist o algo así. Un burro catalán terco como una mula, el Tardá. Un fanático de lo suyo, vamos. Primero empezó con lo de parlar catalán en el parlamento de todos los españoles y acabó con lo de matar al Borbón y quemar y enterrar la Carta Magna y tal. Y como no ha debido de tener mucho éxito (el otro día vi al Rey en la tele, o sea que sigue vivo) pues ahora le ha dado con matar a Dios en vez de al Borbón, y quemar y enterrar la Biblia en lugar de la Carta Magna (que también debe seguir viva, ya que hoy celebra su 31 cumpleaños). Así que va el burro del Tardá y, astuto él, como son cuatro gatos los esquérricos del Parlamento, engaña ladinamente al pardillo de turno del PSOE, un tal Luis Tomás, el Crédulo, y le hace firmar que hay que descolgar y quemar los Crucifijos (vade retro!) de todos los centros escolares, o sea, públicos, concertados, privados y homeschoolings, si se tercia. Y claro, yo que he elegido libremente llevar a mis hijos a un colegio concertado religioso, que además de Crucifijos tiene monjas que llevan sus cruces colgando, como muchos niños, y también hay cuadros de la Virgen y dibujos de la Navidad y un Belén precioso y una capilla con más cruces y hasta una escultura del Sagrado Corazón, viendo el percal me pregunto: ¿van a quemarme el colegio como ya hicieron en 1931 (repito, 1931), con todas las cruces, las monjas, los niños, los cuadros, el Belén, la capilla y la escultura del Sagrado Corazón (por cierto, lo único que no fue devorado por las llamas en aquel democrático y republicano incendio de 1931)? Desde luego, si estuviera en manos del republicano y democrático Tardá, no se lo pensaba ni un segundo el tío: «¡Hay que quemar la Cruz!» rebuznaría a sus huestes; y las sanotas juventudes de ERC, o sea, las JERC (sigo diciendo que tienen nombre de grupo terrorista), ejecutarían la orden con miliciana disciplina, republicano orgullo y democrático regocijo.

Pero no nos engañemos. Esto del Crucifijo no se lo ha inventado Tardá. Ni ha tomado la idea del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en respuesta a una fanatilaica finlandesa afincada en Italia, tierra de Crucifijos como la que más. En esta Ezpaña nuestra que nos ha tocado sufrir más tiempo del conveniente, la cosa viene de las altas instancias del Estado, o sea, del adaliz de la multiculturalidaz y azote de la cristiandaz, esto es, Mister Paz, el Laico. Ya lo dijo Pepiño, el autoproclamado creyente, hace sólo un año: "en los colegios públicos no debe haber crucifijos porque hay que respetar las creencias de todo el mundo" (ver artículo). No es nada nuevo, ya ven. Lo que no dice Pepiño es qué pasa con el respeto a las creencias del 80% de los padres de alumnos, que son los que apoyan la presencia de la Cruz y la Religión en la educación de sus hijos. Y luego llega la Pajín, que quiere justificar su cuádruple sueldo y suelta esa frase para el mármol de que «La religión, en los templos»; y digo yo que el cine, en las salas; y la economía, en los bancos; y y el sexo, en la cama; y el fútbol, en los estadios; y al incauto que se le vea con una ofensiva camiseta de Cristiano Ronaldo por la calle, que ofende a culés, atléticos y laicos por igual, se le quema con ella puesta en la pira de los Derechos Humanos y punto pelota. En nombre del respeto, eso sí.

Lo dije hace tiempo, y lo repito ahora: la anterior legislatura fue la de la Paz (ETA, Alianza de Civilizaciones, No a la guerra…) y ésta es la de la Guerra (la Guerra Santa Laica). Y como buena guerra, se abre en todos los frentes posibles, que son muchos: aborto, familia, educación, banalización adolescente, falta de valores, relativismo moral, satanización de la Iglesia Católica, etc. Ese disfraz de respetuosa aconfesionalidad que proclama el creyente Pepiño o el burro de Tardá no es más que un mero subterfugio para encubrir una perfectamente planeada y sibilinamente ejecutada Cruzada Laica. Va todo de lo mismo. No es casualidad que quien más enconadamente ha protestado por la prohibición de levantar minaretes en Suiza ha sido el Gobierno turco, que no permite construir ni una mísera capillita en la europeísima Turquía, probablemente bajo pena de muerte o incendio. Pues aquí lo mismo, los que más hablan de respeto, libertad, creencias y demás valores universales son los que no respetan a la gran mayoría de españoles ni su Historia ni su Cultura, son los que matan la libertad de millones de creyentes y los que tienen como única creencia sus odios, rencores, complejos y pequeñeces.
Claro que, bien pensado, es lógico, porque la Cruz representa justo lo contrario de lo que ellos creen y defienden: Sacrificio, Entrega, Amor, Perdón, Dignidad del ser humano individual; el Crucificado, que es el mismo que aparece con pañales en el Belén, les recuerda de dónde vienen, les muestra a la cara lo que de verdad son, y no lo pueden soportar. Es como ver a 18.000 personas gritando “España, España” y cantando “Soy español” en pleno corazón de la capital de los Països Catalans (supongo que Tardá no acudió a disfrutar de la Copa Davis en el Palau Sant Jordi, digo yo que por si veía alguna bandera española, que es casi peor que un Crucifijo); o como saber que tu abuelo, el republicano, el laico, el héroe fusilado por los fascistas ultracatólicos murió perdonando y encomendando su alma a Dios: «Su fe en el Ser Supremo es firme. A Él encomienda su alma de creyente que procuró siempre tener limpia de faltas (…) A Él, en este momento de abominables pasiones, pide la paz de España y de la Humanidad. Muere inocente y perdona. Pide a su esposa e hijos que perdonen también» (Punto 5º del Testamento del Capitán Rodríguez Lozano).

En fin. Que la cosa está que arde. Y no va a parar aquí (aunque esperemos que no llegue a arder como en el 31). Pero como nos pongamos a quitar cruces de los colegios, de los tanatorios, de los edificios, de los escudos, de las banderas, de los caminos, de los museos, de las calles, de las fiestas, de los apellidos, de las condecoraciones, de los libros, de los monumentos, de los cuellos, de las procesiones, de los ejércitos, del Valle de los Caídos y hasta la Creu de Sant Jordi, es que nos vamos a quedar en na’.
Y digo yo, ¿y si en lugar de quitar tanta cruz, le hacemos una a Tardá? ¿No sería más práctico? ¿Y mucho más económico? ¿Y más respetuoso con las creencias de los españoles? ¿No sería romántico, incluso? Tardá crucificado, como un Gestas del siglo XXI. En plan simbólico lo digo, claro, no vayan a pensar que uno es más burro que el burro catalán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo creo que los sociatas lo que no soportan es la competencia,entre otras cosas, y el catolicismo es una competencia muy fuerte y directa para su religion marxista.

Siempre me he preguntado a quien coño representan la mayoria de diputados del congreso y senado español.A los españoles, a España, no creo, ya que esta lleno de partidos que van desde el regionalismo -"que ahi de lo mio, y a los demas que les den"- a el separatismo -los que trabajan para cargarse esta nacion a la que tanto desprecian y odian-; por no hablar del psoe, quien ha demostrado que solo le interesa el poder, como sea, "españa? ba, algo discutido y discutible".

Y que esos tios esten viviendo, de puta madre, de nuestros impuestos. Hay que joderse.