martes, 20 de abril de 2010

De Garzón a Largo Caballero pasando por la Bardem


Ya sé que el tema de Garzón es redundante y cansino a estas alturas del cuento, y que ahora quien tiene que hablar del asunto es el tribunal que le juzga; y cuanto antes, mejor. Pero es que también es bastante redundante y cansino este permanente empeño de la sacrosanta izquierda republicanista y guerracivilista en despertar lo que estaba bien dormido y en resucitar lo que ya estaba enterrado y bien enterrado (que no olvidado). La cosa no es casual, ni mucho menos. Ni es nueva. Viene exactamente de hace 6 años, un 16 de abril de 2004, cuando el recién nombrado presidente del Gobierno de España nos trasladó su breve ideario, que no era sino el de su abuelo paterno, finalizando su discurso de investidura con estas emotivas palabras: "Un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes".

Lo del mejoramiento social de los humildes es obvio que le ha salido regulín, vistos los cuatro millones y medio de parados (y subiendo), el endeudamiento nacional para varias generaciones y la desesperanza generalizada, entre los más humildes, los nada humildes y los mediopensionistas. Lo del amor al bien, bueno, habrá aún quien se lo crea, dejándose convencer por esos ojitos azules como el mar azul y esa sempiterna sonrisita que cada vez tiene menos gracia.
Y lo del ansia infinita de paz, eso sí que tiene gracia; porque el amigo Mister Paz, desde que las urnas y los muertos le auparon al poder —que asumió bajo el negro peso del vil asesinato de su abuelo paterno—, no ha hecho más que buscar la guerra. La guerra contra "la derecha", la guerra contra la Iglesia, la guerra contra la vida, la guerra contra la familia, la guerra contra los valores, la guerra contra la división de poderes, la guerra contra los otros abuelos… O sea, la guerra civil. Desde que llegó, ése ha sido su plan maestro: resucitar los demonios de la oprobiosa dictadura para demonizar al PP, presunto heredero del franquismo más rancio y opresor. La fórmula es bien sencilla: si logra identificar ´derecha´ con ´extrema derecha´, el éxito está asegurado legislatura tras legislatura. Y en esas estamos desde 2004.

El último capítulo ha sido lo de Garzón, ese juez que en 2003 definió Manuel Chaves con todo cariño y con estas palabras exactas: "Es una mala persona, lo era antes y lo es ahora. Es un gran simulador"; y que hoy es el héroe nacional e internacional de la izquierda universal, y nada tiene que envidiar a los superhéroes de la Marvel (esos mierdecillas imperialistas). Un mito, vamos. Y merecedor de las más democráticas alabanzas, como sucedió la pasada semana en la Universidad Complutense de Madrid, antaño lugar de estudio y carreras (delante de los grises) y hoy vademécum de doctores horroris causa (al de Paracuellos), pedradas a la libertad de expresión (al de la peineta) y ajusticiamientos en plaza pública (a la Transición).

Y es que lo del otro día fue bastante vergonzoso, para los españoles en general y para Garzón en particular (cuyo abogado tuvo que desmarcarse del acto al más puro estilo Lola Flores: "¡Si me queréis, irse!", como recordaba con acierto Carlos Herrera). Porque lo de Garzón no es más que una excusa que les venía a mano a toda esta banda de mafiosos morales para escupir su odio contra el enemigo, pues siguen viendo al PP como "el enemigo", en una guerra que no ganaron y que terminó hace ya tropecientos años; y le siguen viendo también como "el franquismo", al que ahora pretenden derrotar, 35 años después de su muerte.

Ellos, que durante el franquismo hacían carrera, y no precisamente delante de los grises, como José Sacristán y Pilar Bardem, que protagonizaron decenas de películas nada reivindicativas durante la dictadura; o como Jiménez Villarejo, fiscal por la gracia de Dios y del Movimiento desde principios de los sesenta; o como la Grandes, que se ríe de monjas violadas en el diario independiente del ex redactor jefe del diario Pueblo y ex jefe de informativos de Arias Navarro… y ahí lo dejamos, porque como sigamos ahondando en el pasado franquista y/o falangista de los socialistas de hoy, nos dan las uvas (¿verdad, Bermejo, Bono, De la Vega, Rubalcaba, Barreda, Víctor Manuel, Zerolo…?). Pero bueno, pelillos a la mar. Corramos un estúpido velo.


Porque ellos, tan republicanos y demócratas de toda la vida, hoy siguen con pertinaz ceguera las consignas de otro insigne republicano y demócrata de toda la vida, que definía así su visión de la vida: "Las elecciones no son nás que una etapa de la conquista del poder y aceptamos su resultado sólo a modo de inventario. Si triunfa la izquierda, podemos actuar dentro de la legalidad con nuestros aliados, pero si gana la derecha, tenemos que ir a la guerra civil. Deseo una República sin lucha de clases; pero para ello es necesario que desaparezca una de ellas. Esto no es una amenaza, es una advertencia. Les advierto que no hablamos por hablar, sino que cumplimos nuestra palabra". Pues nada, señor Largo Caballero, nos prestaremos a ser aniquilados; todo sea por la Democracia.


Eso es lo que se buscaba en la Complu el otro día en ese akelarre de odios, rabia y rencor con premeditación y alevosía: volver a la guerra civil. Quieren derrotar al dictador que murió en la cama mientras ellos le hacían la ola en vida. Y lo peor, después de habernos perdonado unos a otros. Ya lo dijo Mister Paz, "nos conviene que haya tensión". Menos mal que aún hay esperanza (y no me refiero al PP), y quedan socialistas serios, con sentido común y sentido democrático; lo malo es que en el equipo de Mister Paz permanecen castigados en el vestuario, con voz aunque sin voto. Pero esa voz, cuando llega, tiene un valor moral muy superior. Como nos llegó el viernes la de Nicolás Redondo Terreros:

"Lo que sucedió el otro día en la Universidad Complutense me parece que fue un acto estrictamente político, que no tiene nada que ver con la defensa del señor Garzón, que tiene que ser estrictamente judicial (…)
Ese acto fue un absoluto despropósito. Esa impugnación de la Transición Española me parece que es grave e irresponsable; y no sé si se dan cuenta que a Franco, que murió en la cama, no le vencimos; pero sí vencimos al franquismo. Y lo vencimos un 15 de junio de 1977, cuando los ciudadanos españoles, de un color o de otro color, de una posición o de otra fueron a votar, y votaron en libertad; y desde ese 15 de junio del 77 hemos ido derrotando al franquismo cada vez que los españoles han ido a votar (…) Y nos pusimos de acuerdo, no para olvidar la Historia, que está ahí, sino para no pasarnos facturas y quedar prisioneros del pasado; y ese acto, que Carlos (Herrera) llamaba guerracivilista a mí me parece que es más patético porque es simple y sencillamente un acto nostálgico, que nos vuelve a aprisionar en el pasado y nos impide mirar al futuro. Lo que hicieron fue una impugnación general de la Transición Española".


Pues eso, que a pesar de Zapatero, aún hay socialistas y socialistas. Yo, personalmente, me quedo con Redondo Terreros. Allá ellos los que prefieran a Largo Caballero (por recordar: "Si triunfa la izquierda, podemos actuar dentro de la legalidad con nuestros aliados, pero si gana la derecha, tenemos que ir a la guerra civil. Deseo una República sin lucha de clases; pero para ello es necesario que desaparezca una de ellas").

¡Glups!
...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vota contra ZP en el siguiente enlace

http://listas.20minutos.es/?do=show&id=211517

Javier dijo...

Creo que están sacando los pies del tiesto: no se juzga a Garzón por "investigar" las muertes del franquismo, sino porque no es competente en esa materia como Juez Instructor de la Audiencia.
No se da cuenta Garzón de que lo están utilizando? Ya lo hicieron cuando lo presentaron como futuro ministro de Justicia.

Un saludo

Anónimo dijo...

Estaría bien que todos los Bardenes, Almodóvares y demás "farandulistas" de este pais, alguna vez tuvieran los mismos arrojos para manifestarse en contra, o al menos, condenar un acto terrorista de ETA, con el mismo tesón y el mismo ruido con los que defienden al juez Garzón o con los que se opusieron a la guerra de Irak (causa muy loable por otro lado).
Epero impaciente que llegue ese día para poder creerme que realmente hacen reivindicaciones y no actos publicitarios.

Anónimo dijo...

Si, efectivamente el autor de este blog también saca los pies del tiesto, y trata el tema de Garzón desde una perspectiva nada relacionada con el tema...en fin...
Lo que no puede ser es que se pretenda juzgar a Garzón por prevaricación, de las peores cosas por las que se puede acusar a un juez, cuando es reconocido internacionalmente su prestigio y calidad en toda su labor profesional.

Y ahora si nos vamos al tema que ha tratado el autor, el PP no es el enemigo ni nada, el enemigo fue Franco y todos sus agregados algunos de los cuales aún no han pagado nada, como por ejemplo Fraga, y recuerdo una cosa, que parece que nadie quiere recordar, esa derecha, esa españa nacionalista, no era un bando ni nada, eran unos sublevados, unos criminales que estaban actuando (entonces sí Rajoy, entonces sí) inconstitucionalmente, en contra de la legalidad vigente que era la segunda república, y vamos, la transición fue un "me la suda que estos 40 años hayan sido fruto de saltarme unas leyes y una constitución a la torera, así que ahora hacemos lo que yo quiera, y al carajo la república que era lo legal y lo que debía haber continuado tras la muerte de Franco, porque entonces yo, JuanCarlitos, me quedo sin nada". Lamentable.

Rubén James dijo...

Este asunto está tomando un cariz de lo más peligroso. Están aflorando odios y rabias que van a ser difíciles de apaciguar. Se ha llegado a pedir la ilegalización del PP (¡un partido que representa a millones de españoles! Y que además no tiene parte en este asunto). Es muy fuerte lo que está sucediendo con la excusa Garzón. Y se va a acabar yendo de las manos. Pronto volveremos a ver apedrear las sedes del PP.

gerente dijo...

La opinion de Nicolas redondo ,sobre los actos en defensa de garzon(guerra civil,etc),deberia estar en la mesilla de noche de estos salvadores de"no se que".Pido una portada,de ese comentario, en todos los periodicos de España para olvidarnos de lo que ultimamente se trata de recordar y que es pasado.