Muy bien, todo fenomenal, todo muy bonito, todos muy amigos, nadie discrepante, las críticas missing in action, las ponencias muy bien también, gracias, los elegidos y las elegidas encantados y encantadas de conocerse, los disidentes (casi) inexistentes, los abucheos, pocos, a unos pocos (¡ay, estos traviesillos de Madrid, que se les ha subido el dos de mayo a la cabeza), los versos sueltos rimando entre sí (aunque en asonante), las panteras agazapadas, los vascos echando de menos a la vasca; ¿y los principios?, ¡ay!, los principios un poco así, tambaleándose, aunque al final manteniéndose más o menos rectos, como buenos principios que eran, son y deberán ser (sorry, Arriola); el renovado presi, más presi que nunca, más feliz, más querido, más arropado y mimado que nunca; el ex más ex que nunca (si alguna vez fue ex); el ex del ex, ése que dice que inventó el Centro, dormido (literalmente) en sus laureles. ¿Y Valencia? Oye, espectacular de bonita, con su mar, su ciencia, su paella y su petardeo.
O sea, que todos contentos y contentas. ¿Todos? No. Yo no. O al menos no del todo.
Me alegro, sí, de que la Gran PPelea se haya quedado en (casi) nada, de que todo (o casi todo) haya vuelto a su cauce, de que (casi) todos se sientan integrados y se quiten las puñaladas unos a otros, dejando apenas una pequeñita cicatriz que se cura con un par de palmaditas en la espalda. Me alegro de que ¡por fin! vuelva a haber oposición (100 días después) y hasta se mencione la palabra crisis. Y me alegro, incluso, de que la persona encargada de hablar y transmitir sepa realmente hablar y transmitir. ¡Aleluya!
Pero me queda una pregunta, una duda cruel que me aún carcome mi inocencia política: ¿Todo esto no se podía haber evitado? ¿No podía haberse elegido este equipo “integrador” hace un mes, o dos, evitando tan innecesaria masacre (y de paso, evitando que Z funcionara sin leal oposición durante ¡3 meses!, en plena desaceleración dificultosa y problemática)? ¿No podían haberse evitado 100 días seguidos de titulares exclusivos, alusivos y muy, muy lesivos? ¿No podía haberse evitado la estrategia divisoria de la prensa “amiga” de partir el partido en dos, buenos y malos, blandos y duros, centristas y extremistas? Para alguien que se supone que maneja tan bien los tiempos, creo modestamente que el tiempo se le ha ido de las manos y el daño que ha hecho no compensa su propio beneficio, que tampoco está muy claro cuánto tiempo va a durar. Y otra pregunta inocente: ¿si ahora estamos más en el centro, eso quiere decir que antes no lo estábamos... o sea, ¡¡que María Antonia Iglesias y Sopena tenían razón!!? ¿O que ahora, por ser más centristas, sobrepasamos un poquito la delgada línea roja, a ver si allí pescamos el pescado que ya está pescado, vendido y requetevendido? ¡Pues sí que vamos bien para la próxima liga! Expectantes quedamos, pues; vigilando de cerca los hechos y los dichos, a ver por dónde nos salen, o por dónde nos salimos.
Por lo demás, bien, gracias. Todo en orden. Salvo esa espinita madrileña que ha quedado ahí, clavadita ella. Porque al final, las culpas las han pagado injustamente los únicos que no debían haberlas pagado; los valientes, los que fueron de cara, los de los principios y la apertura democrática, los que hablaban con la voz de los militantes (la verdadera alma del PP), los que no negaron al jefe por la espalda para darle luego el beso de judas con abrazo incluido; los que demostraron valor, independencia, sentido común, lealtad (sí, sí, lealtad) y que recibieron menosprecio, burla y cobardía; los que simplemente trataron de hacer mejor las cosas, con honradez y sinceridad, mirando a los ojos. Los Henríquez de Luna, Escudero y demás “proprimarias”, que se dejaron la piel por aquello en lo que creían y encima salieron trasquilados por los suyos. A todos ellos, mi agradecimiento. Seguid luchando, hoy no habéis ganado; mañana... será otro día.
Y ahora, ¡a ver si empezamos a opositar, leches! Que Z se nos está mal acostumbrando.
2 comentarios:
Muchas gracias Pepe, a ver si esta semana nos vemos y charlamos tranquilamente. Un abrazo. Antonio
Y una pregunta más: ¿hablaremos sólo de la crisis/no-crisis o haremos oposición de todo lo que hay más lo que se avecina (estatuto, referendum, EpC, laicidad obligatoria, prohibición del español, aborto, corrupción consentida en Estepona, etc, etc, etc.)? The answer, my friend, is blowin' in the wind.
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