Pues ahora resulta que lo más grave del debate sobre los pre-supuestos no fue la engañosísima exposición de la ministra del ramo, ni que esas ilusorias previsiones nos lleven a la ruina a mayor velocidad, si cabe, ni que se vayan a aprobar con la connivencia, o mejor, la conchabanza del sibilino PNV y el oportunista CC, que ni creen en lo presupuestos, ni en la Salgado ni en el jefe de la Salgado ni en Ezpaña ni en España, que son dos cosas distintas aunque suenen parecido; no, lo grave, lo intolerable, lo inadmisible, lo realmente impresentable fue el trato vejatorio, arcaico, patriarcal, atávico, o sea, machista con que el jefe de la presunta oposición trató (o maltrató) a la delicada señora Salgado. «Los atavismos, entiendo que hay a quien le resulta difícil desprenderse de ellos. Pero estas cosas pasan en la derecha» declaró la ínclita economista, y también que había sentido «retroceder a este país en 50, 70 u 80 años», o sea, cuando era una monísima y dulce niña, sin complejos ni preocupaciones aún. Incluso el señor Llamazares (¿pero a éste no le habían echado ya?) ha coincidido en el «machismo político» con que Rajoy trató (maltrató) a la flamante Vicepresidenta Económica y Ministra de Economía, que son lo mismo aunque suenen diferentes. El caso es que uno está ya un poquito harto de que no se pueda criticar a fémina alguna por ninguna razón o motivo, tenga o no culpa, sea o no responsable, porque ipso facto te declaran la guerra por machista, retrógrado, cavernícola y facha, que también deben ser lo mismo aunque no tengan nada que ver.
Total, que por aclarar un par de conceptos a unas cuantas mentes obtusas y/o confundidas, me he tomado la molestia de recopilar unas cuantas machadas, unos cuantos machismos y unas cuantas gilipolleces, para ver si entendemos la diferencia entre lo machista de verdad y lo machista como excusa. Que ya les vale.
· Machismo, por ejemplo, no es criticar a una Ministra con afán de protagonismo por realizar un largo viaje a una zona de guerra embarazada de varios meses; ni por saltarse a la torera el protocolo estético ante su Estado Mayor y el Jefe de las Fuerzas Armadas, o sea, el Rey.
· Machismo no es condenar la falta de decoro político de la señora madre de la señorita Pajín (mientras el pater familias, astuto él, se parapeta discreta y cobardemente detrás de sus muy rubias féminas). Ni siquiera resaltar la carencia de higiene capilar de la niña.
· Machismo no es reprobar las insensateces dialécticas y ejecutivas de la (afortunadamente) ex ministra Álvarez, alias Maleni, alias Lady Aviaco.
· Machismo no es mantener a tu bienamada hija a base de subvenciones millonarias para aprender inglés porque pienses que es una inútil para valerse por sí misma; en todo caso sería paternalismo, o Chavismo.
· Machismo no es que la edecán femenina de la Ministra de Defensa lleve colgado de su brazo el abrigo y el bolso de la Ministra de Defensa.
· Machismo no es llamar fracasada a la señora Merkel; ni apoyar al muy machista Sarkozy, que se ha casado con la Bruni por el físico, no por su inteligencia; ni reírle las gracias al impresentable Berlusconi, que cada vez que abre la boca hay que cerrar los oídos.
· Machismo no es que los niños jueguen al fútbol y las niñas salten a la comba. Ni la educación diferenciada. Ni que los Reyes Magos sean los tres hombres. O los Tres Mosqueteros, que en realidad eran cuatro.
· Machismo no es sacarse una foto de lo más simpática con un empresario nigeriano y sus tres mujeres (o tres de sus mujeres, que nunca supimos si tienía alguna más escondida).
· Machismo no es llamar «tontos de los cojones» a los votantes del PP, obviando descaradamente a las votantes (¿votantas?), que deben ser, al menos, igual de tontas para el fino alcalde de Getafe.
· Machismo no es tildar de cobarde a Esperanza Aguirre por haber salido sana y salva del horror terrorista en Bombay; es miserable, pero machista no.
· Machismo no es dejar que tus chicas (Bibi y Leire) levanten el puño amenazante mientras (des)entonan La Internacional en Rodiezmo, mientras tú escondes tus manos a la espalda, por si la foto.
· Machismo no es reírse del ridículo de la ex Ministra Cabrera y la aún Vicepresidenta de la Vega al pasarse la cartera de Heducación, así, con hache y sin vergüenza.
· Machismo no es apoyar a Ohbama!, hombre él, que derrotó sin contemplaciones a Hillary Clinton, mujer ella, impidiendo de paso el histórico nombramiento de la primera Presidenta de los Estados Unidos.
· Machismo no es la pose seductora de Soraya Sáez de Santamaría ni la foto vaporosa de Alicia Sánchez Camacho, aún no sabemos con qué objetivo… ni con qué objeto.
No, señores y señoras del PSOE y de la progresía oficial, nada de esto es machismo, nada de esto humilla con prepotencia y desprecio a una mujer por el simple hecho de serlo. El machismo es otra cosa. Y de eso, nuestros gobernantes y demás camaradas saben un turrón. Veamos:
· Machismo es crear un Ministerio de Igualdad con el único cometido de promocionar la dicriminación positiva, que es como declarar que las mujeres sólo pueden jugar si se les da ventaja.
· Machismo es imponer cuotas a los empresarios o a los partidos políticos, de forma que una mujer nunca sabe si ocupa su cargo por méritos propios o por mujer.
· Machismo es inventarse un gobierno paritario y luego sacar la foto del harén político entre pieles y demás lujosos atavíos.
· Machismo es presumir de partido feminista y paritario pero no tener ni una sola presidenta autonómica, ni una alcaldesa de población importante; o que de los 221 directores generales de la Administración, 156 sean hombres y sólo 65 mujeres.
· Machismo es dejar que tus vicepresidentas se dejen partir la cara en tu lugar, ante los ciudadanos, ante la prensa y ante el Parlamento, mientras tú te parapetas cobardemente detrás de ellas, como el pater familias de las Pajín.
· Machismo es afirmar que «El dominio masculino es indispensable para que los hombres puedan apropiarse del producto de la fecundidad femenina», como está escrito en el Corán.
· Machismo es la ablación, el burka, la lapidación, los latigazos, el repudio y demás paritarias costumbres de los países de la Alianza de Civilizaciones.
· Machismo es retirar el plus de productividad a las enfermeras del hospital "San Rafael" por no acudir al trabajo con una falda corta del uniforme. O que las mujeres cobren un 25% menos de sueldo. O que las madres no tengan subsidio.
· Machismo es declarar, por ejemplo, «yo quiero que el poder sea más tía» o que «el PIB es masculino, es claramente masculino», reafirmando la idea de que Leire Pajín está ahí no por sus capacidades, sino por ser mujer, o niña.
· Machismo es que cada mañana acudan a tu casa una troupe de peluqueras y un coche que te lleva el traje de ese día, para mantener la permanente competición de pelos y trapitos con la otra Vice Fashion.
· Machismo es fantasear burlonamente con la violación de una monja a manos de «sudorosos milicianos», aunque te llames Almudena Grandes y escribas en el diario más progre de la mañana.
· Machismo es fomentar la prostitución en la prensa "seria", reportajes a todo color incluidos.
· Machismo es proporcionar libremente una píldora que regala a los hombres una coartada infalible para no usar preservativo y eximirles de cualquier responsabilidad (22% de las mujeres confiesa mantener relaciones sexuales sin protección porque sus parejas se niegan).
· Machismo es permitir que la mujer se deshaga impunemente del hijo que lleva dentro, la mayoría de las veces forzada por su pareja, sin ofrecerle otras alternativas. Es obligarla a ejercer una violencia sobre su cuerpo mientras el varón espera, tranquilamente, a que se "solucione" el problema.
· Machismo es, en fin, utilizar el manidísimo recurso del machismo cada vez que se critica a un miembro femenino del gobierno. Y además de machismo es cobardía y simpleza. Y falta de argumentos. E Infantilismo tonto («¡Seño, seño que Marianín me ha llamado niña!»). Y una gilipollez como la copa de un pino.
¡Vale ya, hombre! (uy, perdón)....
3 comentarios:
Juer Pepe, en dos palabras: im- presionante!!!
Abrzs.
Oscar Molina.
P.D. Lo reenvío.
La objetividad brilla por su ausencia. Cuando adjetivo junto... Y además, das por sentado que todas las mujeres que abortan lo hacen obligadas por otro hombre. Bravo.
Y yo añado:
Machismo es la ley de divorcio expres que permite a los señores maduritos, abondanar a sus hijos y a su santa con la que ha estado treinta años o más, que ha obtenido el éxito gracias a su primera mujer y la segunda... gracias al éxito.
La segunda que duda cabe es una jovencita veinticinco años más jove que él, como dice Sabina (de esas que dicen te quiero si ven la cartera llena...)
En cualquier caso creo que mientras sigan habiendo mujeres que que con veintipocos años prefieran arrimarse a un viejo que luchar por si mismas, poco podemos hacer las que nos casamos por amor, con un hombre que no tenía nada, que hemos luchado tantísimo por hacernos un huevo en este mundo machista además de ocuparnos de la familia. Pero señores esos sacrificios no cuentan, con las leyes actuales, si lo diste todo por amor y tu carrera profesional no llegó tan alto por haberte dedicado a la familia y ahora tienes unos ingresos pequeños, en muchos casos años sin cotizar a la seguridad social por haber trabajado en la sombra para atender mejor a la familia, que en estos casos suele ser el marido el más beneficiado. Ahora, a los cincuenta y tantos te dicen "Nadie te pidió que lo dejaras todo por la familia" "lo hiciste porque quisiste" Y para terminar ahora "buscate la vida" . Otro día hablaré del tema del sufrimiento de los hijos que en ese momento tienen veintipocos años, es decir son de la misma edad que la "segunda" de su padre.....
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