miércoles, 24 de septiembre de 2008

Échame a mí la culppa de lo que ppase

Pues ahora resulta que todo es problema de los de siempre. Y concretamente, del de siempre. Ya me extrañaba a mí. La crisis, el paro, el hundimiento inmobiliario, el hundimiento de nuestro prestigio internacional, el fracaso de la negociación (unilateralmente decidida) con ETA, los últimos atentados, el último asesinado, los desacuerdos egoístas con Montilla, los ataques a nuestras tropas en la no-guerra de Afganistán, los terroristas suicidas de Pakistán, el accidente de Spanair y hasta los injustos e injustificados abucheos al pobre Pepiño en el funeral por el último brigada asesinado por el odio etarra (“¡más mano dura y menos caradura!” le gritaban a Pepiño, ¡pobre!); y si me apuran, también el affaire Robinho, que se ha largado de un club tan facha y centralista como el Madrid para aterrizar en un equipo gobernado por un imán, un sultán o algo así, que es mucho más islamista y más guai. Sí, sí, no cabe la menor duda: la culpa es del PP y, sobre todo, de Aznar. Tan de Aznar como los atentados del 11-M, ésos tan originales de los suicidas a posteriori; tan de Aznar como la nueva guerra santa de Bush (y otros 40 países); tan de Aznar como los exabruptos mentales de Chavez; tan de Aznar como la muerte de Chanquete, la caída del muro y el crack del 29, si me apuran.
Sí, sí, lo ha dicho Z: la culpa de todo la tienen los neocón, «esos políticos que surgieron tras la elección de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos, a los que tanto han aplaudido Aznar y Rajoy». Análisis profundo de la situación económica mundial. Y todo, cuando el amiguete Solbes, el que se suponía ministro más serio de Z (incluso el único serio), va y suelta eso de «es la peor crisis desde que tengo uso de razón»*. ¡A buenas horas mangas rojas! Si ya lo decía él, lleva años diciéndolo, avisándolo, previéndolo, adivinándolo; y si no hemos hecho caso de sus sabias y acertadas predicciones es porque el PP las tergiversaba maliciosamente. ¡PP malo!

En fin, está claro que la vida a veces es como un chiste. Y con estos energúmenos, desgraciadamente, lo es casi siempre; un mal chiste además. Éste que viene a continuación, en cambio, es un buen chiste… y una desgraciada realidad:

Un hombre camina por un pueblecito, cuando de pronto se da cuenta de que tiene un globo aerostático flotando sobre su cabeza. En la canasta hay un señor, que le hace señas desesperado. El piloto del globo logra que el aparato descienda un poco y le grita:
—Disculpe ¿podría ayudarme? Prometí a un amigo que me encontraría con él a las dos de la tarde, pero ya son las dos y media, y no sé dónde estoy.
El transeúnte, con mucha cortesía le responde:
—¡Claro que puedo ayudarle! Usted se encuentra en un globo de aire caliente, flotando a unos 10 metros de altitud sobre esta calle. Está a cuarenta grados de Latitud Norte y a cincuenta y ocho grados de Longitud Oeste.
El aeronauta escucha con atención, y después le pregunta con una sonrisa:
—¿Amigo, es usted del PP?
—Sí señor, para servirle; pero ¿cómo lo supo?
—Porque todo lo que usted me ha dicho es técnicamente correcto, pero esa información no me sirve de nada, y sigo perdido.
El hombre del PP se queda callado a su vez, y al final pregunta al del globo:
—¿Usted no será por casualidad del PSOE?
—Si, soy socialista. ¿Cómo lo ha averiguado?
—¡Ah! Muy fácil: mire, usted no sabe ni dónde está, ni hacia dónde va. Hizo una promesa que no tiene ni idea de cómo cumplir, y espera que otro le resuelva el problema. Está exactamente tan perdido como antes de preguntarme. Pero ahora, por algún extraño motivo, resulta que la culpa es mía.

Pues eso, lo de siempre. Que Z y sus colegas son más expertos en quitarse culpas que mi hija de 2 años en echárselas a sus hermanos. Por cierto, si al final resulta que Obama no gana las elecciones, ¿de quién sería la culpa: también de Aznar o del gafe de Z? ¡Ay, qué disgusto, Bardem!


(*) Tras esta sorprendente afirmación solbiana, me surge una pregunta: ¿Desde hace cuánto tiene uso de razón Solbes, si es que lo tiene? ¿Años, días, horas…?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Cómo se dice bobo?


¿Cómo se dice bobo en catalán?

Porque hay que ser bobo (y boba) para entonar Els Segadors en la Diada Nacional de Catalunya, con tanta emoción como falta de convencimiento, ante la tumba de un falso héroe nacionalista mientras los hijos de ese falso héroe nacionalista te llaman de todo menos guapo (y guapa) y queman la bandera de tu país o Estado y el retrato de tus reyes (y tú callas y no dices nada porque estás cantando Els Segadors). Y todo para hacerte más simpático ante unos seres a los que sólo les vas a caer mejor si estás muerto (y ni por ésas). Ya puestos, señora Sánchez Camacho (¡ay, ese apellido charnego…!), podíamos cambiar el nombre del partido y en lugar de pepé llamarlo pep, como Guardiola. Igual así…

¿Cómo se dice bobo en batúa?
Porque para bobos, el cada vez más payaso, más iluminado y más extraterrestre Ibarreche y sus planes a todo plan (Europa debe estar partida de risa). Y empatados a bobo, los que aún piensan que hay dos peneuves, uno radical y otro moderado, uno loco y otro cuerdo, uno ETA asesina y otro ETA dialogante, uno Iribar y otro Urkullu… No, no, no. El PNV es uno y trino, lo mismito con diferente cara según convenga, desde siempre jamás; y sin careta tiempo ha, desde Lizarra/Estella o así. Lo mismito que la dialogante ETA, que ayer intentó volar a un policía (que fallara la bomba no quita ni un ápice la intención asesina)

¿Cómo se dice bobo en charnego?
Porque la que están liando los amiguetes Z y Montilla a costa de la financiación, la (falsa) solidaridad interterritorial, los cupos, los treses por ciento, los menosprecios y los complejos de superioritat... Y menos mal que son amiguetes, que si no, uno pensaría que Montilla, colocado a dedo y a traición por su amiguete Z, puesto a elegir entre Dios y el César ha elegido al César, que es más mundano pero es el que tiene las monedas; o sea, que muerdo la mano que me da de comer o el dedo que me dio el poder sin pestañear (y perdón por la eñe), que para eso he hecho un curso intensivo de catalán, en lengua y alma.

¿Cómo se dice bobo en guaraní?
Porque bobo, bobo, el gorila rojo, que en vez de gorila habría que llamarlo bonobo. Bobo y peligroso. Pura demagogia estúpida e incendiaria, que puede acabar en guerra regional cualquier día de éstos, sólo por joder a Bush. Puede que sea lo que quiere, el bonobo de él. Hundir un poquito más a su pueblo y a los de sus colegas de la zona con la excusa yanqui. El diplomático y democrático amiguete americano del prestigioso estadista Z: Dios los cría y Bush los junta.

¿Cómo se dice boba en Sorayés?
Porque con la que está cayendo en el campo del Gobierno (crisis, aborto/eutanasia, paro, EpC, financiación…), hay que tener pocas miras para resumir la totalidad de la caótica situación que padecemos en un titular tan… tan… ¡tan bobo! como el que nos regaló la portavoz: ¡nada menos que “Rodríguez Menéndez”! Querida Soraya, deja las demagogias y las simplezas para los expertos, que son ellos, y di algo serio, por Dios, que para eso te pagan. Y si pretendías ser ingeniosa, en fin, dejémoslo ahí.

¿Cómo se dice bobo en garzonés?
¡Pues como su propio nombre indica: Garzón! Son sinónimos. Ya lo cantaban Radio Futura: «Eres tonto Garzón, y no tienes elección». Lo realmente preocupante del juez Garzón no es que sea bobo, es que sea juez. Juez justiciero, mamporrero y florero, que casi riman con ego.
(Ahora que lo pienso, lo que sí rima con ‘ego’ es borrego). Y el bobo, dale que dale levantando tumbas parciales y elevando cortinas de humo; y nosotros mira que mira hacia allí... como borregos.

¿Cómo se dice bobo en Marianés?
Y es que hay que ser rematadamente pichón para soltar una frase como la que acaba de soltar el autoproclamado jefe de la oposición: eso se llama maná caído del cielo para el enemigo. Y si han malinterpretado sus palabras, es que no las ha dicho lo nítidas que las tenía que haber dicho. ¡Basta ya de ironías, de jueguecitos de palabras estilo gallego y de digo lo que no digo pero lo digo porque no lo digo. Si quieres decir algo ¡dilo, coño! Y bien clarito. Para tontos. Y luego lo repites. Y otra vez. Que la gente se entere, que parece que nos da vergüenza hablar claro por si acaso se ve lo que pensamos.

¿Cómo se dice bobo en turco?
Cuando por fin creíamos todos que se había acabado la bobada infinita (y carísima) de la Alianza de Civilizaciones, va el amigo Z y se apunta al ramadán turco de la mano de su colega Erdogán, el laico. ¡Que viva la laicidad! ¿Será porque el ramadán es una cosa cultural? Porque, claro, no va a ser algo religioso ¿no? Y por cierto, ¿sabe el bobo solemne que no puede picar entre horas, ni comida ni lo otro, desde el alba hasta la puesta del sol? Y lo que es más importante ¿lo sabe su señora?

¿Cómo se dice bobo en cenutrio?
O en pepiñés, que viene a ser lo mismo. Porque al amigo Pepiño, alias P, en estos lances no le gana nadie. Pero nadie. Coge cualquier frase, cualquier palabra, incluso cualquier letra, la retuerce como plastilina, la moldea con precisión de alumno de guardería y la convierte en cualquier cosa que no tenga nada que ver con lo que se ha dicho en origen; da igual lo absurdo de la conversión. Para él es una verdad irrefutable y, lo que es peor, se la cree a pies juntillas. Como un infante sus propias mentiras (infante de infantil, no me malinterpreten). Pero bueno, para eso le pagan; y el pobrecillo no ha estudiado. No da más de sí. ¡Y mira que si al final es verdad que lo hacen ministro…! (¡Glups!).

lunes, 8 de septiembre de 2008

¿Hipócrita? ¡Y a mucha honra!

El señor Rodríguez, alias Zapatero, alias Z, alias Mister Paz, de profesión iluminado y en sus horas libres presidente del gobierno paritario de mi país, alias Ezpaña, me ha llamado HIPÓCRITA. Sí, a mí, que no soy nada, que no soy nadie; a mí y a otros millones de personas, de derechas, de izquierdas, de centro, de arriba, de abajo, de aquí, de allá y de donde sea, qué mas da, que tampoco son nada ni son nadie, porque su opinión no existe, para qué, si no es buena ni progre ni aceptable. Y me ha llamado, nos ha llamado hipócritas por el simple hecho de no estar de acuerdo con el aborto, ese pragmático invento social que consiste en desembarazarse de un problema llamado hijo o hija por medio del sencillo método de acabar con su vida antes de que vea la luz (ojos que no ven...). Cosa ésta de la vida del no nacido, dicho sea de paso, que defiende nuestra tan cacareada Constitución: “la vida del nasciturus, en cuanto éste encarna un valor fundamental —la vida humana— garantizada en el artículo 15 de la Constitución, constituye un bien jurídico cuya protección encuentra en dicho precepto fundamento constitucional” (sentencia 53/1985 del tribunal Constitucional). O sea, que matar una vida humana es malo, y además, delito; haya visto o no esa vida la luz del sol. Si defender eso es ser hipócrita, gracias por el halago, señor presidente. Y si de bien nacidos es ser agradecidos (para lo que primero hay que nacer, claro), le devuelvo el halago multiplicado, como usted se merece, porque no hay nadie, nadie, más hipócrita que usted, señor presidente. Y repito: nadie. Dicho sea como un halago, faltaría más. Y para redondear el halago, me he tomado la molestia de recopilar algunas muestras de la hipocresía infinita que adornan su magnética y sonriente personalidad:

Hipócrita es sonreír a las víctimas del terrorismo y negociar a sus espaldas con quienes las mataron, secuestraron y mutilaron; es negar en el Congreso, a la luz de los micrófonos y las cámaras, lo que hace a escondidas, en la oscuridad de las cloacas; es promover la Ley de Partidos y al mismo tiempo comenzar a dinamitarla; es llamar a Otegui “hombre de paz”, o no permitir que el asesino De Juana se mate a sí mismo según su propia voluntad y defender al doctor Montes por matar a personas inocentes contra su voluntad.

Hipócrita es llamar asesino a Bush y Aznar y demócratas a Castro y Chavez; es llenarse la boca con Irak y callar como un perro con Afganistán, Chechenia, China, Georgia...
Hipócrita es presumir de democracia y tratar de aplicar el cinturón sanitario a la Oposición, de amordazarla como sea, incluyendo asalto a sus sedes, agresiones a sus dirigentes o detención de sus militantes.

Hipócrita es presumir de feminista y progre y mostrar su harén de ministras posando para el Vogue, envueltas en pieles de animales muertos (¡horror!); o enviar a una ministra embarazada de 7 meses a una guerra por pura imagen; o presumir de fifty fifty en el gobierno pero ocultar el 80/20 del resto de secretarías, vicesecretarías, asesores y demás altos cargos.

Hipócrita es negar la crisis a todos los españoles durante más de un año; es prometer pensiones, trabajo, bienestar, política social y generar paro y paro y paro. Es engañar miserablemente sin preocuparse de la miseria que pueda generar el engaño.
Es pedir austeridad y aumentar un 15% el número de asesores de confianza (¡que ya son 600!); o aumentar el sueldo 3.000€ al mes (¡al mes!) al padre de la ministra Aído y otros cargos de la Diputación de Cádiz.

Hipócrita es dejar a media España sin agua sólo porque el plan lo había diseñado el odiado partido de la oposición. Es acusar de crispar a quien hace oposición (y tiene la obligación moral y política de hacerlo) y reír la gracia a los extremistas que insultan a los españoles, o queman banderas y retratos del Rey.

Hipócrita es abanderar el cambio climático porque está de moda y, por ejemplo, mantener el coche oficial encendido durante horas en el parking de la playa (Gerra, Cantabria) para que el señor ministro Bermejo no se nos sofoque por el calor al volver a casa. Es dejar a miles de personas sin hogar por la ley de costas y levantarse un ático a unos metros de la playa (Pepiño).

Hipócrita es abanderar la Alianza de Civilizaciones en el exterior y volver a enfrentar a las dos Españas en casa. Es presumir de liderazgo internacional (“la champion lig”) y ser el hazmerreír del mundo mundial (eso cuando nos hacen caso).

Hipócrita es clamar por la libertad de pensamiento y tratar de imponer su doctrina a los niños; es regalar derechos a una minoría y negárselos a millones; es hablar de libertad religiosa y atacar incansablemente a los católicos por el simple hecho de serlo.

Hipócrita es llenarse la boca con la palabra VIDA y promover la MUERTE, más o menos sutil, de ancianos, enfermos y niños. Es defender con más ahínco un huevo de águila real que un feto, los derechos humanos de los grandes simios que los de los seres humanos más pequeños. Es anteponer el “derecho a la salud reproductiva de la madre” al derecho a la vida del niño; y encima ofrecerlo como “única solución” cuando los españoles tenemos que adoptar 23.000 niños al año en el extranjero.

Hipócrita es no llevar la nueva Ley del Aborto en el programa electoral y sacarla a la palestra unos meses después por pura conveniencia. Es utilizarla como paradigma de la progresía, de la modernidad, de los avances sociales y, lo que es mucho más hipócrita, de los derechos humanos. Y quien no esté de acuerdo es un cavernícola, un fascista, un represor, un inquisidor, un ultra, un asesino... y un hipócrita.

Pues eso, Mister Paz, que si por defender la vida de los que aún no han nacido soy un hipócrita, sea, ¡y a mucha honra! Ojalá usted pudiera afirmar lo mismo de sus múltiples y dañinas hipocresías.

martes, 2 de septiembre de 2008

Carta rendida a María Antonia Iglesias


Querida, admirada y respetada María Antonia (¿puedo llamarte Mari Toni?), te escribo estas emotivas líneas para mostrarte mi más sincera solidaridad con tu persona, tan injustamente vilipendiada por la derechona extrema y pendenciera. No es justo que digan de ti que eres prepotente, intolerante, jacobina, zafia, mamporrera, mezquina y maleducada, cuando todo el mundo sabe que eres dulce, educada, sutil, ecuánime, independiente, amable y divertida como la que más. Y quien diga lo contrario miente como un bellaco.


Tampoco entiendo cómo pueden tacharte de insensible con las víctimas del terrorismo, sólo porque achacaste las críticas que hizo Marimar Blanco al presidente Z y el dolor que sentía por su negociación con ETA a que Mari Mar es del PP. ¡Insensibles son los que te critican! Y seguro que te llamaron de todo menos guapa cuando afirmaste, demostrando una vez más tu inmenso talante democrático, que «Batasuna debe participar en las elecciones porque es dejar sin voz a medio millón de vascos». Puede que hasta te llamaran traidora, falsa y exagerada por regalar 300.000 votos extra a los demócratas etarras y por asegurar, fiel a tus inquebrantables principios democráticos, que era «una imbecilidad» no estar de acuerdo con tus posiciones. ¡Ay, qué injustamente se porta la vida contigo, mi pobre Mari Toni!


Ni puedo aceptar tu fama de resentida integrista del progre-republicanismo más progre-republicano que te achacaron tus enemigos fascistas cuando afirmaste, con todo el sentido común e histórico, que el Desfile de la Fuerzas Armadas del Día de la Hispanidad era «partidista porque sólo desfiló la bandera bicolor representando a España y no la tricolor republicana», pues «la bandera bicolor es cosa de Franco y excluye a los españoles derrotados en la guerra civil». Seguro que además te tacharon de estúpida, ignorante y maniquea. ¡Con la pedazo de memoria histórica que tienes tú, que has vivido in situ la historia de España desde que nació, por lo menos!


Pero lo que más me repatea es que te califiquen de sectaria sólo porque llames fascista a todo el que no comulga con tu siempre acertado criterio o a los votantes/simpatizantes/ militantes del PP sólo porque lo sean o porque defiendas el democrático cordón sanitario de Lupi o porque justificaras las democráticas agresiones a las sedes del PP afirmando (con toda razón) que eran ellos quienes las provocaban. Si son unos fascistas de mierda y unos fachas y unos asesinos, ¿por qué no se lo vas a llamar? ¿Es que no hay libertad de expresión o qué? Y si en las tertulias televisivas interrumpes continuamente a todo el que cuestione las tesis oficiales de tu jefe oficial, es porque no merecen hablar. Y punto en boca. Y además lo haces con tal elegancia, gracejo y sutileza que no se te puede ni reprochar la (presunta) falta de educación. ¡Pero si los interrumpidos quedan incluso agradecidos por tus inteligentes a la par que elocuentes multi-interrupciones! (y si se quejan, es que son unos antidemócratas mercenarios de la extrema derecha). Y quien ose decir que segregas bilis en cada palabra y supuras odio en cada argumento es un mentiroso, un exagerado, un asqueroso y está corroído por la envidia más envidiosa y fea (con perdón).


Y ya me sublevo y me revelo y me revuelvo, mi querida Mari Toni, cuando cuestionan tu ejemplar profesionalidad, tu imparcialidad, tu independencia, ¡tus valores democráticos sin mácula! sólo porque fuiste directora de los servicios informativos de TVE en los años de la (presunta) corrupción, del (presunto) GAL y la (presunta) cal viva, de los (presuntos) fondos reservados y demás presunciones de la era González, tu idolatrado, tu bienamado. Y buena prueba de tus 100 años honradez (o más) es que cuando fuiste directora de la revista Interviú no abusaste de tu posición para salir en portada, haciendo también gala de tu modestia y de tu buen gusto y probablemente salvando alguna vida.


Y me cabreo y me indigno y me exacerbo cuando te comparan con el seboso monstruo Jabba el Hutt de la Guerra de las Galaxias o te llaman “albóndiga estalinista” o “albóndiga roja”. ¡Es que no lo puedo soportar! ¡Qué falta de educación, qué grosería infame, qué zafio comportamiento ante una gentil dama! ¡Mira que mezclar la comida con la política!


En fin, mi querida, admirada y respetada María Antonia Iglesias, nombre de reina desafortunada y apellido de casta vocación (aunque sé que tú nunca perderás la cabeza como la monárquico-fascista María Antonieta; y que tampoco ejerces la castidad, al menos voluntaria, como los curas de la COPE), sólo quiero añadir que estoy contigo, que te aprecio por lo que eres y por cómo eres, que te quiero por tus muchas virtudes y tus escasísimos defectos; y te prometo, con el corazón en la mano, que cada vez que te vea en las tertulias de la tele sonreiré con deleite, sólo por verte, sólo por escucharte. Y a los que no te comprenden, ¡que les den morcilla! Porque, ah, Mari Toni, ¿quién puede dudar de tu belleza interior? Si tú eres la prueba viviente de que LA CARA ES EL ESPEJO DEL ALMA.


Besos... bueno, abrazos... estooo, un saludo afectuoso

Tu rendido PP.


PD. Y dile a tu amigo y compañero Enric que sonría un poco, ¡hombre!, que da pena. No entiendo cómo puede tener esa cara de amargado perenne compartiendo bancada con tu bellísima persona.


jueves, 24 de julio de 2008

Z y los números rojos

No es por señalar, pero al amigo Z y a sus camaradas lo que les mola el color rojo raya en lo enfermizo. O si no que me expliquen por qué llevan meses, ¡meses!, tratando con todas sus ganas, toda su infinita ignorancia y su mucho más que infinita demagogia, de enfermar las saneadas cuentas del Estado —o sea, nuestra pasta, simplemente para teñirlas de su color favorito; están tan obsesionados con el rojo, que después de ver el triunfo apoteósico de “La Roja” en la Eurocopa, les ha entrado la envidia tonta y ahora quieren que el euro sea más rojo todavía. Lo malo es que aquí no va a haber triunfo apoteósico sino debacle apocalíptica. ¡Maldito rojo! (me refiero al color, obviamente, no me vayan a pensar mal).

El caso es que durante meses (desde mucho antes de esos 100 días de —snif— segundo mandato del autoproclamado rojo Z) hemos estado jugando a las palabras («¡No vale decir crisis! ¡Uy, lo he dicho!»). Y todos hemos seguido el juego, todos: desde los medios de comunicación, afines y desafinados, hasta la cada día más pardilla oposición pepera pasando por la cada vez más visible oposición no pepera. Los ciudadanos de a pie no tanto, porque más que a las palabras hemos jugado a los hechos, por ejemplo a ver cuántos agujeros más tiene el cinturón. Pero puestos a jugar, si nos fijamos en la progresión de palabras y frases que se han utilizado en los últimos meses para evitar la palabra innombrable, sinceramente, la que menos miedo me da es justo la innombrable.

Veamos:
Dificultades coyunturales, empeoramiento, desaceleración, brusca desaceleración, desaceleración transitoria ahora más intensa, desaceleración rápida, situación ciertamente difícil y complicada, debilidad del crecimiento económico, crecimiento debilitado, condiciones adversas, frenazo, coyuntura económica claramente adversa, deterioro del contexto económico, escenario de crecimiento debilitado, periodo de serias dificultades, difícil momento coyuntural, gravedad de la situación, las cosas van claramente menos bien, situación grave y preocupante, claro y rápido empeoramiento de la situación, problema de dificultades, tiempos difíciles y complicados, aminoración del superávit (ésta acojona ¿verdad?), serias dificultades creadas por circunstancias externas, hacer frente a una situación que esperemos que sea corta y se pueda solventar de forma rápida (¡inefable Pepiño!), etcétera, etcétera, etcétera.

¿A que dan miedo? Desde luego, cualquiera de estas frases te la dice tu médico y date por muerto (sobre todo si quien te lo dice es el doctor Muerte, perdón, el honorable doctor Montes). Hagan la prueba: «Lo siento señora, su marido sufre una coyuntura coronaria claramente adversa» (dos semanas de vida); o «su páncreas sufre una desaceleración transitoria ahora más intensa» (un mes a lo sumo); o «respecto al nuevo tratamiento, las cosas van claramente menos bien» (una semana y cuidándose mucho). Y ya si el doctor te dice, con rostro afligido y voz exageradamente grave, «acaba de entrar usted en números rojos», si no te mueres directamente en la consulta de la impresión, es que te quedan días, ¡horas incluso!

Pero no temáis, hombres de poca fe. Porque una vez Z ha mentado la palabra innombrable, ya está tan trasnochada que no parece grave. Crisis. ¡Pues vaya! Crisis, crisis, crisis. Nada, ni un temblor. Y si encima nuestro sabio y económicamente solvente presidente (perdón por el pareado) nos tranquiliza afirmando con su habitual sinceridaz que «la situación económica actual requiere de reflexiones profundas para acertar en la respuesta política. Antes de tomar decisiones se están haciendo reflexiones de fondo» y que nunca la economía española había enfrentado una situación de este tipo en «unas mejores condiciones de partida» y que «España saldrá todavía más fuerte» de esta situación «complicada», ¡pues nada!, ¿de qué hay que preocuparse? Todo está controlado. Y el que se preocupe es un antipatriota y un fatalista y un irresponsable y un catastrofista y un pesimista antropológico y no merece vivir en un país que lidera la ChampionsLi de la economía mundial.

Y si además Pepiño, alias P, el gran estadista y prestiogiosísimo anal-ista económico internacional nos dice que todo esto es «fruto de la guerra de Irak», que «lo que ha pasado en EEUU por la pésima gestión de Bush, que ha dilapidado la herencia de Clinton, ha llevado a una crisis sin precedentes al sector financiero», pero que «los tiempos son difíciles, y no estamos para negarlos, sino para afrontarlos, resolverlos», pues yo me quedo más tranquilo, qué quieren les diga. Y si nos hemos fundido el superávit y estamos en números rojos, pues oye, que es nuestro color, el de la selección, el de Cuatro, el de Ezpaña. Y nos favorece un montón. ¿O no?

miércoles, 16 de julio de 2008

Pepiño, mar adentro y otras convulsiones sociales

El inconmensurable José Blanco, alias Pepiño, alias P, flamante y nuevecito vicesecre del Psoe, está que se sale. No del partido, ni del poder, ni del insulto permanente, ni de la cara de topito estreñido y malhumorado, ¡qué va!; está que se sale de estadista médico-ético-sociológico-cinéfilo, de experto analista en convulsiones sociales y desconvulsiones vitales, o sea, que cuando una vida convulsiona a la sociedad, pues se desconvulsiona esa vida y punto pelota. La justificación moral, filosófica, jurídica, social y hasta marítima no puede estar más justificada: lo dice Bardem y ya está. Bueno, lo dice Sampedro. No, no San Pedro (creo que no se habla con Pepiño), sino Ramón Sampedro, el de Mar adentro. En fin, creo que el propio Pepiño, el progre eutanásico, lo puede explicar mucho mejor que yo:

«Los avances sociales no pueden ser frenados por posiciones retrógradas (…) el ciudadano debe tener derecho a una muerte digna, en esa dirección vamos a trabajar». ¿Y cómo lo justifica el amigo P? Pues con todo el sentido de Estado (mental) que le carateriza, claro: «Acontecimientos que han pasado en nuestro país ayudaron a madurar. Incluso algunos acontecimientos cinematográficos: la película Mar adentro convulsionó a la sociedad. Hay que dar respuestas».

Totalmente de acuerdo. Una peli justifica plenamente la eutanasia; no hace falta más debate, ¿para qué? La sociedad ya ha decidido: se dejó convulsionar por la peli, ergo aprueba la cuestión planteada en la misma. Silogismo puro. ¡Ése es mi Pepiño! Y el que lo niegue, es un retrógrado y un cavernícola y no ama a la gente porque desea su mal.

Pues bien, puestos a dar respuestas a otros temas tan vigentes y convulsionantes, he rescatado algunas pelis que también convulsionaron a la sociedad en su día, ¡y de qué manera! Te las dedico con todo mi corazón de modesto cinéfilo, oh gran Pepiño.

Podemos empezar por El Padrino y discutir sobre la corrupción política y policial; o con El Silencio de los Corderos y plantear la legalidad del canibalismo, ¿por qué no?; o abrir el debate sobre la violencia etarra-jarraitarra videando La Naranja Mecánica; podemos seguir por El Nacimiento de una Nación y charlar sobre el estatut, el plan ibarretxe y el racismo nazionalista excluyente; o Las Uvas de la Ira para comentar los cientos de miles de nuevos parados que se avecinan; y ya puestos, tenemos Apocalypse Now para debatir sobre la crisis apocalíptica que nos va a caer encima como napalm por la mañana; o En Busca del Arca Perdida para buscar en las arcas de Solbes el superávit perdido; o El Apartamento y aprovechar para sacar el tema de la hecatombe urbanística; o Gilda (¡qué mujer!), y comentar la imparable violencia contra las mujeres, denuncias vanas incluidas.

¿Vamos bien, Pepiño? ¿Te gustan las pelis? ¿Y los temas a debatir? ¿Molan? ¿O te convulsionan? Pues sigamos: Tenemos también Con Faldas y a lo Loco para hablar sobre las ministras miembras y sus locas propuestas; y Tiburón, que atemorizó a tantas generaciones como el régimen cubano del amigo Fidel; y Matar a un Ruiseñor, que nos abre una apasionante tertulia sobre De Juana Chaos y su nuevo pisito, el vecino arrepentido y ejemplar de sus antipáticas víctimas, que seguro que le niegan hasta la sal. Casablanca, otra peli mítica, nos ayudará con el tema marroquí y el simpático primo anexionista y sus movimientos migratorios; y ya que estamos, Lo que el Viento se Llevó es la peli ideal para comentar nuestro prestigio internacional, eso de la champion league y tal; o la mítica El Planeta de los Simios, que viene al pelo para potenciar los derechos humanos de los bonobos, gorilas y chimpancés, los mismos negados a los niños no nacidos. También El Mago de Oz convulsionó a la sociedad en su día, y hoy puede trasladarnos a ese mundo mágico, a esa Ezpaña idílica que nos quiere vender el iluminado Z, baldosa tras baldosa, mentira tras mentira, con sus zapatos rojos; ¿o no será más bien el de Titanic (¡11 oscars, qué convulsión social!) el destino inevitable que nos espera a los españolitos mientras los de siempre se salvan en los paquebotes?

¿Cómo lo ves, Pepiño? ¿Son pelis suficientemente convulsionantes? No me digas que no, ¿eh? Pero oye, entre nosotros, que si quieres cambiar de tema ahí está E.T. y podemos debatir sobre la existencia o no de los marcianos, para despistar; o quedamos para visionar La Guerra de las Galaxias, precuelas, secuelas y recuelas incluidas, y recordamos lo de Irak y sus megamúltiples consecuencias. Y es que, pase lo que pase, siempre nos quedará Irak, ¿verdad, Pepiño?

Sin embargo, y aunque te fastidie el plan, yo prefiero hablar de ese canto a la vida, a la familia y a la pura generosidad hacia los demás titulado ¡Qué bello es vivir! Creo que resulta muy esclarecedora a la hora de pensar en eso de la eutanasia, el aborto, las víctimas del terrorismo, los inmigrantes ahogados, las penas para los pederastas, las mujeres maltratadas y demás asuntillos de la vida y la muerte que sí preocupan y convulsionan a la sociedad. Pero para verla, entenderla y aplicarla hace falta tener algo más que una demagógica caja registradora de votos y un dvd; hace falta corazón, moral, sentimientos, principios, valores, valentía para defender la vida propia y de la de los demás (jóvenes, ancianos o no nacidos)… y todo eso, Pepiño, me temo que a ti se te escapa.

viernes, 11 de julio de 2008

Carta paritaria de una miembra contra San Fermín, el machista sanguinario

Querido y admirado presi: hoy he madrugado mucho para empezar a trabajar prontito en mi Ministerio y que no me eche la bronca la bruja arrugada ésa que tienes de vicepresi. Al poner la “Primera” para ver tu sonrisa en el telediario y alegrarme el día, he visto una cosa horrible que me ha puesto los bellos como escarpias. He cambiado de canal inmediatamente y me he ido a la otra tele nuestra, la “roja”, osea la “Cuatro”, y he visto lo mismito que en la otra. ¡Una salvajada! Te cuento, pero te preveo que te va a dar coraje. He visto a un montón de energúmenos (no digo “y energúmenas” porque no había mujeres, ¿te lo puedes creer?) todos con boina falangista y el brazo en alto cantando himnos franquistas. Mira lo que he escuchado: «A San Fermín venimos por ser nuestro patrón; nos guíe en el encierro dándonos su bendición». ¿Lo ves? Están cantando a un santurrón de esos de la iglesia católica cavernícola, que además es un patrón opresor, y van y le piden que les guíe como becerros sin iniciativa ni personalidad; y encima le dicen que les eche agua bendita, como si el santo ése existiera de verdad. ¡Pero si es una figura de madera! ¡Y van y lo repiten tres (3) veces! ¡Casi me desmayo! Y esto es sólo el principio. Porque luego salen a correr todos en manada, sólo de miembros, osea, en una especie de pura manifestación de machismo absoluto, sin dejar que participe ninguna miembra, y acosando a unos pobres animales asustados e indefensos que no han hecho nada para sufrir esa humillación tan grande. Por cierto, los toros también eran todos machos, osea, que tampoco había toras, o toros miembras o como se diga. Y los pobrecitos toros que se caen y hasta se chocan contra algún desalmado agresor (borracho y fumador, seguro; osea, de derechas) que ni siquiera les pide perdón. ¿Cómo se puede permitir un desagravio tan grave? ¡Qué fuerte!, ¿verdad, presi?

Pero esto no es todo ni toda. Porque los nobles animales llegan a la plaza muertos de miedo, perseguidos por miles de torturadores gritándoles y golpeándoles, y van y los encierran durante horas, ¡secuestrados en zulos!, para luego asesinarlos a sangre fría delante de miles de cavernícolas y cavernícolos (porque aquí si hay mujeres, eso sí, seguro que amenazadas de muerte por sus machos opresores). De los doce toros que corrían matan a seis, a los más negros: osea, que además de asesinos, ¡racistas, xenófobos y fascistas! Y después de matarlos, van y les cortan las orejas y el rabo y los cuernos y creo que los huevos también y no sé qué harán con eso, pero seguro que los usan como potenciadotes de la tetoesterona masculina y machista. Osea, que se lo comen para pegar más fuerte a sus desgraciadas parejas de género.

Querido presi, comprenderás que después de haber visto esta cosa tan horrible hoy no vaya a trabajar al Ministerio. Todavía sigo llorando, snif, snif (¿ves?) y no me siento con fuerzas de enfrentarme a la vicebruja por el tema del velo árabe o del teléfono antiagresores, que no le gusta nada, con lo buena idea que es (¡si parece tuya, presi!). Pero no creas que no he trabajado. He abierto el ordenador ese sin cables que me regalaste y he escrito una propuesta de proyecto o un antereglamento de ley o algo de eso, que he llamado Ley V.A.C.A. 2.0, que no significa nada pero es bonito, femenino y con un toque tecnológico, osea, paritario y moderno. La Ley V.A.C.A. 2.0 quedaría así, más o menos (luego habría que pasarla al lenguaje ese raro de las leyes, pero que lo haga el Soria, que para eso ha estudiado):
Primera. En vez de llamarlo encierro, se va a llamar feria, que es femenino y más alegre; y nada de santos ni de vírgenes ni de bendiciones ni nada de eso: será una feria laica 100%.
Segunda. Para hacerla paritaria, será sólo para mujeres; los únicos hombres que podrán participar son los homosexuales y los transexuales, que son más sensibles. ¡No queremos brutos ni machistas!
Tercera. Los animales serán animalas, osea mi-hembras, osea toras y vacas. Éstas irán correteando libremente por las calles, a su ritmo, sin ser acosadas por las corredoras, que simplemente las acompañarán acariciándolas suavemente y cantando canciones bonitas, para que estén contentas.
Quinta. La carrera no terminará en la especie de circo romano ése con arena y gradas llenas de salvajes, sino en un prado verde y fresco, con árboles y un paisaje precioso. Allí, una experta veterinaria sexóloga las incitará para que disfruten de los mayores placeres sexuales, unas con otras, solas, en grupo o como prefieran, que para eso son libres y no tienen comido el coco por los ovispos ni los curas.
Sexta. Se retransmitirá obligatoriamente por todas las cadenas de TV, para concienciar a la ciudadanía del tema este de la paridad, la igualdad y los derechos humanos de los animales. Y también se incluirá en la asignatura de Educación para la Ciudadanía como si fuera una costumbre cultural de siglos atrás, borrando de todos los libros la anterior versión bárbara y machista, que seguro que nació con el franquismo.

Y en la sexta me quedo, que para eso es la tele amiga y no saca el San Fermín sangriento ése y sí a Buenafuente, que me encanta (ya ver cuándo me llama).

Espero, querido presi, que te guste esta propuesta de proyecto tan paritaria y tan bonita; y ojalá se apruebe en el consejo de ministros y ministras del viernes, a no ser que la vicepresi me lo eche para atrás, que me tiene una manía la muy... (yo creo que además es machista).

Nada más, se despide tu miembra favorita
Bibi.


PD. A ver si el viernes tratamos también lo del aborto libre, que sería un logro muy bonito y muy paritario en favor de los derechos y libertades de las mujeres de este país. Un besito.

lunes, 7 de julio de 2008

Sobre el orgullo y el Orgullo

¡Zerolo vive! ¡Lo sabía, lo sabía! ¡No podía haber desaparecido así por las buenas! ¡¡Aleluyaaa!! El tío (oloquesea) más ubicuo y omnipresente de la política española; ése (ésa oloquesea) que salía en todas (¡todas!) las fotos oficiales y oficiosas daba igual la compañía, el tema o la reivindicación (socialismo, lesbianismo, palestinismo, pacifismo, feminismo, antitaurinismo, laicismo o cualquier otro ismo); el personaje (o personaja) más fotogénico y marketiniano del cada día más fotogénico y marketiniano Psoe, sí, sí, Zerolo el único, el inimitable, el inconmensurable, Zerolo el bello, Zerolo el Magnífico... ¡HA VUELTO! No sabemos dónde ni con quién ha estado (suponemos que dándole al orgasmo democrático con su marido oloquesea), pero ya está con nosotros y con nosotras. Y estamos todos y todas tan contentos y contentas que sus amigos y amigas le han organizado una fiesta. ¡Y vaya fiesta! Un fiestón, vamos. Todo un carnaval para él solito, con carrozas, disfraces, música, sexo, alegría por un tubo y más de un millón de amigos (¡chúpate esa Roberto Carlos!). Un merecidísimo homenaje a tan insigne personaje (o personaja) y una alegría para nuestros ojos. Volver a ver esos bucles perfectos coronando esa sonrisa perfecta sobre ese cuerpo (suponemos) perfecto, de verdad, no tiene precio.

Allí estaban todos y todas rodeando a mi Zerolo, algunas miembras como la Bibi Aído y un montón de miembros como Cándido Méndez, Pepiño, Llamazares (más bien membrete) y alguno más, por delante y por detrás (perdón por el chiste fácil, pero es que sólo se ven tíos oloquesea tras la pancarta; cosa que, bajo el lema “la visibilidad lésbica” queda cuando menos un poco paradójico). En fin, que a Zerolo se le veía feliz y más fresco que nunca con su abanico arco-iris cortejando maromos, que a la ministra se la veía muy a gustito rodeada de tantos miembros y que el más de un millón de amigos, amigas y oloquesean se lo pasaron de rechupete entre visibilidades lésbicas, cuerpazos gays y orgasmos democráticos. Una fiesta de la que, con toda la razón, Zerolo se tenía que sentir orgullosísimo. ¡A ver quién la supera el día de su cumple! (si es que este chico cumple años).

Yo, que no estuve en la fiesta, no sentí el orgullo de Zerolo. Ni por él ni por todos sus compañeros/as, aunque fueran un millón, o una millona que diría la otra. ¡Qué le vamos a hacer! Soy así de rarito (antes, ser rarito era lo contrario; es lo que tiene la progresía). Pero este fin de semana sí he tenido mi ración de orgullo. Me sentí orgulloso del gran Rafa Nadal, de esa bestia del tenis que ayer logró el mayor triunfo de su carrera. Me sentí orgulloso de su hazaña épica —y casi trágica— en la hierba de Wimbledon; de su fuerza, de su tesón, de su entrega, de su profesionalidad, de su espíritu de sacrificio, lucha y superación, de su deportividad y de su sentido de la amistad; me sentí orgulloso de su llanto emocionado, de su informalísimo abrazo al Príncipe, bandera española en mano, para “agradecerle como español su apoyo”. Y yo, que soy así de raro, me sentí orgulloso como español y como persona, porque Nadal representa muchos de esos valores que nos quieren hacer olvidar (esfuerzo, deportividad, agradecimiento, sano patriotismo) en esta Ezpaña cada día más perdida en orgullos, talk shows, buenismos tontos, famas fáciles, todo vale, etc. en la que nos están intentando sumergir Z, Zerolo, Pepiño y demás colegas. Así que, ¡gracias Nadal! Ojalá tu ejemplo tenga más fuerza que el de Zerolo. Y ojalá nos hagas sentir orgullosos muchas veces más.

miércoles, 2 de julio de 2008

Lo que el fútbol ha unido, que no lo separe Urkullu


Esta vez España sí ha sido España, no Ezpaña. La auténtica, la sincera, la de verdad, la de todos, la de siempre (sí, sí, la de siempre... incluso de antes de Franco, oye, que ya existía España aunque a algunos les cueste creerlo). Hemos oído gritar ¡Viva España!, e incluso ¡Arriba España!, a unos chavales en un escenario montado a mayor gloria de la tele del grupo PRISA, sin que nadie les llame fachas. Increíble. Y con el icono progre Manolo Escobar subido al escenario. ¡Toma tomate! Incluso en la SER, sí, sí, en la SER, el tal delamorena comentó literalmente "¿Verdad que escuchamos los gritos de viva España y no nos sentimos fachas?". Alucinante. Han tardado 30 años en descubrir que han sido gilipollas durante 30 años. Pero ¡cuidado!, no nos pasemos a ver si nos van a confundir; el mismo delamorena, entrevistando al presi Z, le hizo esta pregunta aparentemente estúpida y pelota pero en realidad totalmente estúpida y pelota: "Nos lo merecíamos y se lo merecía este país, porque, fíjese, lo que está haciendo usted ahora es como si lanzara un mensaje de Navidad en una de las noches más felices para este país, ¿no? En un momento en el que el miedo, el temor, la preocupación del momento, que si la crisis, que si el petróleo, que si el paro, que si el trabajo, todo eso, pues ahora mismo nos une a todos la misma felicidad".
Sí, delamorena, sí, "este país" ha demostrado que es un país con nombre propio, con sangre propia, con corazón propio, con voz propia que (esperemos) ya no va a ser callada por los complejos ajenos, especialmente de tu Grupo mediático y vuestros intelectuales (?) a sueldo; y ha demostrado también que hay muchas cosas que nos unen a todos (a los que quieren y a los que no) y que, efectivamente, y mal que les pese a muchos (que no son tantos pero hablan mucho), España es una nación de la que los españoles están orgullosos. Y cada vez más. Suena raro decir esto, pero es verdad. El sentimiento está ahí, ha estado ahí siempre, sólo que dormido; y ha ido despertando poco a poco a base de nadales, pedrosas, gasoles, alonsos, tomases, adriás... hasta que llegaron los torres y compañía y le soltaron un bofetón patriótico que le ha hecho saltar de la cama y ponerse en pie y mirarse al espejo y decirse: ¡Joder, soy español! ¿Qué pasa? ¡Que viva España! Y olé.
Y lo mejor de todo es que esto, ayer tan impensable, hoy se escucha en toda España, incluidos Euskal Herria, Paisos Catalans, Paisos Balears y Paisiño Galego. Así que, ¡¡Viva España y olé!!... ¡Y yo que me metía con el fútbol!

Y mientras, los gollum de turno, los urkullus, anasagastis, tardás, ridaos, puigcercoses y demás, carcomiéndose en sus teóricos minifundios, mascullando entre dientes "mi país, mi país" mientras miran paranoicos a norte, sur, este y oeste temerosos de que el frodo centralista de turno les arrebate el poder del anillo nacionalista. Ése que, mal que les pese, lleva inscrita la leyenda, grabada a sangre y fuego (en rojo y gualda): "eres español, aunque te joda".

PD. Sólo espero que este redescubierto sentimiento patriótico —tan natural, tan llano, tan sano, y tan absolutamente normal en todos los países del mundo— no se desvanezca tras la resaca post-copa. Sería una lástima, una decepción y un desgraciado retroceso hacia la estupidez progre (válgame la redundancia).

jueves, 26 de junio de 2008

De simios humanos y humanos salvajes


Hoy la noticia "humanitaria" del día es que el Gobierno de Ezpaña quiere abanderar en Europa el Proyecto Gran Simio, ése que pretende aplicar los derechos humanos a los gorilas, chimpancés, bonobos y demás especímenes casi, casi humanos. Literalmente se trata de «proteger a los grandes simios del maltrato, la esclavitud, la tortura y la muerte», así como de prohibir que se experimente o investigue con ellos (y ellas), ya que son los seres vivos más evolucionados y parecidos a nosotros (y nosotras): nada menos que compartimos un 98% de ADN, un poco más que con el gusano nematodo (75%), que debe ser muchísimo en ambos casos, en vista de lo que se parecen tantos humanos a los primates y, sobre todo, a los gusanos (aunque nos separe más porcentaje de ADN, ¡qué cosas!).
¡Pues me parece muy bien, oye! Lástima que otros seres igual de vivos, y mucho más humanos (¡su ADN coincide en un 100%!), no merezcan la misma consideración ni la misma compasión. Lástima que, aun teniendo su información genética ya completa, por el simple y trágico hecho de no haber nacido, no sean considerados seres más humanos que los gorilas, los chimpancés y los bonobos. Lástima que cada año 100.000 de estos seres 100% humanos no merezcan ser tan protegidos de la tortura y la muerte como los primates. Y encima se piden cada día más muertes sin el menor recato, como si fuera la cosa más natural del mundo... y no pasa nada. ¿Se imaginan que un grupo de ciudadanos pidiera, o mejor, exigiera, asesinar a 100.000 gorilas, chimpancés y bonobos al año por daños psicológicos? ¿Y que encima cada año exigieran poder matar más y con total libertad? ¡Menuda salvajada, ¿verdad?!
Pues eso, y nada más que eso, es lo que muchos pedimos. Si estos políticos tan progres y tan humanitarios quieren los mismos derechos que los humanos para los simios, nosotros sólo queremos los mismos derechos de los simios para los niños, aunque aún no hayan nacido.

Por cierto, la iniciativa ha sido aprobada por unanimidad en el Congreso, votos del PP incluidos. ¿Habrá una iniciativa igual de solidaria y humanitaria -por parte del PP, por ejemplo- a favor de esos pequeñitos seres humanos, tan inocentes como un chimpancé o más? Sinceramente, me temo que no.