Hubo un tiempo en que yo era parte de Zarauz y Zarauz era parte de mí. A veces, como hoy, desde este malecón me salpican inevitablemente los recuerdos. Me gusta, no se crean, recordar, añorar. Aquellos juegos de infancia entre el verde de las praderas y el del mar; aquellas campas rebosantes de alegría natural, sin politizar, el día de
Recuerdo también los cruces con Arzallus y su cara de odio infinito, camino de mi casa; y el secuestro de Rafa, padre de mi íntimo compañero de surf, y la mediación de Arguiñano (decían), íntimo compañero de cocina del secuestrado. Y recuerdo las pintadas y las fotos de gudaris en la Plaza de
Y ahora, desde la lejanía que proporcionan los kilómetros y la edad, miro hacia Zarauz y veo a Ekaitz Sirvent Auzmendi, 30 años, el etarra detenido hace unos días junto a mi añorado malecón zarauztarra. Y veo a Jurdan Martitegui, 29 años, detenido en Perpiñán (donde Carod-Rovira ¿recuerdan?), supuesto nuevo ex jefe de ETA; y a su camarada de talde y de detención, Alex Uriarte, sobrino del etarra Eloy Uriarte. Y veo a los anteriores ex cabezas de la serpiente, Mikel Garikoitz Azpiazu "Txeroki", 35 años, y Aitzol Iriondo, 31 años. Y miro los últimos 30 años y ahora sí veo cómo empezaron a eclosionar esos huevos de la serpiente que hoy se han convertido en su cabeza impensante; veo cómo el Gobierno vasco, el PNV, la EITB, las ikastolas, las herriko tabernas, la kale borroka, los actos kulturales, el entramado abertzale en particular y la sociedad vasca en general han estado alimentando, mimando, protegiendo, educando —en casa y en clase, en la tele y en la calle— a esas crías de serpiente que luego se han convertido en la cabeza ejecutora de
Por eso me preocupa que ahora se empiece a hablar otra vez de ETA buena, ETA mala; de presos, acercamientos y luchas internas; me preocupa que Otegui, el "gordo", vuelva a reclamar su estatus de "hombre de paz"; y que reaparezca el sempiterno Josu Ternera con su inseparable ternerito Egoitz (¡la mismita nariz de su aita, oye!). Pero ya lo he dicho una y mil veces y lo repito otras mil: no nos confundamos, en ETA no hay buenos y malos, no hay blandos y duros, no hay conversadores y ejecutores, no hay poíticos y asesinos; toda la serpiente es la misma bestia, la misma alimaña, de la cabeza hasta el último anillo, todos igual de culpables. Y si se habla con uno, se habla con todos; si se negocia con uno, se negocia con todos. Lo que hay que hacer es aplastar la cabeza de la serpiente y todos y cada uno de sus anillos. Y todos y cada uno de sus huevos. Si los dejamos eclosionar y crecer, nos acabarán mordiendo (es lo que saben hacer, es lo que les han enseñado). Y el efecto de su veneno será exactamente el mismo que el de sus aitas.
El día de la toma de posesión de Patxi López, yo miraré hacia Zarauz, y me imaginaré sentado en el malecón, añorando y esperando tiempos mejores. Y rezaré con todas mis fuerzas para que ese día empiece, de verdad, el fin de
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4 comentarios:
Muy bueno y , sobre todo, muy valiente.
Enhorabuena.
Con una década de edad de separación y unos kilómetros también de separación, los que hay entre Zarauz y San Sebastián, los recuerdos y sentimientos son parecidos.
Haces bien en señalar a ETA y sus huevos. Pero hay que señalar, acusar y responsabilizar a la ideología nacionalista como la culpable de la podredumbre de la que fue hace décadas una sociedad admirada.
Pero no sólo a los nacionalistas hay que señalar, acusar y responsabilizar, sino también a todos aquellos (muchos socialistas y comunistas) que por intereses políticos, económicos, intelectuales o de cualquier otra índole han intentado y de hecho han logrado confundir a gran parte de la sociedad española, haciendo creer que hay un nacionalismo moderado (bueno) y otro radical (malo).
El nacionalismo en esencia es el exceso o extremo del patriotismo. El nacionalismo tiene su punto de partida en el momento en que la racionalidad deja de controlar un sentimiento, el patriotismo.
Dicho sentimiento, el patriotismo, fuera del control de la razón se convierte en un sentimiento nuevo, el nacionalismo.
Esa carencia de racionalidad hace que dicho sentimiento, el nacionalismo, sea fácilmente ideologizable y por tanto manipulable.
De esto saben mucho los "valientes gudaris" intelectuales de Neguri y de la Sabino-etxea. Y por Ferraz e incluso algún canario de Génova también lo sabe.
es realmente triste que uno deba mezclar sus sentimientos, felices y tristes, de juventud por culpa de una panda de asesinos a los que los gobiernos han dejado ir creciendo.
Porque cada vez que se ha pactado con el PNV se engordaba a los etarras y cada vez que se ha "hablado" con ETA han crecido.
Me uno a tus oraciones para que se descabeze a la serpeiente y que sean los propios vascos, con la ayuda de todos los españoles, quienes lo hagan.
El problema de esta gentuza es que también están pasando a otro paraiso español como es Santander, donde como tú, experimente los cambios, incluidos "amigos".
Muy bueno y me animo definitivamente a escribir en tu blog.
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