viernes, 31 de julio de 2009

La serpiente ha hablado. Y ha dicho: “Hoy toca muerte. Mañana, negociación”

Hoy no voy a hablar del milagro que salvó la vida a 41 niños y 79 adultos de los doscientos kilos de muerte que la serpiente etarra hizo estallar, con su habitual cobardía, justo enfrente de su hogar, la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos; no voy hablar tampoco de la detención del surfista Iker Acero (¿cómo puede ser Campeón de España alguien que odia tan rabiosamente a España?) y sus compis de recaudación internauta para alimentar a la serpiente y afilarle bien el hacha, ni voy a hablar de los miles de euros que el Gobierno de Ibarretxe ha prestado (o regaladado) a esa web de enaltecimiento etarra durante años; no voy a hablar siquiera de la melenilla del juez Pedraz ni de lo que tiene (o no tiene) bajo ella, después de permitir el enésimo homenaje impune a un valiente gudari; no voy a hablar tampoco de las palabras de condena, repulsa y determinación de quienes hace no mucho acariciaban y mimaban a la serpiente; ni voy a hablar de la enésima petición de una “solución negociada al conflicto”, sutilmente susurrada por Otegui y compañía aprovechando el ruido provocado por el coche bomba y los gritos de los niños a quien iba dirigido. No, no voy a hablar de todo lo que pasó o no pasó o pudo haber pasado ayer miércoles, porque queda ya a una terrible, triste y rabiosa distancia. A dos muertos de distancia, a dos jóvenes guardias civiles asesinados de distancia, a dos vidas salvajemente arrancadas de distancia, a dos familias machacadas para siempre de distancia.

Porque hoy jueves, tan lejano de ayer, quien sí ha vuelto a hablar ha sido la serpiente. Otra vez. De la única forma que conoce: con la lengua viperina del terror. Y ha dicho lo de siempre: «aquí estamos, seguimos vivos, vivitos y coleando, después de 50 años». Coleando y mordiendo y envenenando y estrangulando. Y volando por los aires a quien se ponga por delante, o por detrás. Es lo que tienen las serpientes, que son serpientes y no pueden dejar de serlo. Ni quieren. Ni saben. Ponen bombas, asesinan políticos o polícías o panaderos o niños, qué más da, extorsionan a empresarios, secuestran, torturan, queman autobuses, ganan elecciones, gobiernan, edukan… y se ríen de nosotros con odio y rabia, que es la única forma que conocen de reírse.

Sí, es lo que tiene ser serpiente, que por mucho que lo intente el pacificador de turno, nunca deja de ser serpiente; y si encima es alimentada, acurrucada, resguardada, mantenida, justificada, utilizada, comprendida, o simplemente tolerada, pues la serpiente se crece, porque no es tonta, y se retuerce con más saña y hace más daño, y muerde. Y mata. Ayer no pudo ser, ¡mala suerte! Bonito aniversario, podían haber caído tantos… Pero el cascabel sí se oyó, fuerte y rotundo. A la próxima habrá mordisco, con veneno, claro; con muertos, claro. «Es nuestra forma de hablar, ¿qué pasa pues? ¿Que no hay libertad de expresión, o qué?». Pues eso, que hoy se han expresado. Libremente, oye. Y en estéreo. Las consecuencias de su discurso: la vida de Carlos Saenz de Tejada García, de 28 años y natural de Burgos (¡cruel paradoja!); y la vida de Diego Salva Lezaun, pamplonica de 27 años y en prácticas. Los dos, Guardias Civiles, ese cuerpo históricamente repleto de héroes y mártires (¡cómo recuerdo ahora esa magistral portada de Mingote de un guardia civil llevando en brazos a un casero vasco rescatado de las inundaciones!), héroes y mártires que no tienen dinero para ordenadores ni chalecos antibalas, pero sí plena disposición a morir por defendernos. “Todo por la Patria”, ya saben.

La serpiente ha hablado. Y ha vuelto a pedir lo de siempre: diálogo. Solución negociada. Van ya varios mensajes en estas últimas semanas. El de hoy, desde luego, el menos sutil. Pero así se comunica la bestia. A hachazos. Y todavía habrá quien piense que hay serpientes buenas y malas; y todavía habrá quien piense que se las puede domesticar. Y lo volverán a intentar, fijo, cuando convenga. Ahora tal vez no sea el momento. Ahora toca escupir a la serpiente. Mañana, ya veremos. La cobardía es una poderosa fuerza para hacer el mal.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

es la primera ves que escribo aqui.
no voy a alargarme pero ha dado en el clavo.esto es muy grave y lo peor no tiene visos de arreglarse.resumiendo dire que veo la negociacion cada vez mas cerca y esta vez se va a meter ahasta obama al tiempo.la paz firmada por obama y zp menuda foto.esta claro para mi que toda la estrategia va encaminada a perpetuar al psoe y al rey.y ya han conseguido callar al pp.en Europa no quieren a España sino al pais vasco.que cada uno saque sus consecuencias.

el burladero dijo...

La serpiente, la serpiente....hece unos años estuvo cerca de desaparecer, despues se la dio esperanza con un dialogo absurdo que duro cuatro años, y ahora nos queremos hacer los fuertes. Tengo mis dudas de que no se vuelva a las andas con el dialogo.Espero y deseo que esto no suceda.

jose luis dijo...

pregunto; quien paga los destrozos efectuados por estos energumenos? noes logico que lo paguemos todos los que nos sentimos españoles