No, estos calentólogos y calentólogas, estos profetas del cambio fanático, jinetes del apocalipsis now and forever, eminencias del calentamiento global antropogénico, que viven de la presunta fundición de los polos, son los preeminentes científicos del lobby ecoalarmista que acaban de pillar con el carrito del helado, aún sin derretir y de todos los sabores: manipulación de datos, destrucción de pruebas, mordaza a las revistas científicas, conspiraciones contra los científicos escépticos, ocultamiento del "Período Cálido Medieval", informes falsos para ocultar la bajada de las temperaturas, alegría por la muerte de un escéptico y, como Copa Helada especial de la casa, dudas sobre sus propias teorías que, comprensiblemente, no comparten con el resto de los mortales. ¿El objetivo? Nítido como el hielo al derretirse:
Yo, que soy uno de esos escépticos desde el principio de la ecofashion apocalíptica ésta de la calentura antropogénica, especialmente desde que leí el muy didáctico libro de Jorge Alcalde Las mentiras del cambio climático (Libros Libres), no puedo por menos que agradecer infinitamente al hacker o al ´traidor´ o a quien sea que haya desvelado los muy reveladores emails de los científicos de la Unidad de la Investigación del Clima y de la cúpula del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (¡de la ONU, tú! ¿Pero éstos no eran los buenos?) y ha desenmascarado a toda la panda de ecomafiosos, con su Premio Nobel y estrella de los documentales a la cabeza, que llevan años mintiendo, manipulando, utilizando y robando a millones de personas en todo
Yo, como tantos otros ecoescépticos (o radicales negacionistas que dirán los otros) defiendo mi derecho a dudar. A dudar de que el planeta se esté calentando, por tierra, mar y aire; de que, en caso de que se esté calentando, no sea tan grave la cosa; de que, pudiendo ser grave, no sea absolutamente catastrófico (no es lo mismo que se derrita un helado a que se derritan los polos y se inunde
En cambio, de lo que no dudo, es de que en condiciones extremas de calentamiento y humedad (o sea, mucho calor, mucha inundación, mucho tifón y demás) la proliferación de parásitos es absolutamente ilimitada. En todos los países y en todos los hábitat, desde universidades y centros de investigación a macroconciertos o mansiones de millonarios concienciados, desde los ministerios de medio ambiente a las campañas ecotramposas, tipo bolsa-caca.
La noticia, que ha tenido enorme resonancia en otros países más serios que el nuestro, aquí ha pasado bastante desapercibida. Normal, mira que coincidir justo con lo de los piratas, las escuchas de Rubalcaba y la Champions, y encima cuando Mister Paz nos vende la salida inminente y gloriosa de la crisis a base de economías sostenibles, bajo el ala del millonario Al Gore (otro Nobel de la Paz, manda huevos) y su nuevo libro "Our Choice", donde se decanta ahora por el gran timo de la biodiversidad y las energías renovables; coincidiendo, por cierto, con un estudio de la NASA en el que rebaja al 43% el impacto del CO2 sobre el calentamiento global… y que el propio Gore admitide como cierto, aunque lo contrario fuera el argumento principal de su famoso e incómodo documental (¿ven? Si hubiera dudado más, a lo mejor nos habríamos ahorrado el documental, el Oscar, el Nobel, las conferencias a 200.000 € y hasta al pesado de Al).
En fin. Les invito a profundizar en este revelador artículo de LD; no tiene desperdicio. Y, sobre todo, les recomiendo la lectura del libro de Jorge Alcalde, director de la revista científica QUO, y experto en dudar sobre el calentamiento, las calenturas, los calentadores antropogénicos y, especialmente, los calentólogos y las calentólogas.
«Sólo mediante la discusión, mediante el intercambio, incluso furioso, de opiniones y datos, mediante la confrontación, la prueba y la equivocación puede avanzar el conocimiento científico.» (Jorge Alcalde. ´Las mentiras del cambio climático´).
No hay comentarios:
Publicar un comentario