jueves, 24 de marzo de 2011

Cine contra dragones

En los mapas de la antigüedad, para señalar la amenzante oscuridad que acechaba en los océanos remotos, más allá del mundo conocido, se utilizaba la expresión latina "hic sunt dracones", avisando a los intrépidos navegantes que, a partir de cierto punto, se podían topar con mortíferos dragones, abismos tenebrosos o el mismísimo demonio. Una poética expresión que, con gran acierto, el director británico Roland Joffé ha elegido para titular su última película. Encontrarás dragones habla, precisamente, de esas amenazas que pueden surgir en nuestras vidas en cualquier momento de oscuridad; como son estos tiempos presentes o como fueron los de la Guerra Civil. Ayer, como hoy, el odio, el miedo, la culpa, la venganza, la traición, ¡la guerra!, son los dragones; la esperanza, el valor, el perdón, la redención, la fe, ¡el amor! son las armas para derrotarlos.
    Tal es el punto de partida que propone Joffé en Encontrarás dragones, y el héroe que elige para enfrentarse a esos dragones es un joven Josemaría Escrivá. El director, agnóstico confeso, nunca ha ocultado su fascinación por el humanismo cristiano (como ya demostró en La Misión o en La ciudad de la alegría), y la historia del fundador del Opus Dei le atrajo desde el primer momento: "Lo que me gustó de Josemaría es su convicción de que para ser santo no tienes que retirarte en un convento ni ser cura, sino que es algo a lo que puede llegar cualquiera. Esto me parece hermoso". A través de los ojos de Robert, el periodista que investiga las vivencias de su padre y el joven sacerdote durante nuestra contienda civil, el director, guionista y coproductor de Encontrarás dragones nos cuenta una historia de personas, sin clichés ideológicos o religiosos. Una aproximación a Escrivá como ser humano, sin intención de ensalzarlo ni mimetizarlo. "Esta película es mi compromiso, mi historia, no han cambiado nada. Y creo que he sido honesto. Soy independiente", se defiende Roland Joffé ante las insinuaciones de presunto dirigismo por parte del Opus Dei.
    Desde luego, quien quiera ver en esta obra la mano "oscura y tenebrosa" de la otra Obra, el Opus Dei, se va a llevar una gran decepción. No hay dogmatismo, no hay maniqueísmo, no hay intrusismo del Opus Dei ni de la Iglesia ni de Rouco ni de nadie que no sea Roland Joffé y su maestría cinematográfica. Aunque, eso sí (y para variar), los católicos no son los malos malísimos de la película.

Aparte de la intencionalidad humanística y espiritual, Encontrarás dragones trata también el tema de la guerra civil, y como toda guerra saca a relucir lo mejor y lo peor de los seres humanos: los celos, las dudas, el miedo, el fanatismo; pero también el amor y la redención, el valor y la dignidad; y, por encima de todo, la reconciliación. Porque Encontrarás dragones es una gran historia de perdón. Perdón entre enemigos que antes fueron amigos; perdón entre padre e hijo tras toda una vida enfrentados; perdón entre hermanos que se mataron unos a otros; perdón de cada uno hacia sí mismo. "Cuando perdonas, liberas a alguien", nos enseña Escrivá.
    Y esta será otra gran decepción para los que quieran ver, como siempre, una reescritura de nuestra Historia (reescrita con la zurda) con sus santos republicanos y sus demonios nacionales. No es una película de guerra ni de denuncia, como sí lo fue, por ejemplo, la obra maestra de Joffé Los gritos del silencio ("El viento trae susurros de miedo y odio. La guerra ha matado el amor"); aquí, la guerra no es protagonista, sino escenario. Y los dragones que hay que combatir no son los Jemeres Rojos ("Nos dicen que Dios ha muerto y que ahora el partido que llaman la Angka cuidará de nosotros"), sino los propios demonios interiores: "Tendréis que hacer frente a muchos tipos de dragones" les advierte la niñera (Geraldin Chaplin) a los dos amigos, cuando niños.

Buen cine, desde luego, con un mensaje universal que calará hondo; y buen entretenimiento también, hecho con talento y ritmo, lleno de espectaculares escenas bélicas, de pasiones y celos, de intriga, de profunda humanidad. Tres historias conmovedoras que se cruzan entre el presente y el pasado: la del niño Josemaría y su amigo Manolo; la del perseguido fundador del Opus Dei en su huida de la guerra y el espía Manuel Torres (inmenso el actor Wes Bentley), torturado por los celos y la culpa; la del hijo que no tuvo padre ("Mi padre tenía más coches, más casas, más dinero, pero Josemaría tenía más padre") y el padre que perdió a su hijo; y que, justo antes de morir, se reencuentra con él, con su amigo y con Dios. Tres historias de tres hombres que tienen que hacer frente a sus dragones, sin olvidar que los más peligrosos son aquellos que llevamos dentro.

    Encontrarás dragones es, en fin, no sólo una magnífica película, sino una película necesaria (especialmente en estos tiempos de anticatolicismo radical disfrazado de laicismo). Por su espíritu de reconciliación, por su mensaje de tolerancia, por su retrato del ser humano, por su interpretación de lo que significa amar a Dios y al prójimo más que a uno mismo. Una obra que hay que ver y recomendar porque, con seguridad, nos ayudará a vencer a muchos dragones.

lunes, 21 de marzo de 2011

Del tsunami a txusito pasando por el infierno

«La proporción entre la obra humana y la naturaleza es la misma que media entre el hombre y Dios». Este sabio pensamiento que nos dejó el grandísimo Leonardo da Vinci (un humano que nunca se rindió ante las limitaciones humanas) resume certeramente los efectos devastadores, en muchos sentidos, del terremoto-tsunami japonés. La primera reflexión, en efecto, es lo pequeños que somos frente al poder y la imprevisibilidad de la Naturaleza. Hormiguitas indefensas. Por si alguno (que los hay) seguía creyéndose el ombligo del Universo, el salvaje temblor de Japón le ha tenido que derribar de un plumazo los pilares de su ego y arrasar su desfasada idea de que el Hombre es dios. No importa lo que hagamos, lo que inventemos, lo que construyamos, lo que tratemos de prever para protegernos, para sentirnos fuertes y seguros: la Naturaleza, o Dios, nos volverá a poner siempre en nuestro sitio, en nuestra verdadera dimensión. Hormiguitas. Con alma, con razón, con enormes capacidades para hacer cosas buenas, y malas, pero hormiguitas.
    La segunda reflexión a la que me ha arrastrado el tsunami de Japón es la admiración que produce el pueblo japonés. Su comportamiento cívico, su disciplina, su sentido del deber y del orden, su solidaridad, su pragmatismo. Dentro del shock gigantesto, han sabido estar en su sitio, actuar como deben y empezar a andar en lugar de lamerse las heridas. Ejemplar en todos los sentidos. Lo ha resumido maravillosamente el genio Mingote: «Dentro de la catástrofe, Japón tiene la buena suerte de estar poblada de japoneses». Aquí… en fin, no quiero ni imaginarme cómo reaccionaríamos aquí si a 10.424 kilómetros (metro más o menos, por lo del desplazamiento) ya estamos repartiendo pastillas de yodo. Desde luego, más gilipollas no se puede ser.
   La tercera reflexión es la miseria y la hipocresía de los europeos en general, y del alemán apocagilipolíptico ése en particular, que en lugar de volcarse en ayudar a los cientos de miles de japoneses afectados, nos preocupamos de cómo afectará a nuestro ombligo. Reabrimos el debate sobre las “¿Nucleares? No, gracias” y abrimos de par en par las puertas del apocalipsis con un sentido del oportunismo y del catastrofismo rayano en la esquizofrenia. O en la hijaputez. Y mientras aquí besugueamos entre galgos y podencos, nuestros odiados primos americanos llevan desde el día uno aportando ayuda real (o sea, hechos, no metáforas) a sus antaño enemigos. Otro ejemplo más. En España, ya sabemos, pastillas de yodo. Por cierto, ¿saben en Garoña que al otro lado de los Pirineos tenemos 58 reactores nucleares (de los que aquí mamamos a boca llena)? ¿No deberíamos exportar pastillas de yodo para los 62.616.488 infelices gabachos que están a punto de sufrir 58 chernobils?

Esta semana también nos hemos levantado cada mañana con el debate libio. Hemos ido pasando del “¿Intervención? No, gracias” (ya saben, el fantasma de Irak) al “¿Intervención? Sí, ¡por favor!”. Lo que pasa es que en el mientras tanto, el ex amigo Gadafi se ha fulminado a unos cuantos miles de compatriotas en su camino “Atila style” hacia Bengasi. ¿Más que el tsunami japonés? Probablemente. Quizá algún día se sepa, cuando se empiecen a descubrir huesos desperdigados por las áridas arenas del desierto. La cosa es que ha sido Ohbama! (que cada día se comporta más a lo Bush, el muy…) quien ha pedido algo más que una especie de huelga de controladores a lo libio; ya saben, lo de la exclusión aérea. Y parece que ha colado, y el Consejo de Seguridad de la ONU (Francia incluida, esta vez sí; ellos sabrán) ha dado el visto bueno a la intervención militar. Cosa que al ex amigo Gadafi no le ha hecho ni un poquito de gracia y anda por ahí rabioso, ladrando que «Occidente no tendrá paz, nunca más», y que si es atacado convertirá la vida del mundo (¡del mundo!) en «un infierno». ¡Joder, esto sí que es el apocalipsis! Pues nada, ya saben los “invasores”: muerto el perro se acabó la rabia.
    ¿Y los españoles del “no a la guerra”? Pues de gira contra Israel. ¿Y los gobernantes del “no a la guerra”? Pues poniéndole la alfombra roja a Ohbama! en nuestras bases y en nuestros portaaviones. Y ya veremos si, además de la alfombra, Mister Paz y sus ministras afectadas (Karma y Moratrini) envían también tropas a la no-guerra de Libia. Total, lo de cambiar los principios estilo Groucho a éstos se les da tan bien como cambiar la Historia (lo hemos visto otra vez en “Cuéntame cómo (no) pasó”, donde resulta que no fueron los GRAPO quienes volaron la cafetería California 47 en el 79, sino los fachas. Rigor histórico se llama eso. O rigor mortis... de la verdad).

Y para terminar, la historia de nunca acabar. O sea, ETA. Esta semana tenemos a Txusito y a Patxi jugando al mus con el affaire Sortu. Pasándose señas falsas y haciendo trampas con las cartas, los amarrakos, las palabras, los principios, la dignidad y las vidas de la gente. ¡Hay que ver, qué chicos estos! Dice Patxi que no quiere que le den lecciones desde 500 o 1000 kilómetros de distancia. ¿Y se ha preguntado cuántos vascos y vascas han tenido que desplazarse a 500 o 1000 kilómetros de su caserío porque los amigos de Sortu y de Txusito les querían dar la última lección de patriotismo, con bala en vez de boli? Dice que «los que estamos allí día a día, yendo a los ayuntamientos y arriesgando la vida por defender la paz, la democracia, la Constitución y el Estatuto, somos los socialistas vascos y los miembros del PP vasco». Cierto. Pero con las bombas que fabrica ETA gracias al dinero recaudado en sus ayuntamientos (anv ahora o sortu mañana), asesinan en toda España y parte del extranjero. Pero nada, vosotros seguid con vuestra partida. Creo que Txusito ha pasado seña de “juego”. ¿O era ¡fuego!”?


viernes, 11 de marzo de 2011

La alucinancia de Zapatero no tiene precio

Cuentan las crónicas que hubo un sujeto en Pamplona que gustaba de correr el Encierro a su manera, que consistía en hacerlo en sentido contrario, es decir, en vez de delante de los toros, contra ellos. ¿Un loco? ¿Un suicida? ¡No! ¡Un innovador! ¡Un sabio! Porque al verlo venir corriendo a toda velocidad, las bestias se apartaban y le dejaban pasar entre cuerno y cuerno sin provocarle un solo rasguño. Así sucedió durante años, hasta que un intolerante Gobernador Civil decretó que el innovador e incomprendido sujeto pasara las horas de Encierro en comisaría.

Algo así sucede con el innovador e incomprendido presidente que gobierna esta encerrona nuestra antes conocida como España. Y es que si nos metemos mucho con José Luis Rodríguez, alias Zapatero, es sólo porque nuestro raciocinio humano y limitado no llega a entender, siquiera atisbar, la inmensidad de su pensamiento ilimitado e inabarcable. Esa luminiscencia restallante de inteligencia, ciencia, paziencia y conciencia que emana de su sonrisa inmaterial y de su cerebro insustancial es, lisa y llanamente, algo superior a nosotros, pobres ciudadanos ignaros y mortales. Simplemente, quedamos cegados por sobreexposición a su alucinancia; como lo de Kun-fu Panda, pero a lo bestia. En plan deidad, vamos.

No entendemos que la prohibición de fumar, la prohibición de los toros, la prohibición de parir, la prohibición de comer donuts, la prohibición de jugar a las muñecas, la prohibición de bajarse pelis y música, la prohibición de rotular en español, la prohibición de iluminar, la prohibición de gastar, la prohibición de criticar, la prohibición de rezar, la prohibición de pensar, la prohibición de elegir, la prohibición de trabajar… y las prohibiciones que vengan de aquí a 2012, son todas ellas medidas de ahorro integradas en un inteligente Plan Divino de Ahorro Estratégico Superior y Sostenible a Corto, Medio, Largo y Eterno Plazo, perfectamente estudiado, analizado, meditado, estructurado y desarrollado, que los ciudadanos de a pie, ignorantes mortales, no llegamos a comprender. Por eso (mal)pensamos que son una ristra de ocurrencias sin pies ni (sobre todo) cabeza, resultado tontuno de un think tank de balbucientes infantes escogidos, eso sí, de entre las más prestigiosas guarderías de España y parte del extranjero.

De entre todas estas medidas incomprendidas, la más incomprendida es, tal vez, la prohibición de conducir a más de 110 kilómetros por hora en autopistas y autovías, para ahorrar tres euros y medio del PIB (y gastar unos cientos de miles) de aquí a junio. Y claro, como no comprendemos, protestamos; y decimos cosas como que en un viaje yo ahorro bastante más a 140 km/h en sexta que a 110 km/h en quinta o cuarta; o que si es más peligroso adelantar a esa no-velocidad a un camión de 15 metros de eslora; o que si el 99,9 por ciento de mi gasto en gasolina se produce en atascos urbanos… y otras injustificadas excusas y desagradecidas críticas. Y es que, una vez más, la iluminancia inmarcesible de José Luis Rodríguez, alias Zapatero, se nos escapa a los enanos intelectuales como usted y como yo, que no compartimos ese don. Bueno, hasta ahora. Porque mis ojos han vislumbrado la luz. Mi minúsculo cerebro, mi intelecto infinitesimal ha comprendido, al fin, el verdadero alcance del Plan Divino de Ahorro Estratégico Superior y Sostenible a Corto, Medio, Largo y Eterno Plazo. ¡He visto la alucinancia, aleluuuya!

La cosa está tan clara que asusta. Y la clave no es otra que la huelga de AENA. Sí, sí, la huelga de 22 días que planean estos terráqueos trabajadores aéreos tan simpáticos es parte esencial del Plan Divino etcétera de la luminiscencia presidencial. Me explico: vacaciones = pasta, y si se viaja en avión, más (o sea, vacaciones + avión = más pasta); así que si los españoles no vuelan en Semana Santa, se ahorran un pastón; y si deciden ir en coche, a pesar de todo, como van a 110 por hora, pues siguen ahorrando. ¿Y los extranjeros que vengan a visitar este país nuestro que vive del turismo y que este año serán muchos más aprovechando las revueltas norteafricanas? Pues que vengan en coche, a 110 ahorrarán un turrón y así contribuimos a levantar también Europa; y en el caso de que se empeñen en viajar en avión, no problem: como las autovías y autopistas quedarán vacías de coches, las pueden utilizar los aviones, así, a 110 por hora gastarán muchísimo menos queroseno que si volaran a 910 por hora, que es una velocidad prohibitiva y despilfarradora. Y además cuidan el medio ambiente, el ozono y el calentamiento global. ¿A que es genial?

Pues eso, que ya verán como el Gobierno no declara el estado de alarma durante los 22 días de huelga salvaje porque, sencillamente, todo forma parte de una estrategia multiahorradora (el Plan Divino ése), sublime en su propia sencillez; pura alucinancia, oiga. Y luego decimos que improvisan.

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martes, 1 de marzo de 2011

Españoles Ejemplares

El pasado jueves asistí a la entrega los premios Españoles Ejemplares que otorga la Fundación DENAES desde hace cuatro años. Para aquellos que no conozcan de qué va la Fundación que creó y preside Santiago Abascal (ex diputado vasco del PP, lo que es sinónimo de amenazado, valiente y comprometido), sólo apuntar que su único objetivo es defender los valores cívicos, la Constitución y el patriotismo bien entendido, de cualquier afiliación o desafiliación política, en esta España nuestra cada vez más irreconocible y destartalada; y, para tener un poquito de presencia en nuestros medios cada vez menos ejemplares, todos los años elige y premia a los españoles ejemplares que hayan destacado por su ejemplar españolidad. Entre ellos, gentes de izquierdas y de derechas, artistas y deportistas, políticos y empresarios, periodistas y publicitarios, programas de TV y unas cuantas víctimas del totalitarismo nacionalista, catalán y vasco indistintamente. Unos premios que, como afirmó Santiago Abascal en la ceremonia, "van, poco a poco, consolidándose como una referencia entre todos aquellos que apostamos por el proyecto común de España; estos premios nos permiten descubrir y apreciar con alegría, en numerosas personas e instituciones, aquello que entendemos por patriotismo; un patriotismo reflexivo que hace sentir un orgullo cabal por el pasado y presente de nuestro país". Algo que, desgraciadamente, para muchos españoles resulta incómodo, improcedente e incluso indefendible.

No, desde luego, para los tres españoles ejemplares premiados en esta edición: el seleccionador nacional Vicente del Bosque ("lo único que pretendíamos era representar a nuestro país con naturalidad y dar ejemplo a nuestros jóvenes con humildad, modestia y unión"); el pintor y escultor vasco Agustín Ibarrola (un eterno luchador por la libertad que, por cuestiones de salud, no pudo asistir pero nos dejó un emotivo vídeo de agradecimiento) y el diario El Mundo, por su defensa de "la memoria, la dignidad y la justicia para las víctimas del terrorismo". Sus nombres de unen a los de José María del Nido, Albert Boadella, Carlos Sainz, Regina Otaola, Nike (por aquel spot en el que Paul Gasol afirmaba que "ser español ya no es una excusa"), Carlos Herrera o la ciudad de Santander, entre otros españoles sin complejos y sin excusas que han sido premiados por Fundación DENAES en anteriores ediciones.

Pero aparte de los premiados, actuales y pasados, asistieron a la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol otros españoles ejemplares, comprometidos y valientes, como Fernando García de Cortázar, Daniel Portero, Alejo Vidal-Quadras, Regina Otaola, Amando de Miguel, Emilio Butragueño, Iñaki Arteta y un largo etcétera; y, muy especialmente, José Antonio Ortega Lara. Sonriente, amable, respondiendo a cada saludo, a cada foto, con humildad y agradecimiento; él, que probablemente sea el español que más haya sufrido el odio, la tortura y la bestialidad de ETA, enterrado vivo durante 532 días, y que no esconde en su corazón deseo de venganza sino de justicia, como las miles de víctimas y familiares que la serpiente etarra ha dejado en su sinuoso y sangriento reptar a lo largo de 50 años.

Hubo también otros muchos españoles ejemplares que no estuvieron presentes en el acto, pero sí lo estuvieron de corazón. Como es el caso de Esperanza Aguirre, ausente anfitriona, que cada vez que su nombre era mencionado (y lo fue en muchas ocasiones) arrancaba el aplauso espontáneo y admirativo de los 300 que allí nos encontrábamos. O como es el caso de las víctimas de la barbarie etarra; esos miles de españoles ejemplares que, una vez más, reclamarán memoria, dignidad y justicia ante la nueva vergüenza que se perfila con la enésima trampa electoral de ETA, alias Sortu; y lo harán como hacen siempre, en pacífico y clamoroso silencio. La cita será el 9 de abril. Ojalá estemos todos. Necesitan que les arropemos y les demostremos que su dolor no es en vano, que los demás españoles somos capaces de agradecer su comportamiento absolutamente ejemplar.


miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Qué es ultraderecha? ¿Y tú me lo preguntas? Ultraderecha… eres tú.

Este fin de semana, la tal Montserrat Tura (candidata barrida por Jordi Hereu en las primarias del PSC por la  Alcaldía de Barcelona), ha ejercido una nueva demostración de ese "juego limpio" que ahora propugna el siempre transparente Rubalcaba en la lucha dialéctica del PSOE contra el PP. Ha dicho la susodicha Tura que el verdadero enemigo en las próximas municipales es "el nacionalismo conservador y la derecha cada vez más extrema del PP". O sea, nada nuevo. Ya se anunció en este mismo Malecón hace unos meses:
    «La estrategia es así de simple: no se imaginan la de miles de veces que vamos a escuchar, de aquí a 2012, la palabra-consigna facha, fascista, extrema derecha, caverna, cinturón sanitario, derechona, falangistas, hijos de puta, asesinos y demás calificativos sin importancia. (…) Ya lo decía, en 1943, el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética: "Nuestros camaradas y miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente"».

Era algo tan previsible que, la verdad, decepcionaría no escucharlo cada día, cada hora, en cada mitin, en cada rueda de prensa o en cada entrevista-masaje en radio o televisión. Rubalcaba, Alonso, Chaves, Pepiño, Pajín, Wyoming, Buenafuente, Trueba... todos a una. De aquí a las Municipales, y sobre todo a las Generales, lo vamos a tener tan incrustado en las neuronas que algunos votantes y votantas hasta se lo van a creer. La excusa es lo de menos: ¿Fumas? ¡Facha!; ¿No dices todos y todas, candidatos y candidatas, mejores y mejoras (esto es verdad, lo juro)? ¡Fascista y machista!; ¿Dejas que tu hijo juegue al fútbol, aunque sea de portero? ¡Extrema derecha!; ¿Pasas de ir a ver Pa Negre porque te parece un coñazo? ¡Ultranacionalista español!; ¿Te bajas gratis canciones de Víctor Manuel? ¡Fascista pirata y ladrón! ¿Comes faisán en salsa? ¡Ultra y traidor a la patria!; ¿Vas a Misa los domingos y fiestas de guardar? ¡Cavernícola y pederasta! ¿Te borras del sindicato porque llevas un año en el paro y no hacen nada por ti? ¡Cerdo capitalista y además desagradecido! ¿Prefieres ver un capítulo repetido de "Madrileños por el mundo" que uno nuevo de "14 de Abril. La República"? ¡Pues doblemente facha, por esperanzista! ¿Ves diariamente los Clones de Intereconomía, y hasta te echas unas risas y alivias el estrés? ¡Ultraderechista crónico y homófobo irredento! ¿Lees asiduamente El Semanal Digital y encima ignoras qué carajo es elplural.es? ¡Fascista, asesino, malnacido y ultraignorante!

Pero el récord, por ahora, lo ostenta con dudoso honor una tal Beatriz Sestayo, diputada gallega ella y portavoz de Servicios Sociales del PSG, que ha tenido los c… bueno, que ha tenido la desfachatez de exigir la retirada de una norma de la Xunta en apoyo a las familias por fomentar "el modelo familiar de la ultraderecha" y además "reproduce el discurso de la Conferencia Episcopal: que las mujeres están aquí para parir y, si tienen suerte, podrán trabajar". Y por si quedaban dudas, calificó estas políticas de "predemocráticas" y esta concepción de familia de "rancia y retrógrada" y que la Xunta busca que el papel de la mujer sea únicamente el de "reproductora y para cuidar mayores".  ¡Con un par!
O sea, apoyar a las familias, a las mujeres embarazadas (solteras o casadas), a los mayores, a los niños (nacidos o no) y a los discapacitados, facilitar la adopción y la conciliación laboral es… ultraderechista, predemocrático, rancio, retrógrado, machista y esclavista. Pues vale.

Si no fuera porque tenemos las tasas de natalidad más bajas del mundo mundial, que tiembla el relevo generacional, que hemos invertido la pirámide de población y que esto se parece cada vez más a la China Comunista (no a la Capitalista de hoy, que esa mola un montón; ¿verdad, Pepiño, que ahora inauguras tiendas de chinos además de AVES?), si no estuviera en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos, además de nuestra ética y nuestro sentido común, y el mínimo respeto a la vida, sería incluso gracioso, por lo absurdo, por lo estúpido y por lo increíblemente sectario. Y si tenemos en cuenta que la familia, en estos tiempos de millones de parados, ha demostrado ser el mejor centro de acogida, la mejor guardería, el mejor banco, el mejor hospital, el mejor comedor social y, si me apuran, el mejor gabinete psicólogo, pues los comentarios de la señora o señorita Beatriz Sestayo son, cuando menos, tremendamente injusto.

Pero estamos en periodo electoral y el PSOE se la juega como no se la ha jugado nunca. Y claro, a falta de argumentos, vuelven el famoso doberman y aquel manoseado "¡que viene la derecha!", ahora transmutado en "ultraderechista el que se mueva". Pues nada, para que vean que los ultraderechistas no somos rencorosos (sí, soy ultraderechista: tengo tres hijos y tan feliz; y mi mujer, que es más ultraderechista que yo, querría ir a por el cuarto… pero el sueldo, que no es nada ultraderechista, nos lo niega), me despido con una romántica rima de Bécquer, en versión electoral. Dedicada a todos y todas los y las que, de aquí a las elecciones, vamos a ser tachados y tachadas de todo y toda menos de guapos y guapas.

¿Qué es ultraderecha? dices mientras clavas en mi pupila roja tu pupila azul. ¿Qué es ultraderecha? ¿Y tú me lo preguntas? Ultraderecha… eres tú.
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jueves, 10 de febrero de 2011

Hay que ser rastrero


Felipe González fue a la SER, cadena amiga y cómplice de asuntos sucios, para soltar sus sobradas habituales desde la presunta impunidad de su condición de “ex” de unas cuantas cosas. Entre gracieta y gracieta soltó, escupió, una bajeza que incluso para él resulta más rastrera de lo habitual. Su odio a Jaime Mayor Oreja es tan profundo y tan endémico que raya en lo enfermizo. Lo acusó necesitar la existencia de ETA para vivir, de tener “una especie de terror al vacío de que no haya ETA”, ya que eso le dejaría sin discurso político; y la insistencia del ex Ministro de Interior en hablar de contactos y negociaciones entre Gobierno y ETA el ex presidente González, alias Mister X, lo consideró algo "verdaderamente salvaje". Y añadió, por si las dudas, que Mayor Oreja tiene la mente “un poco perturbada” y que no quiere que desaparezca el fenómeno del terrorismo. Tal cual. Y como para hacerle compañía, o la pelota, o lo que sea a su exproletario y neomillonario exjefe, Marcelino Iglesias apunta con su gracejo habitual que "da la sensación permanente de que (Mayor Oreja) necesita a ETA para existir y salir en los medios".

Pues mire, don Marcelino, Jaime Mayor Oreja existe a pesar de ETA, mal que le pese a usted. Y mire, señor X, si hay alguien que quiera con todas sus fuerzas que ETA desaparezca de la faz de la Tierra, ése es Jaime Mayor Oreja. Será porque lleva décadas en el punto de mira de los asesinos, él y su familia; será porque ya se han cargado a infinidad de amigos y compañeros; será porque no se cansa de denunciar la verdad sobre la serpiente, esa verdad que sabemos todos pero unos callan, otros disimulan y los de siempre negocian.
    Me viene a la memoria una entrevista en la que Mayor Oreja, recordando los tiempos del plomo, esos en los que ETA asesinaba a 100 inocentes cada año y luego se recochineaba de los muertos (“¡devuelve la bala!”), mostraba a cámara una foto que tenía sobre la mesa de su despacho, en la que aparecía él con 8 o 10 compañeros de partido… todos asesinados por ETA. Uno detrás de otro. Todos menos él. Y no será porque los etarras no lo hayan deseado con toda su rabia y todas sus ganas.

Por eso, cuando el presidente de los GAL, de Roldán, de los fondos reservados, de las cloacas de Interior y del CESID, el mismo que reconoció que pudo acabar con la cúpula de ETA y no lo hizo, cuando Mister X González escupe que Jaime Mayor Oreja (que cuenta sus muertos por decenas) vive por y para la existencia de ETA, lo único que hace es ponerse a la altura rastrera de la serpiente. Con su fiel Marcelino al lado.

Decir esa barbaridad de Mayor Oreja, además de canalla y miserable cinismo, es tan injusto como decirle a Irene Villa que se aprovecha de su mutilación para hacerse publicidad; o a la viuda de Goyo Ordóñez que la culpa fue suya por ir provocando; o a Mayte Pagaza que deje de dar la tabarra con lo de su hermano para salir en los medios; o a Rubén Múgica que se olvide ya de su padre, coño, que no es para tanto… que a Zapatero le mataron a un abuelo que no conoció y no va llorándolo por las esquinas, o sí, pero lo suyo está justificado.

En fin, que lo que de verdad les pica, lo que les come y carcome y reconcome por dentro, en lo más hondo de sus oscuras almas, es que Mayor Oreja tenga toda la razón; y que cada vez que abre la boca diga verdades como puñeteros puños; y que cada vez que denuncia que el Gobierno de Mister Paz no ha dejado de negociar con ETA en ningún momento (¡ese Txusito!) y que lo del Faisán apesta a cloaca del Estado y que lo de Herri Batasuna/Euskal Herritarrok/Batasuna/Autodeterminaziorako Bilgunea/Herritarren Zerrenda/Aukera Guztiak/Partido Comunista de las Tierras Vascas/Abertzale Sozialisten Batasuna/Acción Nacionalista Vasca/Demokrazia Hiru Milioi/Iniciativa Internacionalista/Sortu es tan ETA como la propia ETA y que hay que estar siempre (¡siempre!) con las víctimas, sí o sí, y que lo otro es traicionar su memoria y pisotear su dignidad y escupirles a la cara de sus muertos… que todo eso sea verdad verdadera y que Mayor Oreja se lo recuerde cada día, eso es lo que les jode. Y que muchos lo compartamos, incluidos unos cuantos también de su partido. Y eso les jode más. ¡Pues que se jodan!

Señor Mayor Oreja, por favor, no se calle nunca. Gracias.


martes, 1 de febrero de 2011

El bombero, la manguera, la serpiente y el faisán


Entra un tipo en un bar y le dice a otro que estaba en la barra: «Perdone que le haga esta pregunta, ¿es usted bombero». Y el otro responde, sorprendido: «Pues sí. ¿Cómo lo ha adivinado?». «Yo es que soy muy psicólogo, y nada más entrar me he dicho, ‘éste es bombero’. Por su forma de apoyarse en la barra, por su estilo al coger el vaso, e incluso por lo que ha pedido; también por su mirada, que es muy de bombero; y por su tono de voz y por sus rasgos característicos y por su altura, que es la altura típica de bombero. Y también, claro, por las botas, el casco, el uniforme... ¡la manguera!»

Recordando el otro día este chiste, que parece una tontería (y probablemente lo sea, pero es mi chiste favorito desde que me lo contaran una noche tonta allí en mi añorado Zarauz, 30 años ha), no pude evitar pensar en otro bar, el “Faisán”, y cómo quedaría una especie de adaptación al caso; sin pizca de gracia, eso sí. La cosa quedaría más o menos así:

Entra un tipo en el bar Faisán y le dice a otro que estaba en la barra: «Perdone que le haga esta pregunta, ¿es usted la X del chivatazo a ETA?» Y el otro responde, sorprendido: «Pues sí. ¿Cómo lo ha adivinado?». «Yo es que soy muy psicólogo, y nada más entrar me he dicho, ‘éste es la X del chivatazo a ETA’. Por su forma de mover las manos, así en plan maquinador permanente; por su tono de voz pausado y bonachón pero lleno de matices oscuros; por la forma de sus orejas, que parecen diseñadas para captar las escuchas más sutiles; por sus ojillos malévolos y su sonrisa disimuladamente siniestra; por su amplia frente sabia, arrugada y limpia de cabellera, que debe encerrar una inteligencia superior, aunque esté al servicio del mal; por su espalda levemente encorvada, probablemente por el peso de un pasado tenebroso… todo muy de señor X.
    »Y por la negociación con ETA, y el acercamiento de presos y los escandalosos beneficios penitenciarios y porque usted llegó al Ministerio del Interior 15 días antes del chivatazo, y por las conversaciones entre Joseba Elosúa y sus colegas, que desvelan que la "txakurrada" (policías) le había avisado de los seguimientos para "no joder todo el proceso"; y porque en otra conversación Elosúa tranquiliza a los suyos ya que “el Gobierno no va a tocar los cojones" y se felicita por el nombramiento de Rubalcaba, que "ése, ése ya sabes que es blando"; y  porque el hijo de Elosúa reconoce lo mismo sin vergüenza ninguna; y porque las cintas de vídeo del Faisán se cortaban 3 minutos 26 segundos justo en los momentos clave; y porque el juez Garzón, el del GAL, quiso cerrar el caso rechazando los informes periciales por “absolutamente improcedentes”; y porque el Fiscal General del PSOE, Conde Pumpido, pidió que se archivara la investigación porque sí; y porque el Gobierno Zapatero y Rubalcaba, el del GAL y el del 11-M, han cambiado de tema las 30 veces en que han sido preguntados en el Congreso; y porque el principal implicado, el ex director de la Policía Víctor García Hidalgo ahora es miembro del PSE con todos los honores y cuidados; y porque el móvil de Hidalgo tenía una tarjeta prepago activada por Interior, para recibir llamadas de los terroristas; y porque en las actas de negociación con ETA el enviado del Gobierno, Gómez Benítez, dijo a los terroristas que el chivatazo avalaba al Gobierno en la negociación con la banda; y porque los atestados y análisis de centenares de llamadas intervenidas desvelaban la existencia en el Cuerpo de Policía de una red de mando paralela trazada por amistades personales y fidelidades para ocultar la delación; y porque en los minutos previos y posteriores al soplo hay inusuales cruces de llamadas entre Hidalgo, Camacho, Telesforo Rubio (Comisario General de Información) y los policías implicados, situados en las cercanías del bar Faisán.
    »Y porque los agentes de la Policía supieron de la filtración a ETA el mismo día que se produjo, el 4 de mayo de 2006, desvelado por una chicharra (baliza) en el coche del jefe de la trama de extorsión, Joseba Elosúa; y porque los implicados son altos cargos del Cuerpo Superior de Policía del País Vasco, y el Secretario de Estado Antonio Camacho y el ex dirigente del PNV Gorka Agirre (ya fallecido), amigo de Josu Jon Imaz, que en esos momentos se reunía con Zapatero para ofrecerle su apoyo en la negociación con ETA; y porque Elosúa, recaudador de ETA y dueño del bar Faisán, reconoció el soplo desde el primer momento, tras su detención en 2006; y porque el Gobierno lleva 5 años tratando de tapar el asunto, con la complicidad de Garzón y Conde Pumpido, y si no es primero por el juez Grande Marlaska y ahora por el juez Pablo Ruz, que ha reactivado la investigación en contra de la opinión de la Fiscalía, nos habríamos quedado una vez más en la oscura ignorancia, sin saber a ciencia cierta que la orden de avisar a ETA de que se iba a desarrollar una operación policial en el Bar Faisán contra su red de extorsión, mientras el Gobierno de Zapatero negociaba con la banda, partió del propio Ministerio del Interior, dirigido por Pérez Rubalcaba… Ah, y por la manguera».


Y en eso que el tipo se fija en uno que se parecía a Mister Bean, y que que estaba agazapado detrás de la X, y le dice: «Perdone que le haga esta pregunta, ¿es usted la Z del chivatazo a ETA?...»


viernes, 21 de enero de 2011

Bienaventurados los progres porque todo les será perdonado.


Los últimos acontecimientos ocurridos en esta alegre España de finales (?) de la Era Z, son tan sintomáticos como esclarecedores: la brutal agresión al concejal de cultura del PP murciano al grito de “sobrinísimo, hijo de puta”, de la que él parece ser el único culpable (por crispador y por facha); la matanza de Tucson, de la que parece ser culpable el Tea Party, siguiendo una lógica directamente opuesta al caso de Murcia; el feroz acoso sindicalista y pseudoterrorista a todo lo que se mueva tras la delgada línea roja; la vuelta de la censura en los medios de comunicación, con la excusa de las buenas maneras y tal, pero con la intención verdadera de clausurar (¿eliminar?) la libertad de información (Intereconomía, básicamente); la astracanada del pinganillo y la demonización multilingüe del que ose criticar la cosa; la prohibición de hablar bien de Israel en la tele, aunque sea en un programa turístico como “Españoles por el Mundo”; la dictadura del antitabaquismo y el atifeísmo; la doble vara de medir en las corruptelas políticas (léase Torrejón, Benidorm, Andalucía, Castilla-La Mancha…) y etcétera, etcétera, etcétera. La conclusión es, a bote pronto, la de siempre: que los progres son los buenos y los no progres son los malos. Punto.

Y la verdad, visto lo visto, es que a veces a uno le dan ganas de hacerse progre. No sé, tienen una especie de no sé qué, como un halo de bondad celestial e impunidad terrenal que da verdadera envidia malsana. Y si no me creen, les invito a leer lo que significa ser progre y luego díganme si no les entran ganas de progretizarse:

1. El progre siempre está en posesión de la verdad absoluta. Si no piensas como él, no eres de los suyos. Y eso significa que eres un reaccionario, un facha, un ultraderechista, un fascista, un esbirro del imperialismo yanqui, un tonto de los cojones, un hijo de puta, un asesino y un cerdo capitalista, aunque no llegues ni a mediados de mes. Ya lo anunció Borges: “Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón.”
2. El progre odia el capitalismo, pero ama el dinero. Persigue la guita hasta la extenuación y se niega a reconocerlo también hasta la extenuación. Y si se lo haces notar te llamará cerdo capitalista, facha, etcétera hasta la extenuación. Lo reconoció el mismísimo Víctor Manuel: “Yo soy comunista, no gilipollas”.
3. El progre padece una afección psicológica bipolar relativista-absolutista: por un lado el relativismo moral, intelectual y ético y por otro el absolutismo político. En cristiano: sólo ellos tienen derecho a gobernar y todo vale para perpetuerse en el poder.
4. La culpa siempre es del otro. Entendiendo por el otro a burgueses, católicos, yanquis, periodistas no adscritos, empresarios, judíos, oposición… Da igual que lleven 10 años gobernando o 100 asesinando, un progre nunca puede ser culpable de nada malo.
5. Atracción total por el totalitarismo. De izquierdas, claro. O islamista. O sea, las dictaduras socialistas y las teocracias fundamentalistas. En definitiva, cualquier sistema de gobierno que destruya la sociedad occidental… en la que ellos viven. Y muy bien, por cierto.
6. El progre lo politiza todo. Todo. Una ideologización permanente y generalizada que contagia todo lo que toca: el deporte, el cine, la ciencia, la cultura, la información, el ocio, la moda, la solidaridad, la tecnología, las creencias, la justicia, las costumbres, la educación, la biología, la naturaleza, la comida, el tabaco. Es su arma favorita para llevar cada aspecto de nuestras vidas a su terreno y apropiarse de la razón absoluta a base de demagogia a discreción. Y funciona.
7. El progre es paternalista por naturaleza. O sea, le mueve un crónico complejo de superioridad que le empuja a dirigir las vidas de los demás en todos los ámbitos: sexo, educación, familia, solidaridad, alimentación, conducción, hábitos, cultura, cine, idioma, aficiones… Se cree con derecho a decidir qué es lo mejor para nosotros. Y, lo peor, se cree que nos hace un favor.
8. El progre está tan megaconcienciado con los males que aquejan a la sociedad y al planeta que si no te megaconciencias a su nivel, eres culpable de esos males y de muchos más. Aunque tú, en la práctica, hagas lo que ellos sólo hacen de boquilla. Es decir, tú eres malo hagas lo que hagas y ellos son buenos aunque no muevan un dedo.
9. “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”. Es el principal síntoma del mal genético que padecen casi la totalidad de los progres, sin posibilidad aparente de cura: la Hipogresía. Una afección endémica que crece en progresión aritmética, geométrica y astronómica; cuanto más progre, más hipogresía emana.
10. El progre es ecologista, pacifista, feminista, jovenalista, aliancista, antiglobalista, protercermundista, gaylista y todo lo que haya en la lista. Es paritario, solidario, dialogante, demócrata de toda la vida, cultísimo, moderno y tiene un gusto impecable. Lucha por la paz universal, la fraternidad planetaria y el mejoramiento social de los humildes. Es alegre y simpático, carismático y romántico. En una palabra, es guai. O eso dice, claro.

Conclusión: Estos 10 puntos se pueden resumir en dos. Punto uno: el progre siempre tiene razón. Punto dos: en caso de que no la tenga, se aplicará el punto uno.

Y es que todo (repito, todo) vale en nombre de la Progresía, santa palabra. Aunque el progreso vaya hacia atrás. Si el progre mata, roba, destruye, miente, insulta, manipula, corrompe, prohíbe o castiga es siempre por una buena causa: la suya. Pues eso, bienaventurados los progres porque todo les será perdonado.

miércoles, 12 de enero de 2011

Eliminar a Zapatero

La noticia con la que me topé hace unos días es en verdad llamativa: “científicos holandeses desarrollan píldoras para olvidar traumas”. El primer efecto al leer el titular fue, paradójicamente, acordarme de alguien cuyo segundo apellido empieza por Z, un trauma difícil de olvidar porque no sólo forma parte de nuestro pasado reciente, sino de nuestro presente continuo y, lo que es peor, de nuestro futuro más bien imperfecto. En seguida, mis pensamientos se trasladaron a la mente del susobicho… perdón, del susodicho… y pensé que si nuestro presidente conociese la existencia de la píldora milagrosa, encargaba ipso facto a su ministra de insanidad que comprara un lote de unos 50 millones de dosis, que la propia doctora Pajín administraría a cada españolito/a “por sus cojones” (no lo digo yo, lo dijo ella). Y trauma solucionado, oiga. La gente se olvidaría de la crisis, y del último chiste de ETA y del Trichet, y de la Merkel, y de Grecia, y del Moody’s ese, y de los Standars y los Poors y, de paso, de los 5 millones de nuevos pobres, que no es que no tengan trabajo, sino que prefieren dedicar su tiempo libre a conocer gente en las colas del INEM o hacer vida social en los comedores sociales de Cáritas (¡y gracias a Dios que aún nos queda Cáritas). Buen comienzo del año electoral, ¿a que sí?


Luego, ahondando en la noticia, descubrí que la pildorita en cuestión iba de bloquear la recreación de situaciones traumáticas y otros eventos estresantes. O sea, que si usted sufre alguna fobia de la infancia, se quiere olvidar de su cuñado plomazo o simplemente no soporta acordarse de que hoy es lunes, pues se toma la pastillita y todo borrado. ¡Zas! De un plumazo. ¿Se imaginan? Pues olvídenlo, al menos por ahora, porque su efecto se encuentra limitado a episodios traumáticos graves, y no se borrarían de la memoria sino que se amortiguaría su efecto. Y además, está reservado a pacientes psiquiátricos (claro que en estos tiempos revueltos y traumáticos todos somos carne –o mente, mejor dicho- de psiquaitra, y ciertos beta-bloqueantes se recetan casi como aspirinas).

Y recordando, recordando, recordé un antiguo capítulo de esa genialidad del humor inteligente y políticamente incorrecto que es Boston Legal, que trataba también el mismo tema: una adolescente que había sido violada reclamaba su derecho a utilizar Propanolol para borrar el traumático episodio de su mente; su madre le negaba ese supuesto derecho argumentando que olvidar no es la solución, que los traumas hay que superarlos porque son las buenas y malas experiencias las que forjan nuestra personalidad, nuestro carácter, nuestra vida. El caso es que si recurrimos a los beta-bloqueantes o a las benzodiazepinas (que hoy sí se comercializan, aunque de forma controlada), con todo su potencial hipnótico, somnífero y amnésico, acabaríamos aún más dependientes de los fármacos y, lo que es peor, más dependientes de los gobiernos. Más felices, tal vez; pero mucho más borregos. Al más puro estilo Huxley y sus felizmente somatizados personajes.

Sinceramente, sería muy tentador tomar la pildorita y olvidar estos traumáticos 7 años de la Era Z. O mejor aún, borrar automáticamente al iluminado de la Moncloa y todo su legado con el teclado del ordenador: ‘Ctrl Z’ y fuera de nuestras mentes para siempre jamás. ‘Ctrl Z’ y fuera la desmemoria histórica. ‘Ctrl Z’ y fuera la ley-derecho del aborto. ‘Ctrl Z’ y fuera la Alianza de Civilizaciones. ‘Ctrl Z’ y fuera las relaciones con Chavez, Castro Bros., Mohamed, Gadafi y demás pájaros. ‘Ctrl Z’ y fuera la negociación que sacó a ETA del hoyo. ‘Ctrl Z’ y fuera la desconfianza (y el pitorreo) internacional. ‘Ctrl Z’ y fuera la juventud perdida, los estatutos excluyentes, el guerracivilismo, la cruzada laicista, el prohibicionismo empedernido. ‘Ctrl Z’ y fuera Bibiana, Pajín, Pepiño, Salgado, Maleni, Moratinos, Sinde, Bono, ¡Rubalcaba! ¿Se imaginan? ¡Qué felicidad! ¡Qué tranquilidad! ¡Qué PAZ! 

Sería una solución eficaz e indolora, ciertamente. Pero peligrosa. Porque borrar la memoria sería borrar la historia, y los pensamientos y las emociones y la perspectiva; sería eliminar nuestra capacidad de juicio, nuestra aptitud para aprender de los errores, nuestra libertad para acertar o equivocarnos; sería olvidar lecciones esenciales que nos hacen madurar, que nos permiten evolucionar como individuos, que nos permiten mirar al futuro. Eso es precisamente lo que quiere el socialismo: que olvidemos nuestra historia para vendernos la suya; que perdamos la capacidad de juicio, que vivamos sólo el presente, que dejemos de ser individuos para integrarnos en la masa, mucho más manejable, mucho más moldeable. “Vosotros sed felices, no sufráis, no os preocupéis, no penséis, no recordéis. Ya pienso y recuerdo yo por vosotros”.

¡Pues no! Me niego a olvidar. Me niego a borrar de mi memoria todo lo que ha supuesto este nefasto presidente para la reciente historia de España, para nuestras vidas, para nuestro futuro. Me niego a bloquear los traumas de millones de personas que han perdido algo más importante que la memoria: la dignidad. Me niego a eliminar los nefastos recuerdos que me ha provocado este especímen de mesías de salón, esta marioneta de sonrisa perenne y cerebro de Mr Bean. ¡No, no y no! El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla. Pues ya hemos repetido, dos legislaturas. Me niego a tripitir, con Z o sin Z. Nunca nadie había hecho tanto mal en tan poco tiempo. Y eso no se puede olvidar.

Aunque, me temo, hasta el 2012 el último consuelo que nos queda es poder “elminar a Zapatero”… en el ordenador. Sólo tiene que seguir estos 3 pasos: 1. Cree un fichero y guárdelo con el nombre “a Zapatero”; 2. Arrástrelo a la ‘Papelera de reciclaje’ y haga clic en ‘Vaciar papelera’; 3. Cuando aparezca el mensaje “¿Desea eliminar ‘a Zapatero’?” responda “Sí”. En realidad, no servirá de mucho, pero le alegrará el día.

domingo, 9 de enero de 2011

Acusica barrabás, en el infierno te verás

Pues ahora resulta que todos los españolitos, todos, somos Comisarios de Policía Secreta en potencia, al más puro estilo RDA y similares. El Nuevo Régimen iniciado por el Generalísimo Zapatero y presumiblemente continuado (¿y eternizado?) por el Vicepresidentísimo Rubalcaba, Ministro de Escuchas y Asuntos Oscuros, ya ha conseguido meterse en nuestras camas, en nuestras neveras, en nuestras televisiones, en nuestras aulas, en nuestros cines, en nuestros coches, en nuestras cuentas, en nuestras iglesias, en nuestros muertos, en nuestros ginecólogos, en nuestros árboles genealógicos, en nuestros trabajos, en nuestras creencias, en nuestra memoria, en nuestros placeres, en nuestras intimidades, en nuestras conciencias… Ahora, aprovechando ese nuevo ramalazo de totalitarismo que han venido a llamar "Ley Antitabaco" (más bien ley anti fumador, pues el tabaco se vende hoy de 15.000 maneras más que ayer), pretenden que nos convirtamos, por amor al Estado, en aquello que desde pequeños nos enseñaron a repudiar: en delatores, en soplones, en chivatos, en asquerosos acusicas. "Acusica barrabás, en el infierno te verás, comiendo pan y cebolla, y nosotros en la gloria". Por supuesto, en la gloria los que se quedan son el Generalísimo decadente, el Vicepresidentísimo ascendente, la Pajinísima ministra de insanidad, el individuo ése de la FACUA (que debe ser algo así como Factoría de Chivatos Unidos Anónimos) y todos los demás gerifaltes y chupópteros del Nuevo Régimen, que no son pocos.

Los hosteleros, desde luego, no; ni los camareros, que por conservar la salud a lo peor pierden el pan; ni los fumadores, marcados con la cruz del repudio social; ni los no fumadores, aunque crean que sí, pues las libertades aniquiladas de otros hoy, mañana pueden ser las suyas; ni los policías, que aún no saben cómo actuar ante la avalancha de denuncias que les van a caer encima; ni los vecinos en general, pues ahora a las puertas de bares y discotecas se va a montar el "pitillón" durante toda la noche…

Pero si la aplicación de la ley va a tener consecuencias funestas para unos y otros, lo de la delación por decreto va a ser la guerra. Una más. Otra vez la división entre buenos y malos, entre respetables y apestados, entre acusicas y acusados. Divide y vencerás, dicen. Con todos peleados, tienen más fácil desviar atenciones. Como en "La cortina de humo" esa divertida ironía protagonizada por Robert de Niro y Dustin Hoffman en la que los asesores del presidente se inventaban una guerra contra el terrorismo albanés para ocultar un lío de faldas con una becaria. Aquí, en vez de guerra al albanés, guerra al fumador; y en vez de becaria, parados. Cinco millones, o así.

Pues si quieren acusicas, acusemos. Puestos a chivarse, chivémonos. Para empezar, del chivatazo del Faisán, que continúa en el limbo de la justicia per secula seculorum. Delatemos las subvenciones millonarias que siguen recibiendo los chupópteros de turno, mientras el resto nos vamos quedando sin agujeros en el cinturón. Acusemos los privilegios de los asesinos de ETA, que en cuestión de días serán de nuevo bendecidos como hombres de paz; acusemos las leyes totalitarias, los estados de alarma inconstitucionales, los golpes de estado a decretazo limpio, la cruzada laicista, la crispación tendenciosa, las mentiras continuadas sobre la crisis, la falta de preparación de nuestros dirigentes, el faraónico despilfarro autonómico, la miseria moral, la corrupción incesante… Acusemos a los que están convirtiendo España en un estado sin libertades, en un solar dividido, en una familia rota en la que los cónyuges (no cónyugues, señora Ministra) se acusan, se odian y se matan mutuamente desoyendo el llanto de sus hijos, que son los santos inocentes que siempre se llevan la peor parte de cada uno.

En fin, que si quieren convertirnos en acusicas, seamos más acusicas que nadie; pero no contra el vecino. Unámonos todos para acusar al gobierno, a los sindicatos, a los facuas, a los partidos, a las autonomías, a los corruptos, a los asesinos, a los mentirosos. Acusémosles y condenémosles. Al destierro. O al infierno. "Acusica barrabás, en el infierno te verás, comiendo pan y cebolla, y nosotros en la gloria". Fumándonos un puro.