He de reconocerlo. Hoy me siento tremendamente confuso. O confusa, ya no lo sé. Creo que debo tener una especie de síndrome de personalidad trasladada, o de sexualidad transmutada o de edad trasnochada o de todo al mismo tiempo y en el mismo cuerpo, que es el mío. O lo era. No sé qué me pasa, doctor, que diría la Streisand. Y no es para menos. Pues resulta que yo, de repente y como quien no quiere la cosa, ahora soy mujer, tengo 70 años y para más INRI soy católica, pero católica no de hoy, no, católica de los años 50 o 60 o del preconcilio o qué se yo de cuándo, pero que de ahora seguro que no. ¡Vaya disgusto, oiga! Y eso que nací en 1965 y me bautizaron con el varonil y santo nombre de José, luego reconvertido en Pepe (y no por filiación política, que en tiempos de Franco el PP no existía, mal que les pese a muchos). Y católico sí, pero no de ayer ni de antesdeayer ni del fin de semana pasado ni del mañana ni del qué sé yo.
70 años, mujer y católica. ¡Y yo con estos pelos! (y con esta barba de dos días). Tengo que ir corriendo (lo que me permita mi nueva edad) a cambiar el DNI a la oficina de Santa Engracia, a ver si me lo hacen sin colas y en un par de horas, como al Rodríguez Menéndez ése. Y tengo que coger hora en la pelu del hotel Wellington o similar, para que me carden bien los rizos o me los permanenten o me los mechen o lo que sea que se hacen las señoras de mi edad en la canosa melena. Y de paso que me afeiten la incipiente barba a navaja, con brocha, toallita caliente y toda la pesca, como en las películas del Bogart. Que salga guapa en la foto del nuevo DNI, que las señoras de mi edad somos coquetas como la que más ¡y que aún estamos en edad de merecer, hombre!
70 años, mujer y católica. Sí, como lo oyen. Eso es lo que soy. Eso es, al menos, lo que ha afirmado el señor Esteban González Pons (un jovenzuelo de muy buen ver, por cierto) el pasado jueves 31 de octubre por la mañana en una entrevista en Telemadrid. Hablaba el buen hombre de las opiniones reales de Su Majestad la Reina acerca de temas tan espinosos (¡ay!) como el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual y demás asuntillos de la mundanal política. Y, al igual que Su Majestad la Reina opinaba de temas tan espinosos (¡ay!), el señor González Pons opinaba de las opiniones de Su Majestad la Reina. Y va y no se le ocurre otra cosa que definir la opinión de Su Majestad la Reina como la de "muchas mujeres de 70 años y católicas”. Y va otra vez, ahora por la tarde, y para arreglarlo no se le ocurre otra que decir que sus referencias fueron a título personal pero no como dirigente del partido que representa. "Desde el atril del PP", ha recalcado, no tiene valoración sobre Doña Sofía. ¡Vale, macho! Pues sí que vamos bien con el flamante portavoz y sus portavocías a título personal en una entrevista televisada. ¡Eso sí que da seguridad!
Pero lo grave no es que sigamos teniendo una oposición de traca, que cada vez que abren la boca meten la pata, lo verdaderamente grave es que no sabemos qué opina oficialmente este renovado PP sobre temas tan espinosos (¡ay!) como el aborto, la eutanasia, los bebés medicamento, el matrimonio homosexual y demás asuntillos de la mundanal política. Porque cada vez que sale el tema, cambian de ídem y se ponen a hablar de la crisis o de Garzón o del G-20 o, como ahora, de Su Majestad la Reina. Pero (y he ahí el gran error de cálculo), la Reina no hablaba desde una posición política (como afirma el siempre imparcialísimo Iñaki Gabilondo), ni siquiera desde una posición social; hablaba desde lo más profundo de sus convicciones, desde su moral, desde su conciencia, desde su responsabilidad como católica. Y lo que muchos católicos y no católicos —que defendemos la vida frente a la nueva cultura de la muerte disfrazada de avances sociales— queremos (exigimos) saber no es la opinión de la Reina, sino la de Rajoy, la de Cospedal, la de Arenas, la de Esperanza, o sea, la oficial del PP. La de González Pons ya la sabemos, “a título personal”. La de Gallardón también, pues acaba de prohibir por tercera vez una marcha contra el aborto y en defensa de la adopción, organizada por la Plataforma por la Vida y la Mujer, con la barata excusa de que "la vía pública no es lugar para realizar ninguna actividad que no sea el tránsito de peatones" (como la marcha del orgullo Gay, por poner un ejemplo; o las cientos de carreras populares, maratones, fiestas de la bicicleta y demás actividades lúdico-deportivas; o las 500 manifestaciones que debe sufrir Madrid cada año, tirando por lo bajo). Ansiosos esperamos su respuesta, señor Portavoz del Partido Popular, esta vez desde el atril, por favor, para que no nos confundamos. Que ya sabemos lo fácilmente que se malinterpretan sus declaraciones… sobre todo cuando son interpretables.
Mientras tanto, yo seguiré encantada disfrutando de mis lozanos 70 años, tomando el té en Embassy con mis viejas amigas (con las que ayer jugaba al fútbol, ¡qué cosas!), yendo a misa en familia los domingos y fiestas de guardar y visitando la pelu cada semana, que la tengo muy cerquita de Génova 13, a ver si me cruzo con el apuesto Esteban González Pons y le suelto un guiño a bocajarro que le dejo con la boca abierta… o cerrada, mejor.
Por cierto, Señora: ¡Feliz cumpleaños! Y que disfrute de sus 70 reales años tanto como yo.
(Y aprovecho para recomendar a todas las admiradoras y admiradores de Su Majestad la Reina, tengan la edad que tengan, el libro “La Sonrisa que cautivó a España” de Fermín Urbiola (Ed. Libros Libres), una delicia llena de fotos inéditas, anécdotas y curiosidades, prorrogado por Sabino Fernández Campo, que nos acerca el lado más humano y familiar de Doña Sofía. Y sin falsas polémicas).
6 comentarios:
Pues yo tengo 28 años y estoy con la reina. ¡Feliz cumpleaños majestad!
Lo que no sería de recibo es que la periodista Pilar Urbano volviera a escribir un libro sobre la reina sin grabaciones de por medio. Ya lo ha hecho dos veces ¿habrá una tercera?
El PP no sabe ni dónde está ni a dónde va. Y sus votantes,a la hora de votar, tampoco lo van a saber. Tengo muchos amigos que tienen cada vez más claro su voto en blanco. Rajoy no es el líder y su equipo no lo mejora, precisamente.
Esto es lo que pasa cuando se tiene un rey tan republicano y una monarquía tan poco "real", en el sentido de realeza, no de verdadera (que también). Y también cuando se tiene un Jefe de la Casa Real que no lee. Mientras tanto, Planeta y Pilar Urbano, haciendo caja mari pili.
Este PP de Marianos, Sorias, Pons, Lasalles, Alonso,Gallardones, etc, se ha especializado en la rendición ideológica preventiva. Esas manifestaciones tan progres como que lo único importante es la economía, tienen un olorcillo "materialista-marxista" que a mi compulsivo pudor intelectual le va a imposibilitar votar al PP.
Como decía Churchill "hay gente que cambia de ideas para no cambiar de partido y gente que cambia de partido para no cambiar de ideas".
Estos nuevos"aceitosillos"amigos de lo progre que sepan que como Churchill o María San Gil pensamos muchos.
Pues me gustó lo que dijo la Reina pero sigo siendo republicano. La monarquía borbónica ha sido un lastre para España.
J.M.
Publicar un comentario