Hoy no voy a escribir sobre Pepiño (de turismo en Cuba, tierra de libertad), ni sobre Mister Paz (jugando a las sillas con el no-presidente Bush), ni de la leal oposición (leal a no sabemos qué), ni siquiera de la crisis financiera ni del paro ni de la banca, tan transparente ella. Hoy no voy a escribir de Obama, el nuevo rey mediático del universo, ni de ministros y ministras, ni de reinas mudas ni de barcos de muerte, ni de muerte a secas, ni de guerras pasadas o tumbas (y heridas) reabiertas. Ni siquiera del despacho de Chaves (52 millones). No. Hoy no voy a escribir de cosas tan banales como la política o los políticos; hoy no voy a escribir de la estupidez humana ni de la ambición inhumana ni de la rabia ni de la tristeza ni de las mentiras ni del rencor ni del absurdo… No. Hoy voy a escribir de la VIDA. Gran palabra, ¿verdad? Pues lo que significa es mucho más grande, infinitamente más grande, aunque a veces (muchas veces, demasiadas) se nos olvida.
Hoy quiero hablaros de BELLA. Una película. Mejor dicho, una PELÍCULA, con grandes mayúsculas. Una de esas películas que es capaz de cambiar la vida a muchas personas y de reforzar los valores de muchas otras; un verdadero canto a la dignidad humana, al respeto, al AMOR, así, también con mayúsculas. A la familia como un pilar básico de la sociedad. Una película, rara avis, que transmite un mensaje inequívocamente provida y en contra del aborto. Una película valiente y sincera, en estos tiempos en que la cobardía, las mentiras y los relativismos varios se enquistan en la sociedad con mayor saña y efectividad cada día.
Cuenta su protagonista y productor, Eduardo Verástegui (que se ha convertido en un incansable activista en contra del aborto), la anécdota de una joven que tenía la idea de abortar pues si no su novio la echaba de casa, pero gracias a la película y a la influencia de Verástegui, que se ofreció a adoptar el bebé, decidió tenerlo: fue una preciosa niña a la que llamó Bella. «Sólo por esa niña, afirmó Verástegui, ya merece la pena haber realizado la película».
“Bella” es una tierna historia sobre la vida, las relaciones interpersonales, la amistad y la capacidad humana para amar en las circunstancias más inesperadas. Narra la relación que se establece entre una joven embarazada que pierde el trabajo y un hombre que no logra recuperarse de un trágico accidente pasado. Una apasionante historia en la que dos personas descubren que, a veces, es necesario perderlo todo para darse cuenta de lo que realmente importa en la vida.
Pero aparte de una maravillosa película, es una gran película, una buena película: se ha convertido en un fenómeno social en Estados Unidos, donde encabezó durante semanas el ranking de las 10 películas más vistas del
Además, cuenta con importantes colaboradores que se han querido involucrar en esta historia, como Steve McEveety, productor de "Braveheart" y "La Pasión de Cristo", o Alejandro Sanz, que cedió su canción "Donde Convergemos" para la banda sonora.
1 comentario:
Como me gustaría que el "valiente" cine español se involucrara en alguna causa más noble que la indecorosa búsqueda de la subvención.
Salvo excepciones como Garci o Iñaki Arteta, ese "mundillo" encantado de conocerse a sí mismo, es la máxima manifestación de cobardía, como hace poco declaraba Rosa Díez acerca del Festival de San Sebastián, y de un extraño mercantilismo sociata llamado canon digital.
Qué progre, que la guerra de Irak a algunos les ha dado pingües beneficios...¡¡Si es que son unos idealistas!!
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