jueves, 21 de julio de 2011

El tonto que llegó a presidente. Y se quedó.

Hace 3 años y medio, cuando empecé a escribir la novela Bienvenido, Mister Paz, en honor del ya iluminado presidente Zapatero, lo único que tenía claro era el título y el perfil del personaje. El título es un homenaje a la maravillosa película Bienvenido, Mister Chance (basada en la no menos maravillosa novela de Jerzy Kosinski , Desde el jardín) protagonizada por un insuperable Peter Sellers: un jardinero analfabeto y de mente más bien limitada (sólo sabe lo que ha aprendido viendo la televisión), que rige su vida por una falsa visión de la realidad –con una ausencia total de futuro: sólo existe el presente- y que va llevando a los demás a su propia irrealidad, a su mundo absurdo, simplón y desconcertante. A base de metáforas jardinescas y malinterpretaciones de los poderosos de turno, Chauncey Gardiner acaba siendo el economista más influyente del país y asesor del mismísimo Presidente de los Estados Unidos. Su laconismo, producto de la ignorancia, se confunde con sabiduría y se le toma por un optimista visionario, sin que en ningún momento haya dado señal alguna de inteligencia; pero con frases como “Esta es tan solo otra estación más para el jardín, donde en primavera todo crecerá sano y fuerte; árboles nuevos, flores nuevas de todas clases” o “se necesita un jardinero muy bueno, que cuide mucho el jardín (para dirigir al país durante los periodos de crisis)” convence a políticos, economistas, periodistas y ciudadanos de que es, simplemente, un genio.

La diferencia esencial entre Chance y Zapatero es que el primero casi llega a vicepresidente económico y que el segundo llegó a Presidente del Gobierno. Y lo que es peor, cuatro años después repitió.

Hoy, con la perspectiva que dan los años, los logros, las frases, las ocurrencias, las omisiones, los ridículos nacionales e internacionales, los desbarajustes y las iluminancias en general, parece que todo el mundo (¡incluido Cebrián, oiga!) se ha caído del guindo y se ha topado, al fin, con la verdadera y dura realidad de Mister Paz. A buenas horas, mangas rojas… Los que llevamos más de 7 años diciéndolo, y además aportando pruebas, hemos sido llamados de todo menos guapos, simpáticos y progres. Pero, huelga decirlo, teníamos razón (¡te lo dije, te lo dije!). Ahora, hasta el más progre cejudo clama por la despedida del iluminado; ahora, hasta el más fiel de sus leales cortesanos reza (laicamente) por su abdicación definitiva; ahora, hasta su guardia pretoriana le clavaría un puñal si tuvieran la certeza de que eso acabaría con él.

Pero Mister Paz no se va. Se ha aferrado al escaño como el coyote de la Warner a la rama que le salva de caer al fondo del barranco. O, por terminar con el genial Peter Sellers, como el patoso e inocentón Hrundi V. Bakshi en esa obra maestra que es El Guateque, que sigue tocando la trompeta, una y otra vez, sin previsible final, sin acabar de morir, mientras es acribillado a balazos por sus enemigos (en el caso de Mister Paz, también por sus amigos y sus simples conocidos). La deuda sigue creciendo, la crisis de sigue agravando, el número de parados sigue aumentando, el prestigio internacional sigue menguando… y el presidente en funciones permanece en babia, en su país de las maravillas, en su iluminancia perpetua, en su mundo de Mister Chance o de Hrundi V. Bakshi (con el pie sobre el detonador de la dinamita), sin darnos opción de salir del pozo. Porque mientras él siga al mando de la nave, España seguirá siendo el Titanic. Y de ésta no nos salvan ni los botes.

Ha sido el peor gobernante que hemos tenido en siglos, pero él sigue convencido de su misión salvadora, de que todo lo que hace es por nuestro bien. Y eso, sinceramente, es lo más triste. Y lo más cruel.

miércoles, 20 de julio de 2011

El candidato Alfredo, de la A a la R pasando por la P.

Alfredo. m. Alf, Alfie, Alfredito, Alfred. / pol. Exministro de Mister X, Exministro de Escuchas y Asuntos Oscuros, Exvicepresidentísimo Primero del Gobierno de Ezpaña, Exportavoz y Exportacoz del Gobierno de Ezpaña, Excorredor de los 100 metros lisos en menos de 10 segundos. / actualm. Llámame Alfredo, Candidato Alfredo. Pepunto (ver). Rubalcaba (ver).

Baltasar (Garzón). m. Dícese del otrora juez estrella y ahora juez estrellado, gran aficionado a las artes cinegéticas, especialmente a la suelta del faisán, afición que comparte desde hace años (2006) con su amigo, cómplice y camarada Alfredo. / col. pop. Chiste, chanza: Basaltar y se cayó.

Camacho, Antonio. m. Larva de Rubalcaba en proceso de metamorfosis. Actualmente en fase ministerial, después de haber pasado por la fase fiscal, fiscal-tribunal, fiscal-progresista y la secretaría de estado para la seguridad. Discípulo aventajado de su maestro, es también aficionado a la suelta del faisán. Es igualmente aficionado a compartir su teléfono móvil.

Dantesco. adj. Dícese de las escenas o situaciones desmesuradas que causan espanto. Horroroso, sobrecogedor. / actualm. Sinónimo de Ezpaña.

Eta. biol. Especie de serpiente venenosa y mortal procedente del País Vasco cuyo hábitat se ha extendido por toda la península, sur de Francia, Venezuela y otros países. Tiene la asombrosa capacidad de revivir con fuerza cada vez que está a punto de extinguirse. / pol. Hombres y mujeres de paz que gobiernan con alegría numerosos ayuntamientos e instituciones de Euskal Herria gracias al TC. / fig. Amigos o enemigos de Alfredo según el momento y/o lugar.

Faisán. m. Ave gallinácea de alas cortas e inquietas y pico largo, con un penacho de plumas en la cabeza (en edad joven) y el plumaje verde y rojizo con reflejos metálicos. Su carne es muy apreciada (en edad joven). / España. Pájaro de mal agüero que puede acabar de un plumazo con la longeva carrera política de Alfredo. Y la de su larva, Camacho.

Gal. Dícese del oscuro pasado de Alfredo (que a él y sus compinches les gustaría ver convenientemente enterrado -en cal viva- pero que es conveniente desenterrar de vez en cuando, para no olvidar de quién estamos hablando).

Hampa. f. Conjunto de maleantes y delincuentes, los cuales, unidos en una especie de sociedad, viven al margen de la ley y cometen toda clase de delitos y desafueros. Los hay de diferentes tipos o tipejos: ministros, exministros, secretarios de estado, jefes de la policía, jueces, fiscales, terroristas, etc., de forma que cada cual cumple una función determinada y actúan conjuntamente como una banda perfectamente compenetrada y sincronizada.

Ictiosauro. m. paleont. Reptil marino, de tamaño gigantesco, con el hocico prolongado y los dientes separados; ojos pequeños y rugosos rodeados por un círculo de placas ojerosas; cuello muy corto, un poco cargado de espalda; y cuatro aletas natatorias en permanente movimiento. Sobrevive de la época jurásica. Se han hallado restos fósiles en Cantabria y Madrid.

¡Jajay! interj. que expresa burla o risa. O sea, cachondeo, carcajada, guasa, risotada, choteo, befa, pitorreo, etc. de Alfredo hacia todos y todas los españoles y las españolas cada vez que abre la boca (y mueve las manos).

Krausismo. Teoría filosófica del alemán Krause según la cual Dios, sin ser del mundo ni estar fuera de él, lo contiene en sí y de él trasciende. Precursora del Alfredismo, el Pepuntismo y el Rubalcanismo.

Lacra. f. Vicio físico o moral que marca a quien lo padece y, según los casos, también hace padecer a los demás. / fig. Maldición, plaga, desastre, calamidad, desgracia, epidemia, peste. / Sinónimo de Gobierno de Zapatero.

Llamada. f. Acción y resultado de llamar. / cineg. En la suelta del faisán, acción de aviso a la presunta presa con el resultado de la huida de ésta. Suele utilizarse un teléfono móvil. La llamada puede ser de fácil rastreo en las manos adecuadas.

Maquiavélico, ca. adj. Que tiene características consideradas propias del maquiavelismo, como la perfidia, la falta de escrúpulos o la astucia. / Cita de M.: “Los hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar.”

Negociación. f. Comercio con mercancías o valores para obtener unas ganancias / O sea: renegar de valores y principios para comerciar con terroristas y obtener una ganancia en votos.

Ombligo. m. fig. Creerse el medio o centro de cualquier cosa. En el caso de Alfredo, el ombligo de su partido, el ombligo del Congreso, el ombligo de PRISA, el ombligo de Ezpaña y el ombligo del mundo. / biol. Que se sepa, el faisán no tiene ombligo.

Pérez. Originalmente, apellido paterno de Alfredo al que el propio Alfredo renunció voluntariamente al transformarse en “candidato Alfredo”. Fue sustituido en primera instancia por Pepunto para posteriormente ser eliminado en su totalidad (punto incluido). Se desconoce la razón de tal negación paterna.

Quina. f. Corteza del quino / loc. col. Ser más malo que la quina: ser una persona muy mala / loc. col. Tragar quina: soportar una situación desagradable disimulando el disgusto (con tendencia a disimular cada vez menos).

Rubalcaba. m. Apellido materno de Alfredo, del que no sólo no ha renegado sino que además ha convertido en su marca electoral. / deriv. v. Rubalcabrear: indignar, enfadar y/o mosquear a base de engaños, mentiras, trampas, inquinas, manipulaciones, maldades, vilezas, intrigas, agitaciones y juego sucio. / Otras loc. con R de Rubalcaba: ruin, rastrero, roedor, rancio, rabioso, rapiñador, raposo, rúbeo, rebuscado, reincidente, rufián.



miércoles, 6 de julio de 2011

El gilipollas

Vaya, vaya la que se ha armado con lo de la SGAE, la SDAE, el amigo Teddy, su segundo Neri y su particular micro-génesis (su mujer, su cuñada y su hija), los habituales de la ceja y algún que otro espontáneo de la cosa cultural patria, que cuando abren la boquita casi nunca es para decir algo inteligente («cuando tan torpe la razón se halla, / mejor habla, señor, quien mejor calla» que ripió Calderón; y no pienso pagar por la cita, que conste). La tontería ganadora la ha soltado esta vez el amigo Calamaro (ése que tuvo algún momento de gloria como Rodríguez y ahora saca ristras de canciones como quien pesca salmones en una piscifactoría), que no se le ha ocurrido otra cosa que comparar la detención de unos (presuntos) chorizos con el 23F, al más puro estilo Almodovariano y su golpe de estado pepero del 11M. Pues vale, Andrés. Olé tus huevos.

El millonario Alejandro Magno-Sanz también la lía como sólo él sabe liarla en twitter y acusa de «cortitos, rabiosos y oportunistas» a todos los que protestan en Internet por el mangoneo autoral. Pues vale. Y Caco (¡caco!) Senante, que es un tipo grandote que una vez compuso una canción sobre el mojo picón y se le agotaron las ideas tras la indigestión, sospecha que es una conspiración pre-electoral. Pues vale. Y un tal Caballero (que rima con Quevedo y su “poderoso caballero es don dinero”) remata la cosa con el victimismo habitual: «el transfondo social de todo es que la gente no quiere a los artistas» (snif). No, amigo, la gente a quien no quiere es a los aprovechados y a los mangantes, sobre todo cuando roban a manos llenas y encima te llaman ladrón a ti (lo del canon digital, ya saben).

Pero, pese a la disputada competencia de sus colegas directivos y amiguetes de la SGAE, la palma (asturiana) se la ha llevado el nieto del abuelo Vítor, que fue picador allá en la mina (el abuelo, no el nieto) y poeta-pelota del franquismo (el nieto, no el abuelo); o sea, Víctor Manuel, que no se corta un pelo y habla directamente de “mano negra” (¿se referirá a la de Alfredo Pepunto?) y llama directamente gilipollas a los que osen decir que han desaparecido 400 millones de euros. Y qué quieren que les diga, tiene razón el nieto Vítor, que siempre ha tenido muy claro lo de ser gilipollas (en una entrevista afirmó, contundente, «yo soy comunista, no soy gilipollas», cuando se le preguntó por su amor a los frutos del capitalismo y su rechazo al reparto de los bienes… propios). Tiene razón porque el dinero, como la energía, no desaparece, se transforma; ergo los 400 millones de euros no han desaparecido, se han transformado. Lo que hace falta saber ahora es en qué (descapotables, chaletitos, pensiones vitalicias, generosos regalos, maletines, producciones musicales propias…), que 400 millones de euros son muchos millones y tienen una capacidad de transformación notablemente más versátil que los transformers y Mortadelo juntos. Y dan para muchos trajes, por cierto.

Dan también, por ejemplo, para que el amigo Teddy cobre unos 30.000 euros al mes como capo de la SGAE y se asegure, además, una pensión vitalicia de casi 300.000 euros anuales, unos 24.500 euros al mes, cifra que excede levemente la pensión media de los españolitos de a pie; de los que tengan, claro. A lo mejor hasta le da para subirle la pensión a su ex mujer, que malvive por las calles con su guitarra y los 350 euros que le pasa el oneroso Teddy. Desde luego, sí le da para sus amiguetes: la SGAE invirtió entre 2002 y 2008 más de dos millones de euros en un plan de pensiones para sus directivos. Por si perdían las elecciones, digo yo.

Y es que para pagar las pensiones, los sueldos, los negocietes y los vicios de estos tipos y tipas hace falta mucha pasta gansa. Por eso recorren cada rincón de España, al más puro estilo Sheriff de Nottingham, recaudando con indisimulada voracidad el impuesto revolucionario en bodas, bautizos, funerales, peluquerías, ascensores, restaurantes, conciertos benéficos, tarareos electorales, funciones de colegio, silbidos a pie de obra y (todo llegará) nanas a pie de cuna. En la Era Teddy Recaudeitor todo vale. Y es que desde que interpretó a Judas en la maravillosa versión patria de Jesucristo Superstar («a mí por el fango se me arrastrará (…) ahora la historia me condenará» predijo, con gran tino), Teddy Bautista le ha cogido un gustillo a las monedas de oro que raya en lo enfermizo; no sé si es pura avaricia, mala leche o una especie de síndrome de Gollum («¡es mío, sólo mío… mi tesorooo!») que piensa que un 20% de todo el dinero que suena en España es de su propiedad (¿intelectual?); nada escapa a su oído y a su peaje. Y mientras reparte las monedas entre sus colegas y familiares, acusa de robar a todos los ciudadanos porque sí y nos cobra el canon preventivo. Eso sí, con su jubilación vitalicia de 24.500 euros al mes. Ya lo decía Pink Floyd: “Money, it’s a crime”. Y ya lo decía Vítor Manuel, “yo soy comunista, no soy gilipollas” (igualico que su señora, por cierto, que facturó 57.813 euros al Ayuntamiento socialista de Toledo por un concierto benéfico que recaudó 11.800 euros. ¡Toma caché, Ana Belén!).

No, si aquí los gilipollas somos todos nosotros, que nos dejamos mangonear e insultar por estos piratas y encima les pagamos el retiro. Hasta que ha llegado el juez Ruz, el nuevo héroe de las causas justas. «Mi mente clara está / por fin descubrí dónde todos vamos a parar» cantó Judas-Teddy en la obra magna de Camilo Sesto. Pues eso, todos a la cárcel (si son culpables, claro; que aquí no condenamos gratuitamente): Teddy, Neri y familia, Caco, Caballero, Sinde… y el nieto Vítor, si se tercia. Por gilipollas.

jueves, 23 de junio de 2011

Oda a Pepiño, que está tristiño por culpa de Alfrediño

Ay, Pepiño, Pepiño
¿qué te pasa, rapaz,
que andas tan tristiño?
¿Qué te ha hecho, dime,
el candidato Alfrediño?
¿Te ha dejado sin mando
en tu partidiño?
¿Te ha dado un puntapié
en todo el culiño
después de haberle entregado
tu alma y tu corpiño,
tu eterna fidelidad
y tu amor más puriño?
¿Por qué, por qué?
(que diría Mourinho)

Ay, Pepiño, Pepiño,
que me miras con desaliño,
¿onde están esos ojos
antaño tan graciosiños?
¿Onde está tu mirada
de astuto y osado topiño?
¿Onde está tu descaro,
tu valentía de niño?
¿Do, tu regate dialetico
al estilo Robinho?
¿Y onde tu amigo Z,
Onde está su cariño,
su estima, su confianza?
Dime, ay, mi Pepiño
¿No te habrá desterrado
de su corazonciño?

Ay, Pepiño, Pepiño,
¡que no puedo verte así,
que la diño!
Y cuídate de la Elena,
que quiere tirarte al Miño
con una urna de piedra
bien amarrada al tobiño.
Que ésta se arrima mucho
al oscuro Alfrediño
y ha salido con ganas
de comerte los carballiños.
¡Joder con la Valenciano,
bulldog de Rubalcabiño!
Sólo de verle la cara,
ay, me giño.

Ay, Pepiño, Pepiño,
héroe del atril,
estratega del aliño,
¡no llores nunca mais
que se me estremece el corpiño!
¡No sufras mais, carallo,
que se me encoje el rabiño!
¡Que vuelva a ti la alegría
entre ríos de albariño!
¡Que escampe la nevada
Y bailen los pingüiños!

Ay, Pepiño, Pepiño,
que no puedo verte así,
¡Que me estriño!
¿Cómo he de consolar
esos ojiños tristiños?
¿Hundiendo otro Prestige?
¿Comprándote otro atiquiño?
¿Conxurando a trasgos y meigas
para eliminar a Alfrediño?
¿O erigiéndote en líder de Sol
Y de sus indignadiños
Al grito de "¡Muera la Pepa
y que Viva el Pepiño!"?

Ay, Pepiño, Pepiño,
¡cómo has podido caer
en las garras de Alfrediño!
Te ha metido la gaita
por el mismísimo calzonciño.
Te ha estampado el botafumeiro
en tu prominente fuciño.
Te ha maquinado en exclusiva
la Crisis del Pepiño.
Mas no te preocupes, rapaz,
que "O chegar o San Martiño,
mátase o porco
e bébese o viño".
Hasta entonces no llores mais,
no humedezcas tus ojiños.
Busca nuevos proyetos
lejos de Zapatiño,
lejos de Valenciano,
lejos de Alfrediño.
Lejos, muy lejos del mar
—no como tu atiquiño—.
Lejos, ya puestos, de España
¡Que nos tienes hasta os güeviños!

Ay, Pepiño, Pepiño,
que no puedo verte mais,
¡Que la diño!

jueves, 16 de junio de 2011

Carta a María San Gil

Viviste el asesinato cobarde de tu jefe y amigo en directo, a bocajarro y a tan sólo unos centímetros de distancia; guiada por tu coraje, saliste en (inútil) persecución del asesino, que huía cobardemente por las callejuelas de la parte vieja; y años después, en el juicio, te enfrentaste a la mirada del asesino con la misma valentía y firmeza con la que viviste aquel asesinato cobarde y con la que vives cada día desde entonces. Es lo que distingue a los valientes, su firmeza y determinación frente a la cobardía.

Durante todo este tiempo, María, has sido un permanente ejemplo de superación y sacrificio; un referente moral, humano y político; un modelo de cercanía, de claridad de ideas, de fidelidad a tus principios y a tus valores, ¡incluso de simpatía! (eso que tanto se reclama ahora desde tus filas y que tú has ejercido sin necesidad de renunciar a ti misma ni de reinventarte al estilo ‘pop’); has sido la cara amable y sincera, el lenguaje directo y transparente, la sencillez en persona, la honestidad, siguiendo fielmente la estela de tu amigo y mentor asesinado.
     Has sido la gran luchadora por la libertad, junto a las demás y los demás valientes que viven cada minuto como auténticos héroes y verdaderos condenados (al silencio, al desprecio, a muerte), y que ahora renuevan su heroísmo tras el envenenado triunfo de la serpiente. Algo que hay que padecer día a día para entender de qué pasta estáis hechos; y para entender también de qué pasta están hechos, no ya los asesinos (que no engañan a nadie que no se deje engañar), sino quienes los subvencionan, quienes los justifican, quienes los utilizan, quienes los amparan, quienes los equidistancian… quienes los legalizan; aquellos que se ponen o se quitan la máscara según la conveniencia del momento, pero cuyo rostro es siempre, ha sido siempre, el mismo rostro hipócrita, falso e inmoral desde los tiempos de Miguel Ángel Blanco y el pacto de Estella. Esos mismos que os han apuñalado, a ti y a los tuyos, tantas y tantas veces; que os han despreciado, que os han insultado, que os han escupido –incluso muertos- tantas y tantas veces.

Por eso, María, estuve contigo cuando te fuiste, hace tres eternos años. Volviste a tomar una decisión valiente, sincera y honesta, como no podía ser de otra manera siendo tú. Una decisión generosa y sacrificada, como tu propia vida; y leal, aunque haya quien diga lo contrario, leal a tus ideas, a tu gente y a tu partido (por mucho que algunos trataran de hundirte miserablemente, utilizando incluso tu cáncer para atacarte). Y aunque te fuiste –asqueada- de la vida política, nunca nos dejaste del todo, pues siempre has estado presente, e implicada, en todas aquellas causas en las que crees, sin dar la espalda a tus principios, sin ponerte siquiera de perfil, encarándolos con la mirada firme, de frente, con valentía, sin complejos. Has estado con las víctimas del terrorismo, siempre, pero también con las otras víctimas, las más inocentes de todas las víctimas: te recuerdo en la gran manifestación por la vida, hace un par de años, llegando a una rebosante Puerta de Alcalá, literalmente acosada por tus fans, pidiéndote un autógrafo, un abrazo, una sonrisa (esas sonrisas tuyas); echándote de menos como se echa de menos la voz de la conciencia en los momentos de incertidumbre; necesitando tu regreso como se necesita, de vez en vez, un soplo de aire fresco y limpio entre tanto aire viciado.
Ahora, después de un tiempo desaparecida (a veces literalmente, por seguridad), regresas para contarnos tus vivencias, tus miedos, tus esperanzas, tu lección de vida en tu 'media' autobiografía. No es mal momento para volver a escuchar tu voz, ahora que tu Donosti querida, la ciudad por la que Goyo Ordóñez fue asesinado cobardemente en tu presencia, ha caído en manos de la serpiente. Igual que mi Zarauz querido. ¿Quién nos lo iba a decir, verdad, después de tantos años luchando, llorando y muriendo? “Hemos perdido un terreno que nos va a costar mucho recuperar”, lamentas; y peor aún, porque esto es sólo el principio del fin, pero no de ETA, sino del País Vasco. "Los terroristas no están ganando porque nos hemos entregado. Y para entregarse ahora, que nos lo hubieran contado hace 20 años y a lo mejor hubiéramos sufrido menos." La pena es que hubo un momento, no hace mucho, en que estuvimos muy muy cerca de vencer. Y tantos mártires involuntarios habrían tenido un cierto sentido.

Ahora que has vuelto, aprovecho para pedirte un favor: nunca calles, María. Por favor. Necesitamos, además de leerlas, escuchar tus palabras, tus mensajes, tus ideas claras y valientes. Como eran las de Goyo. Y créeme, tu voz va a tener eco. Porque la voz de los valientes siempre resuena en los corazones honestos. Y de esos, a pesar de todo, aún quedan muchos.


miércoles, 8 de junio de 2011

El Señor de las Moscas en Sol


Pareciera como si el escritor William Golding (que, por cierto, cumple años el mismo día que un servidor) se hubiera paseado hace 57 primaveras por la Puerta del Sol de esta primavera de Madrid, que lleva ya camino de las tres semanas y no tiene visos de terminar la cosa, o sí, pero no mañana, ni pasado, aunque tampoco en una “fecha infinita”, como apuntaba el otro día un indignado, que además debe ser uno de los listos de la plaza tomada.

Y es que las semejanzas con El señor de las moscas del autor británico van mucho más allá de la mera cuestión higiénica (que en este caso sería El señor de las pulgas, según comprobación propia). Empezando por el principio, lo que comenzó siendo una (tal vez justa) utopía, rebosante de ilusión revolucionaria, de quimérica voluntad de cambiar el mundo, de sincera y necesaria indignación en pos de una sociedad ideal, en busca de la democracia perdida, ha terminado siendo justo lo contrario: la utopía se ha pervertido y ha mutado en distopía, la realidad se ha impuesto al idealismo, la ilusión ha sido explotada (en ambos sentidos) por la manipulación y el adoctrinamiento y, en fin, la presumible sinceridad de intenciones se ha convertido en una gran farsa, y la democracia ideal en una caricatura asamblearia, burocratizada, totalitaria y castradora de voluntades.

Como en El señor de las moscas, la aparente benevolencia de la causa no es sino una excusa de los fuertes para mantener el control absoluto de algo que ya no se sostiene, ni se enmienda. Han paladeado el sabor del poder y se han enganchado. Y lo peor de todo es que se lo creen. Como la caracola de Ralph y Piggy, los indignados han acogido el megáfono como símbolo de su (presunto) poder y como instrumento de permanente convocatoria asamblearia. Como en El señor de las moscas, las guerras de clanes afloran cada día en el escenario democrático ideal, y se acaban imponiendo los radicales, que son siempre los únicos que tienen las ideas claras. Los okupas han okupado Sol y de paso han okupado todo el Movimiento15M, que ya no va a ningún lado (salvo hacia la izquierda). Y el “ágora permanente para todos, para todas y para todes” (literal, lo juro) se ha convertido en un gran estercolero físico y mental.

Como en El señor de las moscas, la responsabilidad de los primeros días, las obligaciones y las buenas costumbres han ido degenerando día a día, noche tras noche: sexo, droga y rock’n roll, vaguería, suciedad, reyertas, mendigos okupas, pulgas, chorizos, Paris Hilton, inseguridad generalizada y porquería, mucha porquería. No queda nada limpio en Sol (ni en Cataluña ni en etc.), literal y metafóricamente hablando. Dicen que quieren mantener la fogata viva, como Ralph y Piggy, pero ese fuego está quemando los negocios y las vidas de los comerciantes de la zona, que ya andaban bastante chamuscados tras siete años de socialismo utópico reformista, pacifista, nacionalista, feminista y anticapitalista.

Como en El señor de las moscas, han cazado un gran cerdo y se creen los reyes del mambo; han sido noticia durante unos días y se ven como el ombligo del mundo; han levantado simpatías por doquier (¿un 80% de la ciudadanía? ¡Ni de coña!) y han organizado un gigantesco festejo democrático con sus pinturas tribales, sus rastas y sus tambores de guerra (¡muerte al banquero, al sistema, a la oposición, al que se oponga!). De ahí no les sacan ni con tanquetas, como en los viejos tiempos donostiarras, cuando los borrokas salían por patas en cuanto el primer pikoleto ponía un pie en el bulevar.

Pero, como en El señor de las moscas, los “peques” se quieren ir a casa, tienen miedo y hastío, y cansancio. Y sensación de fracaso. La cosa no funciona, al menos así. Los primeros días tal vez, pero desde el día de las elecciones, la (presunta) revolución democrática no tiene sentido. Hay que replantearse los argumentos y los métodos y las reivindicaciones. Hay que ser serios y operativos, y razonables. Inteligentes, ¡coño! La bestia del radicalismo ya se ha hecho con el poder en la isla de Sol, el manifiesto okupa ha enturbiado la paz y la armonía neohippie de los primeros momentos; el flower power ha sido aniquilado por el anarko power y los héroes de la democracia pura son ahora los villanos del totalitarismo cabezón, los pesados del “no nos moverán”, los guarros del chabolismo revolucionario e ilegal. Jack y sus salvajes se han hecho con la isla y la civilización ha sido vencida por la barbarie. Como en El señor de las moscas, los indignados de Sol han acabado perdiendo la razón. Y su hoguera se está apagando. O la encienden en un lugar donde vuelva a arder con sentido (internet, un partido político, asambleas de barrios, un movimiento civil y cívico) o toda su isla de avatar va a terminar devorada por las llamas que ellos mismos han prendido, pero que ya no controlan.


Han clavado la cabeza de un cerdo en una estaca y la han colocado en medio de la Puerta del Sol; dicen que es la cabeza del sistema, pero no saben que es su propia cabeza. Y se está llenando de moscas.


PD. Dicen que se van el domingo. ¿Se pondrán de acuerdo en la hora? 

jueves, 2 de junio de 2011

La mano (siniestra) que mece la cuna


Cuenta una vieja crónica de sucesos el caso que aconteció en un tribunal berlinés, allá por 1967. Un astuto abogado defendió a su cliente, acusado de robo, alegando que había sido únicamente la mano del inculpado la que había realizado la sustracción, de forma que no había lugar a responsabilizar a la persona entera de la acción de su mano. El juez, haciendo gala de su sentido del humor, condenó a la mano del ladrón a dos meses de prisión; en ese instante, el ladrón desatornilló su mano derecha artificial, la depositó sobre la mesa del boquiabierto juez y salió tranquilamente –y libre- de la audiencia.

Este pasado fin de semana, el Vicepresidentísimo, Ministrísimo y Oscurantísimo señor Rubalcaba (¿por qué renegarán todos de su apellido paterno?) se la ha jugado a sus colegas de partido más o menos como el chorizo berlinés a su juez. Después de quitarse de en medio a “la niña” de Zapatero de un vil empujón (que me la han dejado llorando por las esquinas y los desfiles, los muy…), apareció el flamante Multi-ísimo en el Komitern socialista, ante todos sus varones (sí, con ‘v’), alguna fémina de cuota para la foto y el omnipresente Zerolo y, después de un maravilloso discurso de su predecesor en el poder (emotivo, entrañable y deportivo; si parecía Carros de Fuego), Rubalcaba se desatornilló la mano diestra, la dejó sobre la mesa de Zapatero con su mano más siniestra y se descojonó de todos sus colegas y de España entera mientras exclamaba:    
     “Yo, por la autoridad que me concedo a mí mismo, me he señalado, erigido y ungido como vuestro salvador, vuestro faro, vuestro guía, vuestro futuro; esta mano –que no es mía y devuelvo a su dueño- representa el pasado, el fracaso; ella y solo ella es la que os ha hecho mal, la que nos ha llevado a la debacle, la que ha arruinado España… así que ¡fuera! Y ahora yo, con mi mano de verdad, que es la siniestra, os voy a llevar derechitos a la ¡¡victoriaaa!!”

     Las hordas dirigentes (y dirigidas) bramaron al unísono clamando a su nuevo líder, ensalzando sus inmarcesibles virtudes democráticas, que nunca ninguno puso en duda. Y hasta los varones (sí, con ‘v’) más críticos, los mismos que exigían dos minutos antes unas primarias sí o sí, o un congreso sí o sí, se deshicieron en aplausos, vítores, ovaciones, loas, alabanzas, ensalzamientos y bajadas de pantalón como no se había visto desde tiempo inmemorial (bueno, desde el último mitin de ZP). Y el Omni-vice, la mano siniestra que mece la cuna, prosiguió:
     “Hay que mirar hacia delante, olvidar el pasado; todo eso del GAL, y el 11-M, el Faisán, la crisis, los parados, los indignados y demás falacias pretéritas deben quedar enterradas en cal viva. ¡El futuro es nuestro horizonte! Sangre nueva, ideas renovadas, lozanía, empuje, juventud… ¡Eso es lo que necesita el Partido y lo que necesita el País (a España, me refiero, no a mi periódico). Yo soy la prueba viva de esa nueva fuerza renovadora que corta con el oscuro pasado y sólo ve futuro; y para demostraros que ya sólo miro hacia delante, os presento a mi nueva guardia pretoriana, a mis jóvenes guerreros de espíritu renovador y empuje adolescente, a mis chicos sin pasado, sin culpa, sin mancha, sin responsabilidad, recién saliditos de la inocente e inmaculada cuna: ¡Manoliiito Chaves! –aplausos- ¡Pepiiiiño Blanco! –vítores- ¡Eleniita Salgaaado! –piropos, silbidos- ¡Raaaamontxu Jáuregui! –ovación- y… ¡Triiiini Jiménez!” –aplausos, silbidos, piropos, vítores, banderitas y ovación clamorosa.

Los cinco jóvenes y jóvenas ministros y ministras se desatornillaron sus respectivas manos diestras y las posaron sobre la mesa de su ex jefe, muy ordenaditas; y con ellas han dejado atrás toda responsabilidad en la debacle electoral, en la (indi)gestión de la crisis económica y en el hundimiento del país en general, y ahora se van de gira con su nuevo jefe, a reconquistar al pueblo confundido, a recuperar la confianza perdida, a revitalizar la militancia adormecida y a mantener la poltrona de la Moncloa, el poder y la gloria… ¡como sea! Y ese “como sea”, leyendo en los oscuros ojos del Presidentísimo Rubalcaba, se me antoja que va a ser sonado. En marzo de 2012, unos estratégicos días antes de las elecciones generales, lo escucharemos. Atronadoramente.



miércoles, 25 de mayo de 2011

313.231 gritos, 1.138 carcajadas.


Pasada la (primera) resaca de las victoriosas elecciones peperas, superada la utópica inocentada de los indignados y espectantes ante la guerra civil que se tercia en el psoe, lo que queda del 22-M no es sino el regusto amargo, triste, desesperanzador de la victoria de ETA, sobre sus víctimas y sobre todos nosotros. Esos 6 miserables votos del TC que se han transformado (en nombre –dicen- de esa Democracia que llena sus bocas y luego vomitan) en estos 313.231 miserables votos de la serpiente. 313.231 votos que han caído sobre la memoria de los muertos como 313.231 balas, como 313.231 tiros en la nuca, como 313.231 kilos de goma-2, como 313.231 bombas lapa. Como 313.231 lágrimas de rabia e impotencia.
     313.231 gritos de odio que se han convertido, a su vez, en 1.138 crueles carcajadas, en 1.138 concejales que están descojonándose de risa del TS, del TC, del Gobierno, de Mister Paz, del Estado Español y de la Santa Democracia. 1.138 (presuntos) terroristas enquistados en sus tronos durante cuatro años, manejando millones de euros de nuestros bolsillos para gastar en su causa, para alimentar a la serpiente, para afilar los dientes de la serpiente, para mimar a las crías de la serpiente. Para mantener viva a la serpiente, con todo su veneno intacto.
     313.231 votos y 1.138 concejales que van a tirarse cuatro años pisoteando la memoria y la dignidad de sus víctimas; cachondeándose en sus caras, en sus barrios, en sus calles, en sus bares, en sus cementerios. Garabateando con pintura roja sobre sus tumbas los nombres de todos y cada uno de esos 1.138 demócratas ejemplares.

El TC, por orden del gobierno del iluminado, ha convertido a la serpiente en segunda fuerza política del País Vasco, sin renunciar a uno solo de sus planteamientos, sin soltar la mano de la bestia, sin disimular su gran mentira. El TC, por orden del gobierno del iluminado, ha regalado a la serpiente 88 ayuntamientos por mayoría absoluta, más otros tantos que se apropiarán previo pacto de sangre, más las Juntas Generales, para manejar alegremente cientos de millones del presupuesto y acceder impunemente a los datos de miles de ciudadanos adversos. Sólo por estar ahí, ya se han embolsado 20 millones para las arcas de ETA que les hemos pagado entre todos. Se les acabó la crisis.

No, hoy las víctimas de ETA no pueden celebrar “la gran fiesta de la democracia” . Tienen 313.231 razones para sentirse traicionadas; y 1.138 razones más para estar aterrorizadas. Como Mari Ángeles, concejala del PP en Rentería, uno de los fortines de ETA que hace una semana no tenía concejales batasunos en su ayuntamiento y hoy celebran la mayoría absoluta con txacolí. Hasta hace una semana, Mari Ángeles tenía que trabajar, limpiando casas, más allá de las fronteras de su pueblo, en el anonimato, porque quienes la contrataban eran invariablemente amenazados de ruina o de muerte si no la despedían; hoy, es posible que Mari Ángeles ya ni siquiera pueda vivir en este su pueblo, donde nació hace 54 años. Tal vez, a partir de ahora, no se atreva a pasear por el parque junto a su madre inválida y su hermano con síndrome de Down, ni acompañada por los dos guardaespaldas que la vigilan desde 1999, cuando eligió la vida de concejala tras el asesinato de dos compañeros de partido (José Luis Caso y Manuel Zamarreño). Tal vez esta heroica trabajadora, hija y nieta de trabajadores, no aguante ya los insultos, el coche quemado, las pintadas en su fachada, las agresiones y el miedo inherente al cargo, porque se sienta traicionada, abandonada y hundida por quien ha permitido el regreso, bajo palio, de los asesinos.

Como tantos otros concejales heroicos en decenas de pueblos del territorio comanche, en los que ahora, otra vez, tendrán que aguantar la carcajada rabiosa cada día, cada pleno, cada votación, cada causa perdida. A todos ellos, los 6 jueces “progresistas” del TC, y quienes los gobiernan, les han vuelto a joder la vida. No sé si son conscientes del daño que han hecho, del dolor que han causado por puro malabarismo político; ojalá les remuerda la conciencia. Aunque eso significaría que la tienen, y no estoy yo muy seguro.

Mientras tanto, seguirán resonando esos 313.231 gritos y esas 1.138 carcajadas por toda España, con epicentro el País Vasco, recordándonos que la memoria, la dignidad y la justicia están muy por debajo de la simple conveniencia. Y aviso, esto no ha hecho más que empezar. El siguiente paso, Sortu, y así hasta el final del camino.

lunes, 16 de mayo de 2011

El día que conocí a Seve. Una anécdota personal.


Hoy el cuerpo me pedía escribir sobre (o contra) la campaña electoral. Como profesional de la comunicación publicitaria es siempre un tema interesante (y a menudo vergonzante) escudriñar, analizar los mensajes de campaña, los eslóganes, las imágenes, las (presuntas) genialidades, el uso de los medios (especialmente internet, ese gran desconocido… aún), las diatribas, el agit-pro, las mentiras, los insultos y hasta las amenazas de muerte. La Publicidad, a pesar de lo que piensa el común de los mortales, es infinitamente más limpia y honesta que la propaganda política, donde predominan el juego sucio y el todo vale.
     Sí, hoy el cuerpo me pedía escribir sobre la campaña, pero el corazón me pedía escribir sobre algo limpio, sobre algo bueno, sobre algo grande. Hoy el corazón me pedía escribir sobre Seve.

Aunque yo nunca he sido jugador de golf (a los 14 años decidí, no sé si equivocadamente, que la emoción del surf era incompatible con el sosiego del golf, y en las olas me quedé), siempre he tenido un gran aprecio y admiración por Severiano Ballesteros. Por el personaje y por la persona; por el héroe y el hombre sencillo; por el creativo, el sorprendente, el genio, el pionero, el trabajador, el honesto, el cercano, el español universal y por el valiente que supo enfrentarse a su enfermedad con la misma decisión y sangre fría que a un Masters ("Has de tener carácter y fuerza para sobreponerte si quieres triunfar, ya sea en el golf o en la vida"). Seve el grande. Seve el único. Seve el querido (pocas veces una sola persona ha aunado a tantos millones en una misma opinión, españoles incluidos).
     Sí, siempre he sentido un afecto especial por ese hombre nacido en un pueblecito cántabro que “de la nada llegó al todo, a base de trabajo y disciplina y nunca olvidando de dónde venía”, como recordó su sobrino Iván en el multitudinario funeral celebrado en Pedreña. Por eso, el día que le conocí sentí auténtica emoción por el encuentro. Fue en julio de 2007, en un estudio de grabación, para locutar unas cuñas publicitarias de un cliente nuestro, del que Seve era imagen (STIHL, marca líder en motosierras y demás maquinaria para el jardín). Estaba un poco demacrado y alicaído (aún reciente la muerte en accidente de su novia, Fátima Galarza) e iba acompañado de su sobrino Iván, su fiel mánager, un tipo simpático y extrovertido; saludé al mito y ya sentí su cercanía, comentamos conocidos comunes (tengo parientes muy metidos en el mundo del golf profesional) y rompimos el hielo definitivamente hablando de Somo, la magnífica playa a los pies de Pedreña, cuna del surf cántabro y donde Seve acudía casi a diario a pasear con sus perras. Un paraíso natural, a unos metros de la casa de Ballesteros y del campo de golf que le vio nacer.
     Le di el guión de la cuña, que leyó con interés de locutor profesional (a todo lo que hacía le ponía el corazón): “He competido en muchos campos, y he aprendido que el éxito siempre depende de elegir la herramienta adecuada. Soy Severiano Ballesteros y para cuidar mi jardín, sólo confío en las máquinas STIHL, mi número uno. Por su calidad, fiabilidad y servicio profesional… Bueno, también elijo STIHL porque, en el fondo, siempre me ha gustado ganar…” Llegados a este punto, levantó la vista hacia mí y, sin quitarse las gafas de cerca, me dijo: “¡Coño, en el fondo y en la superficie!” No es fácil reconocer la ironía en un cántabro, el humor seco roza lo huraño, y le da aspecto de cabreo real (yo, como veraneo en Cantabria lo sé); pero enseguida asomó en el rostro de Seve esa sonrisa abrumadora y cordial que siempre llevaba consigo y añadió: “¿Y si quitamos lo de ‘en el fondo’?”. Pues perfecto, le respondí, así vamos menos apretados de tiempo. Y quedó la cosa en un “elijo STIHL porque siempre me ha gustado ganar”. Si más historias. Y además, porque es verdad. Es sólo una anécdota, pero también una muestra fiel de cómo era el carácter de Severiano Ballesteros, cordial y cercano, directo y honesto.
     Después de es día de julio nos vimos en otras ocasiones, pasado el verano (había recuperado ya el color: el aire cantábrico hace milagros en el cuerpo y en el alma). Charlábamos de Somo y de sus perras y de los magníficos árboles que engrandecen el jardín de su casa de Pedreña. No llegamos a intimar (mi conversación de golf es muy limitada), pero hicimos migas; y mi aprecio por él aumentó considerablemente: siempre me han gustado más las personas que los mitos. Por eso, un año después de aquel primer encuentro, sentí una enorme tristeza cuando Seve anunció, en octubre de 2008, que padecía un tumor cerebral. Justo estaba yo escribiendo “su” discurso dirigido a los empleados de STIHL cuando me dieron la noticia; Seve, claro, dejaba también de ser la imagen de la marca para centrarse en su duro tratamiento (varias operaciones, quimioterapia, radioterapia, rehabilitación…), y en el torneo más importante que había tenido que jugar (“ahora quiero ser el mejor, afrontando el partido más difícil de mi vida, con todas mis fuerzas”). Y jugó bien, y estaba ganando… en los primeros hoyos. Aguantó casi tres años, jugando y luchando como siempre había hecho: con tesón, con garra, con valentía, con ganas, con fe en sí mismo. Pero finalmente el cáncer ha ganado el partido, con un fatídico golpe que nos ha dejado a todos un poco más vacíos, un poco más solos y bastante más desconsolados.

Poco queda ya por decir, después de las honras, los obituarios y los homenajes que se han extendido a lo largo del mundo entero (dentro y fuera de las fronteras del golf). Éste no pretende ser más que eso, un pequeño recuerdo de un encuentro con un deportista grande y un hombre bueno que siempre supo estar a la altura de su personaje y de su persona. Lo resumió admirablemente su hijo mayor, Javier, en el funeral: “Papá estamos siendo fuertes, como nos pediste. Nunca te olvidaremos y haremos lo que nos pediste, ser buenas personas y cuidar unos de otros. Te queremos”. Gracias, Seve. Ve con Dios (creo que nada más llegar allí arriba, te van a poner una chaqueta verde).


viernes, 6 de mayo de 2011

El sapo (tamaño foca) que se ha tragado Mister Paz

Ya está el mundo dividido otra vez. Y España, claro. Ahora la cuestión no es el Madrid-Barça o Bildu in-Bildu out o nucleares-no-gracias-nucleares-sí-por-favor (¿alguien se acuerda ya de Fukushima?), ahora la excusa es la muerte-asesinato-ajusticiamiento-ejecución-accidente-venganza-baja-daño colateral-crimen de estado-marrón-etc. de Osama Bin Laden, el enemigo público número uno del mundo mundial en general y de la civilización occidental en particular. Nada nuevo. Lo de la división patria, digo. Razones hay –desde mi humilde punto de vista- para defender una cosa (que es legal según la Ley estadounidense, que es una acción de guerra declarada y además legítima y necesaria) y la otra (que es un crimen vengativo, se mire como se mire, y que eso no es justicia ni humana ni divina).
     Lo curioso del asunto, lo sorprendente, lo verdaderamente chocante es quién se ha posicionado a un lado y a otro de la delgada línea roja que separa legitimidad y criminalidad en la muerte súbita del terrorista más sanguinario, eficiente y millonario de la historia. Ver a Mister Paz en el Congreso de los Imputados defendiendo a capa y espada la acción (impecable, todo sea dicho) del Equipo 6 de los Navy Seals, y además justificando la decisión de Ohbama! (premio pre-Nobel de la Paz, por cierto) con el elocuente argumento de “él se lo ha buscado” (Osama, no Ohbama!), de verdad, no tiene precio. Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Llamazares: ¡quién te ha visto y quién te ve, Mister Paz! Si está claro que cuando dijo aquello tan Kennediano de “no es lo que Ohbama! puede hacer por nosotros, sino lo que nosotros podemos hacer por Ohbama!” no estaba hablando por hablar, como suele. ¿Más tropas en Afganistán? Sea. ¿Vuelos secretos de la CIA? Vale. ¿Desayuno con oración? Venga. ¿Olvidarte un poquito de tu Alianza de las narices? Jo... Bueeeno. ¿Sonreír como tú sabes cuando me cargue a sangre fría al tiparraco que asesinó a miles de patriotas americanos, en plan asesinato selectivo, y no sacar a la calle a las hordas progre-pacifistas que manipulaste tan felonamente cuando mi querido antecesor capturó vivo al otro genocida barbudo, a quien juzgó legalmente y luego ajustició? ¡Sus órdenes, mi presidente! Dónde esta la bandera esa de rayas y estrellitas que me levanto y me inclino y me genuflexo si ha menester.

     No quiero ni pensar cómo estaríamos hoy en España si el Equipo 6 de los Seals hubiera cumplido al milímetro su misión bajo las órdenes de George Bush, con la aquiescencia de José María Aznar en la presidencia del Gobierno de España. Imaginen: Bush, Rice y demás tropa en el despacho, viendo en directo la muerte de Bin Laden de un tiro en la cabeza y su posterior lanzamiento al mar, previo análisis de ADN por si las dudas. Y Aznar, en el Congreso, defendiendo a capa y espada a su amigo imperialista y justificando el “acto de guerra” porque el sanguinario terrorista “se lo había buscado”. Lo estoy viendo: Willy Toledo, los Bardem, Cobos, Wyoming y demás cejijuntos encabezando multitudinarias manifestaciones por toda España, compartiendo pancarta con Toxo y Méndez, Garzón, Llamazares, Zerolo, Pepiño, Chacón y el psoe en pleno, mientras las hordas democráticas, azuzadas por Rubalcaba y Sálvame de Luxe (a falta de CNN), apedrean las sedes del PP, la embajada americana y la israelí (que no tiene nada que ver pero por si acaso), el palacio de la Moncloa, la pista de padel de Aznar y, ya puestos, el edificio de de Intereconomía.
     Pero no. La orden de la ejecución y posterior amerizaje la ha dado en directo Barack Obama, junto a su Secretaria de Estado Hillary Clinton y demás tropa; y quien ha defendido la cosa aquí, casi únicamente frente a la fogosa decepción de Llamazares, ha sido Zapatero. El pre-Nobel de la Paz y Mister Paz. La conjunción interplanetaria, finalmente, ha llegado a su cénit. Resulta que el príncipe Ohbama! se ha convertido en sapo, un sapo del tamaño de una foca (seal) que Zapatero se ha tenido que tragar. Enterito.

Por cierto, nadie ha caído en la cuenta de que las dos personas más aliviadas en este entuerto deben ser el propio Bin Laden, que dejó por escrito que prefería morir mil veces a caer prisionero del Imperio; y el propio Llamazares, que ya no será confundido con Bin Laden ni perseguido por la CIA... ni ejecutado por los Seals.

En fin, que esto no se acaba aquí. Dentro de unos días viviremos un nuevo macro atentado, sangriento e indiscriminado. Y habrá algún estúpido que aún piense que será consecuencia directa de la muerte del mártir Bin Laden. Sí. Como el de la semana pasada en Marrakech, o como el de Bali en 2002, o como los de Al Musayiv, Hilla, Manila, Mosul, Sinaí, Yakarta, Jobar, Erbil, Riyad, Casablanca, Mombasa, Túnez, Nairobi, Nueva York... ¿Alguien cree, de verdad, que necesitan la muerte de Bin Laden para seguir matando?

Y una curiosidad que me reconcome: Leire Pajín ¿qué opina de esto?