Ay, Pepiño, Pepiño
¿qué te pasa, rapaz,
que andas tan tristiño?
¿Qué te ha hecho, dime,
el corruto Touriño?
¿Te ha perdido los votos
del eletorado argentiño?
¿O se ha chocado en el audi
de medio kilo de euriños
contra el yate del amigo
de tu vice el Anxiño?
¿O acaso el Espartaco
que secuestraba viejiños
era fatal compañía
para tu honrado Touriño?
¿O es que el poblo galego
ya no te quiere, Pepiño?
Ay, Pepiño, Pepiño,
que me miras con desaliño,
¿onde están esos ojos
antaño tan graciosiños?
¿Onde está tu mirada
de astuto y osado topiño?
¿Onde está tu descaro,
tu valentía de niño,
do, tu regate dialetico
al estilo Robinho?
¿Y onde tu amigo Z,
onde está su cariño,
su estima, su confianza?
Dime, ay, mi Pepiño
¿no te habrá desterrado
a tu ilegal atiquiño?
Ay, Pepiño, Pepiño,
¡que no puedo verte así,
que la diño!
Y cuídate de la Leire,
que quiere tirarte al Miño
con una urna de piedra
bien amarrada al tobiño.
Que ésta, o se pone cursi,
o te come los carballiños.
Sólo de verle la cara
ay, me giño.
Ay, Pepiño, Pepiño,
héroe del atril,
estratega del aliño,
¡no llores nunca mais
que se me estremece el corpiño!
¡No sufras, carallo,
que se me encoje el rabiño!
¡Que vuelva a ti la alegría
entre ríos de albariño!
¡Que escampe la nevada
y bailen los pingüiños!
“¿Que hemos perdido Galicia?
Me importa un comiño
¿Que se reabre Meirás?
Yo tengo mi paziño
¿Que todo se va al carallo?
¡La culpa, de Touriño!”
Ay, Pepiño, Pepiño,
que no puedo verte así,
¡que me estriño!
¿Cómo he de consolar
esos ojiños tristiños?
¿Exiliando a la Pajín?
¿Fustigando a Touriño?
¿Colgando del palo mayor
al falaz grumetiño?
¿Hundiendo otro Prestige?
¿Fichando a Gallardiño?
¿Conxurando a trasgos y meigas
para resucitar a Bushiño?
¿Garzoneando corrutos
entre cuernas y trabuquiños?
¿O declarando el 1-M
Xornal Nazonal do Pepiño?
Ay, Pepiño, Pepiño
que no puedo verte así,
con esa faz de pestiño.
Si hace falta te hacemos
Fiscal como a Conde Pumpiño
¿Que no acabaste Derecho?
Pues entonces ministriño.
¡Eso! Y si te gusta la caza,
¡puedes cazar gamusiños!
Ay, Pepiño, Pepiño
Ya te veo en el congreso
sentadito en tu banquiño,
votando ‘no’ cuando ‘sí’
y apaludiendo a Zapatiños.
Y de ahí a la Moncloa:
¡el Presidente Pepiño!
Ay, Pepiño, Pepiño,
¡qué mala es la dereita,
qué tramposo Albertiño!
Te ha metido la gaita
por el mismísimo calzonciño.
Te ha estampado el botafumeiro
en tu prominente fuciño.
Mas ay, Pepiño, Pepiño,
no te preocupes, rapaz,
que “O chegar o San Martiño,
mátase o porco
e bébese o viño”.
Hasta entonces no llores,
no sufras mais, pobreciño,
busca nuevos proyetos
lejos de Touriño,
lejos de la Pajín,
lejos de tu Miño,
lejos de los galegos
y de sus santos camiños.
Lejos, muy lejos del mar
—no como tu atiquiño—.
Lejos, ya puestos, de España
¡Que nos tienes hasta os güeviños!
Ay, Pepiño, Pepiño,
que no puedo verte mais,
¡que la diño!
...
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