martes, 3 de marzo de 2009

Yo gano, tú pierdes, él pierde, vosotros perdéis, ellos pierden


El domingo estuve en el circo, el de verdad, el de los niños. Y mientras yo disfrutaba bajo la carpa mágica como un niño (y, sobre todo, a mis hijos disfrutar como niños), afuera, en el otro circo, el político, el de mentiras, la Ezpaña que nos ha tocado vivir se jugaba el triple salto mortal sin red, al menos en Galicia y País Vasco. Es curioso cómo se asemejan ambos circos, el artístico y el político. Los dos son puro espectáculo; los dos tienen trapecistas, malabaristas, equilibristas y hasta funambulistas; y payasos, claro, aunque los de uno hacen reír y los del otro dan pena; los dos están animados por músicas alegres, estruendosas y mitineras y, probablemente ninguno pague derechos a la SGAE; los dos abundan en animales de toda especie, desde fieras salvajes hasta perritos falderos, pasando por serpientes y otros reptiles de peligrosa naturaleza, pero todos, a la voz del jefe, se vuelven mansos y obedientes, y a una orden de látigo saltan, bailan, cabrioletean, hacen el trenecito o hincan las rodillas.

Sí, los dos circos tienen mucho en común. La gran diferencia está en que los artistas del circo de verdad trabajan duro y honestamente por el aplauso del público, su única recompensa, que es mucho más noble que venderse por un puñado de votos para dejar de trabajar y, de paso, encerrar la honestidad en una jaula de gruesos barrotes durante cuatro años.

La otra gran diferencia es que en el circo de verdad todos salimos ganando. Los artistas, los animales (que están bien cuidados, por mucho los progres de siempre se empeñen en afirmar lo contrario) y, especialmente, el público. En el circo político, aunque todos se dicen ganadores, la gran mayoría pierde. Y ellos lo saben. Y el público también lo sabe. Porque sus caras (sus máscaras), por mucho que traten de maquillarlo, cantan su derrota a viva voz. Pero por si acaso no ha quedado del todo claro quién ha ganado y quiénes han perdido, entre tanto titular desaforado y editoriales confusos/confundidos, trataremos de hacer un sencillo, sucinto y objetivo listado de ganadores y perdedores. Sin mayor pretensión.

¡Pasen y vean, damas y caballeros! ¡La función acaba de comenzar!

Gana Núñez Feijóo, indiscutiblemente, y pierden el despilfarro, el despacho millonario, el caciquismo paleto, el yate del Espartaco roba-ancianos y el ático de Pepiño. Y pierden doblemente porque no se lo esperaban ni un poquito. Rajoy gana… un nuevo y poderoso barón.

Gana Citröen y pierde Audi. Y probablemente también gane IKEA, esperemos. Sobre todo si el nuevo presidente de la Xunta realiza la audi-toría que reclama la vergüenza perdida. O sea, que levante las alfombras y saque toda la mierda, que debe haber contenedores enteros.

Gana Patxi, en principio, aunque sin ganar, y pierde el iluminado Ibarreche a pesar de haber ganado. Y si Patxi hace lo que tiene que hacer, ganará la libertad y perderá el totalitarismo nacionalista …¡30 años después! Es tan increíble que aún no me lo creo.

Gana Rosa Díez, que pasa de 0 a 1 con 20.000 votos; y pierde Basagoiti, que pasa de 15 a 13 sin María San Gil. El peor resultado desde el 94. Un resultado malo, pero útil. Y una apuesta muy personal de Rajoy (que se lo digan a Carmelo Barrio), que da pérdidas. Por mucho que estén encantados de haberse conocido.

Gana Aralar, esponja absorbente de una parte del veneno de la serpiente; y pierden, y mucho, el impresentable Madrazo y el impresentable Ziarreta, el de EA (que no lo conoce ni su padre, pero tiene un apellido de sospechosa rima), tan separatista él que hasta se ha separado del PNV para morir de inanición y soledad. Y, sobre todo, pierde Emilio, el arrepentido de la maza, exiliado de sí mismo hasta nueva orden. Y los 200.000 exiliados del terror, claro, que pierden cada vez que no votan en su tierra caníbal.

ETA, la que rima con Ziarreta, empata consigo misma porque, aunque esta vez no se ha presentado, ahí sigue, que a ella ni fu ni fa, que además ya está en los ayuntamientos y ahora tiene más excusa para la tontería. Las serpientes son así, van a lo suyo, las muy bichas.

Y pierde Pepiño, que además del cabreo con Touriño por no adelantar las eleciones («¡Mira que te lo dije, carallo!»), sabe que, en el fondo, él es el responsable último de la derrota. Porque mira qué bien le salió lo de Obama, que no dijo nada para no influir y ¡hala, el negro a la Casa Blanca!; y claro, en Galicia, es que era omipresente el zagal, y no dejaba rincón sin influencia, sobre todo si el rincón estaba a la altura de un ático sobre el nivel del mar y a unos escasos metros de la playa. Y eso que, según él mismo ha reconocido, ha “ejercitado” su derecho a voto, o sea, que ha «practicado reiteradamente una actividad para adiestrarse en ella» (según la RAE), lo que significa que ha votado varias veces o ha entrenado el voto a conciencia, con personal trainer incluido, para ver si esta vez acertaba a introducir el sobre correto en la urna correta (¿recuerdan su última “ejercitación” del voto?).

Ah, y también ganó el Atleti. Pero de ese circo tal vez hablemos algún otro día.
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Impagable lo del voto de Pepiño. Yo me acordaba de que iba a votar en la urna equivocada, pero nunca caí en lo del sobre del Senado. ¡Es alucinante!

Anónimo dijo...

Pienso como tú, que el éxito de Rajoy es relativo. La victoria de Feijóo se debe, sobre todo, a que Galicia es de derechas, votante del PP casi por defecto; así lo que han hecho ha sido recuperar su status natural; además, los despilfarros y escándalos han anulado cualquier simpatía prestada al bipartito; y, por último, han realizado una campaña acertada, sencilla y sincera, cercana, y sí, Rajoy se ha entregado... ¡pero sólo faltaba que no lo hubiera hecho!

Anónimo dijo...

Hola Pepe, buenas observaciones, como siempre. He visto en el semanario Alba una reseña de Bienvenido Mister Paz y me han entrado unas irrefrenables ganas de leerlo; ¿dónde lo puedo comprar? Vivo en Toledo.
Gracias y sigue así. Hace falta gente con ideas claras y sentido del humor.

Anónimo dijo...

Gracias, Teac. Hay algunas librerías en Madrid, como Diálogo, Troa, etc. Pero si vives fuera, te lo enviamos por correo sin problema... y sin cobrarte gastos de envío. Tienes que enviar un email con tus señas a pedidomisterpaz@hotmail.com

¡Y corre la voz!

Anónimo dijo...

PEPIÑO, PEPIÑO, ¿QUÉ TE HA HECHO TOURIÑO?

Anónimo dijo...

¡Mi reino por un Citroen! Pues no sé yo si Feijoo es como los demás o realmente dice lo que piensa y piensa lo que dice. Me fío más de los leones del circo, que cuando abren la boca es para comer, no para mentir.