jueves, 28 de abril de 2011

¡Cabreaos!


Ha llegado a esta Ezpaña nuestra con pretensiones de best-seller revolucionario, de espoleta político-social para concienciar/despabilar/movilizar a la divina juventud, que antes era rebelde porque el mundo la había hecho así, pero ahora parece ser que ni rebeldía ni estudio ni trabajo ni pensamiento ni etc. (los ninininis y etc.). Será que están tan parados que resulta complicado moverlos siquiera un poquitín.
     La cosa revolucionario-despabiladora en cuestión se llama “¡Indignaos!” y lo ha escrito un tal Stéphane Hessel, 93 años, diplomático francés de origen alemán, superviviente del campo de concentración Buchenwald-Dora (del que escapó heroicamente), ex embajador en Naciones Unidas, alumno del simpático Sartre, funcionario colonial en África, precursor y/o impulsor de comisiones y fundaciones varias dedicadas a las buenas causas y a recibir generosas subvenciones del Estado galo y otros Estados igualmente desprendidos. Ah, y defensor a ultranza del Gobierno de Hamás en Gaza, buena causa a la que ha dedicado los últimos años de su longeva y fructífera (sobre todo para él) existencia.
     El susodicho “¡Indignaos!” que ha escrito el tal Hessel es una suerte de breve pero intenso panfleto de 32 páginas, escritas con juvenil pasión, en las que condensa la ideología completa de la nueva izquierda, o sea, la progresía oficial también conocida por hipogresía. Rabioso anticapitalismo, vuelta a la asfixiada Europa de posguerra, redistribución de la riqueza a la fuerza, defensa a ultranza del medio ambiente y construcción inmediata del Estado Palestino (que no viene a cuento, pero como ya tenía el capítulo escrito, pues aprovecha, como es lógico). Total, que la cosa queda en una especie de indignado sermón laico a los jóvenes progres del mundo para que protagonicen una insurrección popular y pacífica (¡menos mal!) contra “los medios de comunicación dominantes en manos del capital o del poder, que sólo empujan a los ciudadanos hacia el consumo, el desprecio a la humildad y la cultura, el olvido generalizado y una competición despiadada de unos contra otros”. O sea, el mundo occidental en general, versión reduccionista. Pues camino de superventas va el “¡Indignáos!” éste, también aquí. Dicen.

Y digo yo, ¿no tendremos en esta Ezpaña nuestra razones más cercanas, más concretas y de bastante mayor fundamento para indignarnos, rebelarnos, movilizarnos, revolvernos, revolucionarnos y cabrearnos hasta la médula contra, por ejemplo, quien nos ha colocado en la pole position del desastre? Que monsieur Hessel y sus compatriotas adoptivos se indignen con quien les salga de las balles, pero aquí hay que cabrearse con quien hay que cabrearse. Y el responsable del hundimiento del titanic patrio no es otro que mesié Zapatero -capitán, timonel y jefe de máquinas-, secundado por su tripulación en pleno, la que está y la que estuvo (9 gobiernos y 38 ministros, ahí es nada): desde Pajín, Rubalcaba, Blanco, Sebastián, Chaves o Espinosa hasta Solbes, Aído, de la Vega, Maleni, Bono y demás oficiales, oficialas, grumetes y grumetillas.
     Así que, ¡cabreaos por los 5 millones de parados de quien prometió el “pleno empleo”! ¡Cabreaos por el regreso de las dos Españas que nos hielan el corazón de la memoria histérica y la exclusión nacionalista! ¡Cabreaos por las mentiras-racimo en el Parlamento, ruedas de prensa, medios, corrillos, pasillos, mítines y atriles varios! ¡Cabreaos por la indigna negociación con ETA, antes, durante y después de “accidentes” mortales! ¡Cabreaos por el pestilente faisanazo, por el repudio a las víctimas, por la legalización de la serpiente y la gran evasión de los asesinos! ¡Cabreaos por las guerras eufemísticas, vestidas de paz pero manchadas de muerte! ¡Cabreaos por el precio guinness de la gasolina, por la subida indecente de la luz, por los impuestos sangrantes, la expropiación de las pensiones! ¡Cabreaos por los tirantes de Botín y los pisos de Bono y los hijos de Chaves y los padres de la Pajín y los eres y los tú eres más y...! ¡Cabreaos por el inconmensurable despilfarro autonómico, por la corrupción omnipresente y descarada, por la decadente e indolente casta política! ¡Cabreaos por la España multisubvencionada! ¡Cabreaos con los sindicatos de boca chica y mano ancha!
     ¡Cabreaos por el ridículo internacional, por el liderazgo de la champions league de tercera regional, por el Mister Bean de las cumbres mundiales! ¡Cabreaos por el pertinaz prohibicionismo, los decretazos, las patadas a la Constitución, la guasa de la justicia! ¡Cabreaos por la eutanasia indisimulada de Montesquieu! ¡Cabreaos por el radicalismo anticatólico disfrazado de laicismo, por la fanática intolerancia de los predicadores del talante! ¡Cabreaos por los miles de seres vivos –y humanos- condenados a pena de muerte por decreto, por derecho y por no haber nacido! ¡Cabreaos por la ruina económica y moral, por la decadencia y el retroceso, por 7 años de plagas y vacas flacas! ¡Cabreaos por la crisis negada setenta veces siete, por las ocurrencias improvisadas, por los remedios letales, por la aplastante losa del endeudamiento sobre las generaciones venideras! ¡Cabreaos por la falta de futuro de los jóvenes y la falta de presente de los mayores! ¡Cabreaos con esta suerte de iluminado Nerón que ve cómo arde España mientras, perdido en su alucinancia, compone una desafinada oda a su postrera hazaña (con ‘h’)!

¡Cabreaos, porque nadie os ha hecho tanto daño en tan poco tiempo! Tenéis infinitas razones para cabrearos. Así que, ¡¡cabreaos, joder, cabreaos!!

jueves, 7 de abril de 2011

Con las víctimas siempre. Con los asesinos jamás.


Este sábado, las víctimas de la serpiente etarra sadrán a la calle, una vez más, para alzar sus voces reclamando memoria, dignidad y justicia. Y una vez más, se alzarán también las voces de quienes les niegan esa memoria, esa dignidad y esa justicia que reclaman y merecen. Voces cobardes y equidistantes que echan en cara a las víctimas ser víctimas mientras ofrecen a los asesinos aprovecharse de su falso victimismo (PP vasco incluido). Una vez más, esas lenguas viperinas manipularán ausencias y presencias, harán magia con las matemáticas, se escupirán unos a otros motivos y excusas y se lanzarán unos a otros los votos y los muertos. Y en medio de la basura política estarán los únicos protagonistas que lo son a su pesar, porque a ellos no les dieron la opción de elegir. Simplemente les tocó la bala en la recámara de la fanática ruleta vasca.

Porque las víctimas no eligieron ser víctimas. Y por eso merecen nuestro apoyo, nuestra comprensión y nuestra solidaridad. De todos nosotros. Para todas ellas. Para los muertos y para los vivos. Porque víctimas del terrorismo son los muertos y también los mutilados (del cuerpo o de la cordura) y los secuestrados (durante 3 días o 2 años, conviviendo con la muerte incierta cada segundo) y los amenazados (tal vez no lloren cada mañana, pero se levantan cada mañana con una diana en el portal o una carta llena de muerte) y los escoltados (que no pueden ni llevar a sus hijos al colegio sin poner en peligro sus frágiles vidas) y los exiliados (que han tenido que dejar su tierra y su vida para poder vivir). Víctimas del terrorismo son sus padres y sus hijos y sus viudas o viudos. Y también sus hermanos, familiares y amigos, que los tuvieron que enterrar a escondidas, mientras escuchaban ese “devuélvenos la bala” o ese “algo habrán hecho” (¿puede haber mayor crueldad?).
    Víctimas del terrorismo son los que pagan cada día con sufrimiento o con llanto o con lucha o con resignación… o manifestándose para que sus gritos y los de sus muertos no se conviertan en una sonora carcajada en boca de sus cobardes asesinos.

«La cobardía es la madre de la crueldad» escribió De Montaigne. Y de ambas, los valerosos gudaris (se llamen ETA o Sortu o Bildu o lo que venga detrás) tienen a espuertas, y lo que es peor, la reparten con cobarde generosidad. Cobardía es matar por la espalda, de un tiro en la nuca, a un hombre desarmado. Cobardía es volar por los aires un hipermercado lleno de hombres, mujeres y niños inocentes; o una casa cuartel llena de hombres, mujeres y niños igual de inocentes; es colocar bombas lapa o hacer estallar coches bomba desde la seguridad de la distancia. O dejar “olvidada” una muñeca bomba en la barra de un bar. Cobardía es amputar piernas y vidas a niñas de ocho años; es secuestrar vidas y almas a hombres torturados hasta la desesperación… o asesinados después de una cuenta atrás sádica y brutal. Cobardía es brindar con champán y carcajadas por el asesinato de dos personas escogidas al azar. Cobardía es enviar paquetes bomba, es accionar mandos a distancia, es lanzar granadas, es extorsionar, es dejar huérfanos y viudas… es asesinar a sangre fría, sin contemplaciones, sin distinciones, sin piedad. Con la más absoluta, enfermiza y fanática crueldad.
     Y cobardes son también los que los justifican, y los que los amparan, y los que los utilizan, y los que los alaban, y los que señalan sus objetivos, y los que los votan, y los que pactan con ellos, y los que los mantienen en el poder, y los que ceden a sus chantajes, y los que los subvencionan, y los que mienten por ellos, y los que recogen las nueces y los que les permiten presentarse a las elecciones mal disfrazados de demókratas. Todos ellos comparten su cobardía porque todos ellos son cómplices de su crueldad.
     Cobardía es negociar con ellos por un puñado de votos. Y es también una crueldad, con las víctimas y con todos nosotros. Una cruel injusticia, totalmente injustificable. Pero es la gran esperanza del cadáver presidencial que aún nos gobierna para coronarse –y retirarse- como el gran adaliz de la PAZ por los siglos de los siglos. Es su obsesión histórica. Y no nos engañemos, lo seguirá intentando hasta el día de su muerte política… y más allá. Aunque todos sepamos, menos él y Txusito, que la serpiente no negociará su rendición jamás. Por ciego fanatismo. Por pura cobardía. Por miserable crueldad. 

Por eso hay que estar ahí el sábado; por eso hay que salir a la calle el 9 de abril a las cinco de la tarde. Para arropar a las víctimas. Para clamar con ellas por la memoria de sus muertos, la dignidad de los vivos y la justicia frente a los asesinos. Para recordar a Mister Paz, a Rubalcaba, a Txusito, a Patxi, a Pumpido, a Oyarzábal y demás equidistantes que las víctimas son y serán su machacona conciencia, día tras día, y que nunca, nunca, ¡nunca! las van a callar.

viernes, 1 de abril de 2011

Hay mentiras y mentiras. Y luego está Rubalcaba


«El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.» Una verdad como un templo la que, allá por el s. XXVIII, nos dejó el poeta inglés Alexander Pope. Y una magnífica definición anticipada de nuestro temido y oscuro Vicepresidentísimo. Solo que en su caso no ha tenido que inventar veinte más, sino doscientas. Y las que quedan. Lleva tantas mentiras, tan gordas, durante tantos años y sobre tantos asuntos y trasuntos que probablemente él mismo no sepa ya distinguir cuándo miente y cuándo no, o cuando dice medias verdades y cuándo mentiras a medias. Me lo imagino, a Rubalcaba (¿realmente se llamará así o será un seudónimo?), no sé, mintiendo hasta en el recuento de pinchos que se toma en el bar de la esquina, el de toda la vida, ése al que lleva acudiendo desde hace diez o quince años, atendido por el mismo camarero que, además, sabe que su ilustre cliente lleva diez o quince años engañándole, y su ilustre cliente sabe que el camarero lo sabe y le da igual, porque lo de mentir es superior a él, o sea, que es intrínseco a sí mismo. No sé si me explico.
     Rubalcaba miente, y sigue mintiendo cuando le demuestran que miente, y así va mentira sobre mentira y sobre mentira hasta el infinito de las mentiras, que si existe y alguien lo conoce, desde luego que es sólo él.

«De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes», afirmaba Jules Renard. Y también tenía razón. Y también lo sabe al dedillo el Ministro de Escuchas, Negociaciones y Asuntos Oscuros. Y es exactamente lo que hace, de vez en cuando. Pone su carita de abuelete inocente y bonachón, así, subiendo mucho las cejas y arrugando mucho la frente; mueve sus manitas distraidoras (dis-traidoras); habla despacito pero con fuerza, convicción y cristalina claridad… y suelta su minúscula verdad rodeada de gigantescas mentiras. Pero tiene la innegable habilidad, el muy zorro, de centrar la atención en la minúscula y obviar las gigantescas. Por aquello del árbol que no deja ver el bosque, o el árbol y las nueces o algo así. El caso es que después del Gal, el 11-M, los agit-props, las negociaciones, las cárceles con-sin etarras, los faisanes, los fiscales, los nombramientos predestinados y lo que te rondaré morena, después de años de mentira tras mentira demostradas hemeroteca tras hemeroteca, sigue siendo el ministro más valorado. ¿Pero de verdad la gente se imagina al siniestro ministro de presidente omnipotente? ¡Sería como elegir a Darth Vader!
     Lo reconozco, Rubalcaba siempre me ha producido un profundo pavor. Me acojona de verdad. Porque, aunque mienta como un regimiento de cosacos, de él me lo creo todo (yo lo he llamado la Primera Paradoja Rubalcaba; la Segunda Paradoja Rubalcaba sería aquello de «Merecemos un gobierno que no nos mienta»). O sea, que le creo capaz de cualquier cosa. De cualquier cosa. Por poner, fíjense, me creo incluso que lo de su reciente enfermedad misteriosa no fue sino una operación de marketing frente a la operación de Esperanza Aguirre, para contrarrestar simpatías post operatorias (una especie de “Operación Anti-Operación).

Siguiendo la clasificación del psicólogo De Vries, hay mentiras y mentiras. Los niños mienten en la medida en que confunden sus fantasías con la realidad (le pasa a ZP, por ejemplo); los adolescentes mienten para afrontar sus frustaciones al chocar con el mundo real; el adulto miente cuando no ha superado los obstáculos que le ha puesto la vida, y engaña para sentirse el triunfador que nunca ha sido; y el anciano miente cuando no se perdona los errores que ha cometido a lo largo de su existencia. Nuestro hombre estaría, por obvias razones biológicas y psicológicas, entre el adulto y el anciano. O sea, entre el que engaña para sentirse triunfador y el que no se perdona los errores del pasado; depende de cómo haya dormido esa noche. Aunque, sinceramente, en cuestión de remordimientos me da que anda más bien escaso; así que, si hablamos del pasado, me inclino a pensar que lo que le pega es la máxima de Orwell de que para cumplir las mentiras del presente, es necesario borrar las verdades del pasado. En eso, Rubalcaba, es un verdadero maestro. Maestro del Mal, pero maestro.

En fin. No sé si ha quedado claro que no me fío de Rubalcaba ni un pelo de su calva. Que no me creo nada de lo que diga y que paradójicamente sí me creo cualquier cosa que se diga de él, por muy retorcida que parezca (en realidad, cuanto más retorcida, más creíble me parece). Mark Twain distinguía tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas. Se nota que aún no había nacido Rubalcaba (¿o sí, y también nos miente sobre su verdadera edad?). Si el escritor hubiera conocido a nuestro Vicepresidentísimo, su famosa cita habría quedado así: «Hay cuatro clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira, las estadísticas y Rubalcaba.» Y luego se habría ido a pescar al Mississippi.

jueves, 24 de marzo de 2011

Cine contra dragones

En los mapas de la antigüedad, para señalar la amenzante oscuridad que acechaba en los océanos remotos, más allá del mundo conocido, se utilizaba la expresión latina "hic sunt dracones", avisando a los intrépidos navegantes que, a partir de cierto punto, se podían topar con mortíferos dragones, abismos tenebrosos o el mismísimo demonio. Una poética expresión que, con gran acierto, el director británico Roland Joffé ha elegido para titular su última película. Encontrarás dragones habla, precisamente, de esas amenazas que pueden surgir en nuestras vidas en cualquier momento de oscuridad; como son estos tiempos presentes o como fueron los de la Guerra Civil. Ayer, como hoy, el odio, el miedo, la culpa, la venganza, la traición, ¡la guerra!, son los dragones; la esperanza, el valor, el perdón, la redención, la fe, ¡el amor! son las armas para derrotarlos.
    Tal es el punto de partida que propone Joffé en Encontrarás dragones, y el héroe que elige para enfrentarse a esos dragones es un joven Josemaría Escrivá. El director, agnóstico confeso, nunca ha ocultado su fascinación por el humanismo cristiano (como ya demostró en La Misión o en La ciudad de la alegría), y la historia del fundador del Opus Dei le atrajo desde el primer momento: "Lo que me gustó de Josemaría es su convicción de que para ser santo no tienes que retirarte en un convento ni ser cura, sino que es algo a lo que puede llegar cualquiera. Esto me parece hermoso". A través de los ojos de Robert, el periodista que investiga las vivencias de su padre y el joven sacerdote durante nuestra contienda civil, el director, guionista y coproductor de Encontrarás dragones nos cuenta una historia de personas, sin clichés ideológicos o religiosos. Una aproximación a Escrivá como ser humano, sin intención de ensalzarlo ni mimetizarlo. "Esta película es mi compromiso, mi historia, no han cambiado nada. Y creo que he sido honesto. Soy independiente", se defiende Roland Joffé ante las insinuaciones de presunto dirigismo por parte del Opus Dei.
    Desde luego, quien quiera ver en esta obra la mano "oscura y tenebrosa" de la otra Obra, el Opus Dei, se va a llevar una gran decepción. No hay dogmatismo, no hay maniqueísmo, no hay intrusismo del Opus Dei ni de la Iglesia ni de Rouco ni de nadie que no sea Roland Joffé y su maestría cinematográfica. Aunque, eso sí (y para variar), los católicos no son los malos malísimos de la película.

Aparte de la intencionalidad humanística y espiritual, Encontrarás dragones trata también el tema de la guerra civil, y como toda guerra saca a relucir lo mejor y lo peor de los seres humanos: los celos, las dudas, el miedo, el fanatismo; pero también el amor y la redención, el valor y la dignidad; y, por encima de todo, la reconciliación. Porque Encontrarás dragones es una gran historia de perdón. Perdón entre enemigos que antes fueron amigos; perdón entre padre e hijo tras toda una vida enfrentados; perdón entre hermanos que se mataron unos a otros; perdón de cada uno hacia sí mismo. "Cuando perdonas, liberas a alguien", nos enseña Escrivá.
    Y esta será otra gran decepción para los que quieran ver, como siempre, una reescritura de nuestra Historia (reescrita con la zurda) con sus santos republicanos y sus demonios nacionales. No es una película de guerra ni de denuncia, como sí lo fue, por ejemplo, la obra maestra de Joffé Los gritos del silencio ("El viento trae susurros de miedo y odio. La guerra ha matado el amor"); aquí, la guerra no es protagonista, sino escenario. Y los dragones que hay que combatir no son los Jemeres Rojos ("Nos dicen que Dios ha muerto y que ahora el partido que llaman la Angka cuidará de nosotros"), sino los propios demonios interiores: "Tendréis que hacer frente a muchos tipos de dragones" les advierte la niñera (Geraldin Chaplin) a los dos amigos, cuando niños.

Buen cine, desde luego, con un mensaje universal que calará hondo; y buen entretenimiento también, hecho con talento y ritmo, lleno de espectaculares escenas bélicas, de pasiones y celos, de intriga, de profunda humanidad. Tres historias conmovedoras que se cruzan entre el presente y el pasado: la del niño Josemaría y su amigo Manolo; la del perseguido fundador del Opus Dei en su huida de la guerra y el espía Manuel Torres (inmenso el actor Wes Bentley), torturado por los celos y la culpa; la del hijo que no tuvo padre ("Mi padre tenía más coches, más casas, más dinero, pero Josemaría tenía más padre") y el padre que perdió a su hijo; y que, justo antes de morir, se reencuentra con él, con su amigo y con Dios. Tres historias de tres hombres que tienen que hacer frente a sus dragones, sin olvidar que los más peligrosos son aquellos que llevamos dentro.

    Encontrarás dragones es, en fin, no sólo una magnífica película, sino una película necesaria (especialmente en estos tiempos de anticatolicismo radical disfrazado de laicismo). Por su espíritu de reconciliación, por su mensaje de tolerancia, por su retrato del ser humano, por su interpretación de lo que significa amar a Dios y al prójimo más que a uno mismo. Una obra que hay que ver y recomendar porque, con seguridad, nos ayudará a vencer a muchos dragones.

lunes, 21 de marzo de 2011

Del tsunami a txusito pasando por el infierno

«La proporción entre la obra humana y la naturaleza es la misma que media entre el hombre y Dios». Este sabio pensamiento que nos dejó el grandísimo Leonardo da Vinci (un humano que nunca se rindió ante las limitaciones humanas) resume certeramente los efectos devastadores, en muchos sentidos, del terremoto-tsunami japonés. La primera reflexión, en efecto, es lo pequeños que somos frente al poder y la imprevisibilidad de la Naturaleza. Hormiguitas indefensas. Por si alguno (que los hay) seguía creyéndose el ombligo del Universo, el salvaje temblor de Japón le ha tenido que derribar de un plumazo los pilares de su ego y arrasar su desfasada idea de que el Hombre es dios. No importa lo que hagamos, lo que inventemos, lo que construyamos, lo que tratemos de prever para protegernos, para sentirnos fuertes y seguros: la Naturaleza, o Dios, nos volverá a poner siempre en nuestro sitio, en nuestra verdadera dimensión. Hormiguitas. Con alma, con razón, con enormes capacidades para hacer cosas buenas, y malas, pero hormiguitas.
    La segunda reflexión a la que me ha arrastrado el tsunami de Japón es la admiración que produce el pueblo japonés. Su comportamiento cívico, su disciplina, su sentido del deber y del orden, su solidaridad, su pragmatismo. Dentro del shock gigantesto, han sabido estar en su sitio, actuar como deben y empezar a andar en lugar de lamerse las heridas. Ejemplar en todos los sentidos. Lo ha resumido maravillosamente el genio Mingote: «Dentro de la catástrofe, Japón tiene la buena suerte de estar poblada de japoneses». Aquí… en fin, no quiero ni imaginarme cómo reaccionaríamos aquí si a 10.424 kilómetros (metro más o menos, por lo del desplazamiento) ya estamos repartiendo pastillas de yodo. Desde luego, más gilipollas no se puede ser.
   La tercera reflexión es la miseria y la hipocresía de los europeos en general, y del alemán apocagilipolíptico ése en particular, que en lugar de volcarse en ayudar a los cientos de miles de japoneses afectados, nos preocupamos de cómo afectará a nuestro ombligo. Reabrimos el debate sobre las “¿Nucleares? No, gracias” y abrimos de par en par las puertas del apocalipsis con un sentido del oportunismo y del catastrofismo rayano en la esquizofrenia. O en la hijaputez. Y mientras aquí besugueamos entre galgos y podencos, nuestros odiados primos americanos llevan desde el día uno aportando ayuda real (o sea, hechos, no metáforas) a sus antaño enemigos. Otro ejemplo más. En España, ya sabemos, pastillas de yodo. Por cierto, ¿saben en Garoña que al otro lado de los Pirineos tenemos 58 reactores nucleares (de los que aquí mamamos a boca llena)? ¿No deberíamos exportar pastillas de yodo para los 62.616.488 infelices gabachos que están a punto de sufrir 58 chernobils?

Esta semana también nos hemos levantado cada mañana con el debate libio. Hemos ido pasando del “¿Intervención? No, gracias” (ya saben, el fantasma de Irak) al “¿Intervención? Sí, ¡por favor!”. Lo que pasa es que en el mientras tanto, el ex amigo Gadafi se ha fulminado a unos cuantos miles de compatriotas en su camino “Atila style” hacia Bengasi. ¿Más que el tsunami japonés? Probablemente. Quizá algún día se sepa, cuando se empiecen a descubrir huesos desperdigados por las áridas arenas del desierto. La cosa es que ha sido Ohbama! (que cada día se comporta más a lo Bush, el muy…) quien ha pedido algo más que una especie de huelga de controladores a lo libio; ya saben, lo de la exclusión aérea. Y parece que ha colado, y el Consejo de Seguridad de la ONU (Francia incluida, esta vez sí; ellos sabrán) ha dado el visto bueno a la intervención militar. Cosa que al ex amigo Gadafi no le ha hecho ni un poquito de gracia y anda por ahí rabioso, ladrando que «Occidente no tendrá paz, nunca más», y que si es atacado convertirá la vida del mundo (¡del mundo!) en «un infierno». ¡Joder, esto sí que es el apocalipsis! Pues nada, ya saben los “invasores”: muerto el perro se acabó la rabia.
    ¿Y los españoles del “no a la guerra”? Pues de gira contra Israel. ¿Y los gobernantes del “no a la guerra”? Pues poniéndole la alfombra roja a Ohbama! en nuestras bases y en nuestros portaaviones. Y ya veremos si, además de la alfombra, Mister Paz y sus ministras afectadas (Karma y Moratrini) envían también tropas a la no-guerra de Libia. Total, lo de cambiar los principios estilo Groucho a éstos se les da tan bien como cambiar la Historia (lo hemos visto otra vez en “Cuéntame cómo (no) pasó”, donde resulta que no fueron los GRAPO quienes volaron la cafetería California 47 en el 79, sino los fachas. Rigor histórico se llama eso. O rigor mortis... de la verdad).

Y para terminar, la historia de nunca acabar. O sea, ETA. Esta semana tenemos a Txusito y a Patxi jugando al mus con el affaire Sortu. Pasándose señas falsas y haciendo trampas con las cartas, los amarrakos, las palabras, los principios, la dignidad y las vidas de la gente. ¡Hay que ver, qué chicos estos! Dice Patxi que no quiere que le den lecciones desde 500 o 1000 kilómetros de distancia. ¿Y se ha preguntado cuántos vascos y vascas han tenido que desplazarse a 500 o 1000 kilómetros de su caserío porque los amigos de Sortu y de Txusito les querían dar la última lección de patriotismo, con bala en vez de boli? Dice que «los que estamos allí día a día, yendo a los ayuntamientos y arriesgando la vida por defender la paz, la democracia, la Constitución y el Estatuto, somos los socialistas vascos y los miembros del PP vasco». Cierto. Pero con las bombas que fabrica ETA gracias al dinero recaudado en sus ayuntamientos (anv ahora o sortu mañana), asesinan en toda España y parte del extranjero. Pero nada, vosotros seguid con vuestra partida. Creo que Txusito ha pasado seña de “juego”. ¿O era ¡fuego!”?


viernes, 11 de marzo de 2011

La alucinancia de Zapatero no tiene precio

Cuentan las crónicas que hubo un sujeto en Pamplona que gustaba de correr el Encierro a su manera, que consistía en hacerlo en sentido contrario, es decir, en vez de delante de los toros, contra ellos. ¿Un loco? ¿Un suicida? ¡No! ¡Un innovador! ¡Un sabio! Porque al verlo venir corriendo a toda velocidad, las bestias se apartaban y le dejaban pasar entre cuerno y cuerno sin provocarle un solo rasguño. Así sucedió durante años, hasta que un intolerante Gobernador Civil decretó que el innovador e incomprendido sujeto pasara las horas de Encierro en comisaría.

Algo así sucede con el innovador e incomprendido presidente que gobierna esta encerrona nuestra antes conocida como España. Y es que si nos metemos mucho con José Luis Rodríguez, alias Zapatero, es sólo porque nuestro raciocinio humano y limitado no llega a entender, siquiera atisbar, la inmensidad de su pensamiento ilimitado e inabarcable. Esa luminiscencia restallante de inteligencia, ciencia, paziencia y conciencia que emana de su sonrisa inmaterial y de su cerebro insustancial es, lisa y llanamente, algo superior a nosotros, pobres ciudadanos ignaros y mortales. Simplemente, quedamos cegados por sobreexposición a su alucinancia; como lo de Kun-fu Panda, pero a lo bestia. En plan deidad, vamos.

No entendemos que la prohibición de fumar, la prohibición de los toros, la prohibición de parir, la prohibición de comer donuts, la prohibición de jugar a las muñecas, la prohibición de bajarse pelis y música, la prohibición de rotular en español, la prohibición de iluminar, la prohibición de gastar, la prohibición de criticar, la prohibición de rezar, la prohibición de pensar, la prohibición de elegir, la prohibición de trabajar… y las prohibiciones que vengan de aquí a 2012, son todas ellas medidas de ahorro integradas en un inteligente Plan Divino de Ahorro Estratégico Superior y Sostenible a Corto, Medio, Largo y Eterno Plazo, perfectamente estudiado, analizado, meditado, estructurado y desarrollado, que los ciudadanos de a pie, ignorantes mortales, no llegamos a comprender. Por eso (mal)pensamos que son una ristra de ocurrencias sin pies ni (sobre todo) cabeza, resultado tontuno de un think tank de balbucientes infantes escogidos, eso sí, de entre las más prestigiosas guarderías de España y parte del extranjero.

De entre todas estas medidas incomprendidas, la más incomprendida es, tal vez, la prohibición de conducir a más de 110 kilómetros por hora en autopistas y autovías, para ahorrar tres euros y medio del PIB (y gastar unos cientos de miles) de aquí a junio. Y claro, como no comprendemos, protestamos; y decimos cosas como que en un viaje yo ahorro bastante más a 140 km/h en sexta que a 110 km/h en quinta o cuarta; o que si es más peligroso adelantar a esa no-velocidad a un camión de 15 metros de eslora; o que si el 99,9 por ciento de mi gasto en gasolina se produce en atascos urbanos… y otras injustificadas excusas y desagradecidas críticas. Y es que, una vez más, la iluminancia inmarcesible de José Luis Rodríguez, alias Zapatero, se nos escapa a los enanos intelectuales como usted y como yo, que no compartimos ese don. Bueno, hasta ahora. Porque mis ojos han vislumbrado la luz. Mi minúsculo cerebro, mi intelecto infinitesimal ha comprendido, al fin, el verdadero alcance del Plan Divino de Ahorro Estratégico Superior y Sostenible a Corto, Medio, Largo y Eterno Plazo. ¡He visto la alucinancia, aleluuuya!

La cosa está tan clara que asusta. Y la clave no es otra que la huelga de AENA. Sí, sí, la huelga de 22 días que planean estos terráqueos trabajadores aéreos tan simpáticos es parte esencial del Plan Divino etcétera de la luminiscencia presidencial. Me explico: vacaciones = pasta, y si se viaja en avión, más (o sea, vacaciones + avión = más pasta); así que si los españoles no vuelan en Semana Santa, se ahorran un pastón; y si deciden ir en coche, a pesar de todo, como van a 110 por hora, pues siguen ahorrando. ¿Y los extranjeros que vengan a visitar este país nuestro que vive del turismo y que este año serán muchos más aprovechando las revueltas norteafricanas? Pues que vengan en coche, a 110 ahorrarán un turrón y así contribuimos a levantar también Europa; y en el caso de que se empeñen en viajar en avión, no problem: como las autovías y autopistas quedarán vacías de coches, las pueden utilizar los aviones, así, a 110 por hora gastarán muchísimo menos queroseno que si volaran a 910 por hora, que es una velocidad prohibitiva y despilfarradora. Y además cuidan el medio ambiente, el ozono y el calentamiento global. ¿A que es genial?

Pues eso, que ya verán como el Gobierno no declara el estado de alarma durante los 22 días de huelga salvaje porque, sencillamente, todo forma parte de una estrategia multiahorradora (el Plan Divino ése), sublime en su propia sencillez; pura alucinancia, oiga. Y luego decimos que improvisan.

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martes, 1 de marzo de 2011

Españoles Ejemplares

El pasado jueves asistí a la entrega los premios Españoles Ejemplares que otorga la Fundación DENAES desde hace cuatro años. Para aquellos que no conozcan de qué va la Fundación que creó y preside Santiago Abascal (ex diputado vasco del PP, lo que es sinónimo de amenazado, valiente y comprometido), sólo apuntar que su único objetivo es defender los valores cívicos, la Constitución y el patriotismo bien entendido, de cualquier afiliación o desafiliación política, en esta España nuestra cada vez más irreconocible y destartalada; y, para tener un poquito de presencia en nuestros medios cada vez menos ejemplares, todos los años elige y premia a los españoles ejemplares que hayan destacado por su ejemplar españolidad. Entre ellos, gentes de izquierdas y de derechas, artistas y deportistas, políticos y empresarios, periodistas y publicitarios, programas de TV y unas cuantas víctimas del totalitarismo nacionalista, catalán y vasco indistintamente. Unos premios que, como afirmó Santiago Abascal en la ceremonia, "van, poco a poco, consolidándose como una referencia entre todos aquellos que apostamos por el proyecto común de España; estos premios nos permiten descubrir y apreciar con alegría, en numerosas personas e instituciones, aquello que entendemos por patriotismo; un patriotismo reflexivo que hace sentir un orgullo cabal por el pasado y presente de nuestro país". Algo que, desgraciadamente, para muchos españoles resulta incómodo, improcedente e incluso indefendible.

No, desde luego, para los tres españoles ejemplares premiados en esta edición: el seleccionador nacional Vicente del Bosque ("lo único que pretendíamos era representar a nuestro país con naturalidad y dar ejemplo a nuestros jóvenes con humildad, modestia y unión"); el pintor y escultor vasco Agustín Ibarrola (un eterno luchador por la libertad que, por cuestiones de salud, no pudo asistir pero nos dejó un emotivo vídeo de agradecimiento) y el diario El Mundo, por su defensa de "la memoria, la dignidad y la justicia para las víctimas del terrorismo". Sus nombres de unen a los de José María del Nido, Albert Boadella, Carlos Sainz, Regina Otaola, Nike (por aquel spot en el que Paul Gasol afirmaba que "ser español ya no es una excusa"), Carlos Herrera o la ciudad de Santander, entre otros españoles sin complejos y sin excusas que han sido premiados por Fundación DENAES en anteriores ediciones.

Pero aparte de los premiados, actuales y pasados, asistieron a la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol otros españoles ejemplares, comprometidos y valientes, como Fernando García de Cortázar, Daniel Portero, Alejo Vidal-Quadras, Regina Otaola, Amando de Miguel, Emilio Butragueño, Iñaki Arteta y un largo etcétera; y, muy especialmente, José Antonio Ortega Lara. Sonriente, amable, respondiendo a cada saludo, a cada foto, con humildad y agradecimiento; él, que probablemente sea el español que más haya sufrido el odio, la tortura y la bestialidad de ETA, enterrado vivo durante 532 días, y que no esconde en su corazón deseo de venganza sino de justicia, como las miles de víctimas y familiares que la serpiente etarra ha dejado en su sinuoso y sangriento reptar a lo largo de 50 años.

Hubo también otros muchos españoles ejemplares que no estuvieron presentes en el acto, pero sí lo estuvieron de corazón. Como es el caso de Esperanza Aguirre, ausente anfitriona, que cada vez que su nombre era mencionado (y lo fue en muchas ocasiones) arrancaba el aplauso espontáneo y admirativo de los 300 que allí nos encontrábamos. O como es el caso de las víctimas de la barbarie etarra; esos miles de españoles ejemplares que, una vez más, reclamarán memoria, dignidad y justicia ante la nueva vergüenza que se perfila con la enésima trampa electoral de ETA, alias Sortu; y lo harán como hacen siempre, en pacífico y clamoroso silencio. La cita será el 9 de abril. Ojalá estemos todos. Necesitan que les arropemos y les demostremos que su dolor no es en vano, que los demás españoles somos capaces de agradecer su comportamiento absolutamente ejemplar.


miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Qué es ultraderecha? ¿Y tú me lo preguntas? Ultraderecha… eres tú.

Este fin de semana, la tal Montserrat Tura (candidata barrida por Jordi Hereu en las primarias del PSC por la  Alcaldía de Barcelona), ha ejercido una nueva demostración de ese "juego limpio" que ahora propugna el siempre transparente Rubalcaba en la lucha dialéctica del PSOE contra el PP. Ha dicho la susodicha Tura que el verdadero enemigo en las próximas municipales es "el nacionalismo conservador y la derecha cada vez más extrema del PP". O sea, nada nuevo. Ya se anunció en este mismo Malecón hace unos meses:
    «La estrategia es así de simple: no se imaginan la de miles de veces que vamos a escuchar, de aquí a 2012, la palabra-consigna facha, fascista, extrema derecha, caverna, cinturón sanitario, derechona, falangistas, hijos de puta, asesinos y demás calificativos sin importancia. (…) Ya lo decía, en 1943, el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética: "Nuestros camaradas y miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente"».

Era algo tan previsible que, la verdad, decepcionaría no escucharlo cada día, cada hora, en cada mitin, en cada rueda de prensa o en cada entrevista-masaje en radio o televisión. Rubalcaba, Alonso, Chaves, Pepiño, Pajín, Wyoming, Buenafuente, Trueba... todos a una. De aquí a las Municipales, y sobre todo a las Generales, lo vamos a tener tan incrustado en las neuronas que algunos votantes y votantas hasta se lo van a creer. La excusa es lo de menos: ¿Fumas? ¡Facha!; ¿No dices todos y todas, candidatos y candidatas, mejores y mejoras (esto es verdad, lo juro)? ¡Fascista y machista!; ¿Dejas que tu hijo juegue al fútbol, aunque sea de portero? ¡Extrema derecha!; ¿Pasas de ir a ver Pa Negre porque te parece un coñazo? ¡Ultranacionalista español!; ¿Te bajas gratis canciones de Víctor Manuel? ¡Fascista pirata y ladrón! ¿Comes faisán en salsa? ¡Ultra y traidor a la patria!; ¿Vas a Misa los domingos y fiestas de guardar? ¡Cavernícola y pederasta! ¿Te borras del sindicato porque llevas un año en el paro y no hacen nada por ti? ¡Cerdo capitalista y además desagradecido! ¿Prefieres ver un capítulo repetido de "Madrileños por el mundo" que uno nuevo de "14 de Abril. La República"? ¡Pues doblemente facha, por esperanzista! ¿Ves diariamente los Clones de Intereconomía, y hasta te echas unas risas y alivias el estrés? ¡Ultraderechista crónico y homófobo irredento! ¿Lees asiduamente El Semanal Digital y encima ignoras qué carajo es elplural.es? ¡Fascista, asesino, malnacido y ultraignorante!

Pero el récord, por ahora, lo ostenta con dudoso honor una tal Beatriz Sestayo, diputada gallega ella y portavoz de Servicios Sociales del PSG, que ha tenido los c… bueno, que ha tenido la desfachatez de exigir la retirada de una norma de la Xunta en apoyo a las familias por fomentar "el modelo familiar de la ultraderecha" y además "reproduce el discurso de la Conferencia Episcopal: que las mujeres están aquí para parir y, si tienen suerte, podrán trabajar". Y por si quedaban dudas, calificó estas políticas de "predemocráticas" y esta concepción de familia de "rancia y retrógrada" y que la Xunta busca que el papel de la mujer sea únicamente el de "reproductora y para cuidar mayores".  ¡Con un par!
O sea, apoyar a las familias, a las mujeres embarazadas (solteras o casadas), a los mayores, a los niños (nacidos o no) y a los discapacitados, facilitar la adopción y la conciliación laboral es… ultraderechista, predemocrático, rancio, retrógrado, machista y esclavista. Pues vale.

Si no fuera porque tenemos las tasas de natalidad más bajas del mundo mundial, que tiembla el relevo generacional, que hemos invertido la pirámide de población y que esto se parece cada vez más a la China Comunista (no a la Capitalista de hoy, que esa mola un montón; ¿verdad, Pepiño, que ahora inauguras tiendas de chinos además de AVES?), si no estuviera en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos, además de nuestra ética y nuestro sentido común, y el mínimo respeto a la vida, sería incluso gracioso, por lo absurdo, por lo estúpido y por lo increíblemente sectario. Y si tenemos en cuenta que la familia, en estos tiempos de millones de parados, ha demostrado ser el mejor centro de acogida, la mejor guardería, el mejor banco, el mejor hospital, el mejor comedor social y, si me apuran, el mejor gabinete psicólogo, pues los comentarios de la señora o señorita Beatriz Sestayo son, cuando menos, tremendamente injusto.

Pero estamos en periodo electoral y el PSOE se la juega como no se la ha jugado nunca. Y claro, a falta de argumentos, vuelven el famoso doberman y aquel manoseado "¡que viene la derecha!", ahora transmutado en "ultraderechista el que se mueva". Pues nada, para que vean que los ultraderechistas no somos rencorosos (sí, soy ultraderechista: tengo tres hijos y tan feliz; y mi mujer, que es más ultraderechista que yo, querría ir a por el cuarto… pero el sueldo, que no es nada ultraderechista, nos lo niega), me despido con una romántica rima de Bécquer, en versión electoral. Dedicada a todos y todas los y las que, de aquí a las elecciones, vamos a ser tachados y tachadas de todo y toda menos de guapos y guapas.

¿Qué es ultraderecha? dices mientras clavas en mi pupila roja tu pupila azul. ¿Qué es ultraderecha? ¿Y tú me lo preguntas? Ultraderecha… eres tú.
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jueves, 10 de febrero de 2011

Hay que ser rastrero


Felipe González fue a la SER, cadena amiga y cómplice de asuntos sucios, para soltar sus sobradas habituales desde la presunta impunidad de su condición de “ex” de unas cuantas cosas. Entre gracieta y gracieta soltó, escupió, una bajeza que incluso para él resulta más rastrera de lo habitual. Su odio a Jaime Mayor Oreja es tan profundo y tan endémico que raya en lo enfermizo. Lo acusó necesitar la existencia de ETA para vivir, de tener “una especie de terror al vacío de que no haya ETA”, ya que eso le dejaría sin discurso político; y la insistencia del ex Ministro de Interior en hablar de contactos y negociaciones entre Gobierno y ETA el ex presidente González, alias Mister X, lo consideró algo "verdaderamente salvaje". Y añadió, por si las dudas, que Mayor Oreja tiene la mente “un poco perturbada” y que no quiere que desaparezca el fenómeno del terrorismo. Tal cual. Y como para hacerle compañía, o la pelota, o lo que sea a su exproletario y neomillonario exjefe, Marcelino Iglesias apunta con su gracejo habitual que "da la sensación permanente de que (Mayor Oreja) necesita a ETA para existir y salir en los medios".

Pues mire, don Marcelino, Jaime Mayor Oreja existe a pesar de ETA, mal que le pese a usted. Y mire, señor X, si hay alguien que quiera con todas sus fuerzas que ETA desaparezca de la faz de la Tierra, ése es Jaime Mayor Oreja. Será porque lleva décadas en el punto de mira de los asesinos, él y su familia; será porque ya se han cargado a infinidad de amigos y compañeros; será porque no se cansa de denunciar la verdad sobre la serpiente, esa verdad que sabemos todos pero unos callan, otros disimulan y los de siempre negocian.
    Me viene a la memoria una entrevista en la que Mayor Oreja, recordando los tiempos del plomo, esos en los que ETA asesinaba a 100 inocentes cada año y luego se recochineaba de los muertos (“¡devuelve la bala!”), mostraba a cámara una foto que tenía sobre la mesa de su despacho, en la que aparecía él con 8 o 10 compañeros de partido… todos asesinados por ETA. Uno detrás de otro. Todos menos él. Y no será porque los etarras no lo hayan deseado con toda su rabia y todas sus ganas.

Por eso, cuando el presidente de los GAL, de Roldán, de los fondos reservados, de las cloacas de Interior y del CESID, el mismo que reconoció que pudo acabar con la cúpula de ETA y no lo hizo, cuando Mister X González escupe que Jaime Mayor Oreja (que cuenta sus muertos por decenas) vive por y para la existencia de ETA, lo único que hace es ponerse a la altura rastrera de la serpiente. Con su fiel Marcelino al lado.

Decir esa barbaridad de Mayor Oreja, además de canalla y miserable cinismo, es tan injusto como decirle a Irene Villa que se aprovecha de su mutilación para hacerse publicidad; o a la viuda de Goyo Ordóñez que la culpa fue suya por ir provocando; o a Mayte Pagaza que deje de dar la tabarra con lo de su hermano para salir en los medios; o a Rubén Múgica que se olvide ya de su padre, coño, que no es para tanto… que a Zapatero le mataron a un abuelo que no conoció y no va llorándolo por las esquinas, o sí, pero lo suyo está justificado.

En fin, que lo que de verdad les pica, lo que les come y carcome y reconcome por dentro, en lo más hondo de sus oscuras almas, es que Mayor Oreja tenga toda la razón; y que cada vez que abre la boca diga verdades como puñeteros puños; y que cada vez que denuncia que el Gobierno de Mister Paz no ha dejado de negociar con ETA en ningún momento (¡ese Txusito!) y que lo del Faisán apesta a cloaca del Estado y que lo de Herri Batasuna/Euskal Herritarrok/Batasuna/Autodeterminaziorako Bilgunea/Herritarren Zerrenda/Aukera Guztiak/Partido Comunista de las Tierras Vascas/Abertzale Sozialisten Batasuna/Acción Nacionalista Vasca/Demokrazia Hiru Milioi/Iniciativa Internacionalista/Sortu es tan ETA como la propia ETA y que hay que estar siempre (¡siempre!) con las víctimas, sí o sí, y que lo otro es traicionar su memoria y pisotear su dignidad y escupirles a la cara de sus muertos… que todo eso sea verdad verdadera y que Mayor Oreja se lo recuerde cada día, eso es lo que les jode. Y que muchos lo compartamos, incluidos unos cuantos también de su partido. Y eso les jode más. ¡Pues que se jodan!

Señor Mayor Oreja, por favor, no se calle nunca. Gracias.


martes, 1 de febrero de 2011

El bombero, la manguera, la serpiente y el faisán


Entra un tipo en un bar y le dice a otro que estaba en la barra: «Perdone que le haga esta pregunta, ¿es usted bombero». Y el otro responde, sorprendido: «Pues sí. ¿Cómo lo ha adivinado?». «Yo es que soy muy psicólogo, y nada más entrar me he dicho, ‘éste es bombero’. Por su forma de apoyarse en la barra, por su estilo al coger el vaso, e incluso por lo que ha pedido; también por su mirada, que es muy de bombero; y por su tono de voz y por sus rasgos característicos y por su altura, que es la altura típica de bombero. Y también, claro, por las botas, el casco, el uniforme... ¡la manguera!»

Recordando el otro día este chiste, que parece una tontería (y probablemente lo sea, pero es mi chiste favorito desde que me lo contaran una noche tonta allí en mi añorado Zarauz, 30 años ha), no pude evitar pensar en otro bar, el “Faisán”, y cómo quedaría una especie de adaptación al caso; sin pizca de gracia, eso sí. La cosa quedaría más o menos así:

Entra un tipo en el bar Faisán y le dice a otro que estaba en la barra: «Perdone que le haga esta pregunta, ¿es usted la X del chivatazo a ETA?» Y el otro responde, sorprendido: «Pues sí. ¿Cómo lo ha adivinado?». «Yo es que soy muy psicólogo, y nada más entrar me he dicho, ‘éste es la X del chivatazo a ETA’. Por su forma de mover las manos, así en plan maquinador permanente; por su tono de voz pausado y bonachón pero lleno de matices oscuros; por la forma de sus orejas, que parecen diseñadas para captar las escuchas más sutiles; por sus ojillos malévolos y su sonrisa disimuladamente siniestra; por su amplia frente sabia, arrugada y limpia de cabellera, que debe encerrar una inteligencia superior, aunque esté al servicio del mal; por su espalda levemente encorvada, probablemente por el peso de un pasado tenebroso… todo muy de señor X.
    »Y por la negociación con ETA, y el acercamiento de presos y los escandalosos beneficios penitenciarios y porque usted llegó al Ministerio del Interior 15 días antes del chivatazo, y por las conversaciones entre Joseba Elosúa y sus colegas, que desvelan que la "txakurrada" (policías) le había avisado de los seguimientos para "no joder todo el proceso"; y porque en otra conversación Elosúa tranquiliza a los suyos ya que “el Gobierno no va a tocar los cojones" y se felicita por el nombramiento de Rubalcaba, que "ése, ése ya sabes que es blando"; y  porque el hijo de Elosúa reconoce lo mismo sin vergüenza ninguna; y porque las cintas de vídeo del Faisán se cortaban 3 minutos 26 segundos justo en los momentos clave; y porque el juez Garzón, el del GAL, quiso cerrar el caso rechazando los informes periciales por “absolutamente improcedentes”; y porque el Fiscal General del PSOE, Conde Pumpido, pidió que se archivara la investigación porque sí; y porque el Gobierno Zapatero y Rubalcaba, el del GAL y el del 11-M, han cambiado de tema las 30 veces en que han sido preguntados en el Congreso; y porque el principal implicado, el ex director de la Policía Víctor García Hidalgo ahora es miembro del PSE con todos los honores y cuidados; y porque el móvil de Hidalgo tenía una tarjeta prepago activada por Interior, para recibir llamadas de los terroristas; y porque en las actas de negociación con ETA el enviado del Gobierno, Gómez Benítez, dijo a los terroristas que el chivatazo avalaba al Gobierno en la negociación con la banda; y porque los atestados y análisis de centenares de llamadas intervenidas desvelaban la existencia en el Cuerpo de Policía de una red de mando paralela trazada por amistades personales y fidelidades para ocultar la delación; y porque en los minutos previos y posteriores al soplo hay inusuales cruces de llamadas entre Hidalgo, Camacho, Telesforo Rubio (Comisario General de Información) y los policías implicados, situados en las cercanías del bar Faisán.
    »Y porque los agentes de la Policía supieron de la filtración a ETA el mismo día que se produjo, el 4 de mayo de 2006, desvelado por una chicharra (baliza) en el coche del jefe de la trama de extorsión, Joseba Elosúa; y porque los implicados son altos cargos del Cuerpo Superior de Policía del País Vasco, y el Secretario de Estado Antonio Camacho y el ex dirigente del PNV Gorka Agirre (ya fallecido), amigo de Josu Jon Imaz, que en esos momentos se reunía con Zapatero para ofrecerle su apoyo en la negociación con ETA; y porque Elosúa, recaudador de ETA y dueño del bar Faisán, reconoció el soplo desde el primer momento, tras su detención en 2006; y porque el Gobierno lleva 5 años tratando de tapar el asunto, con la complicidad de Garzón y Conde Pumpido, y si no es primero por el juez Grande Marlaska y ahora por el juez Pablo Ruz, que ha reactivado la investigación en contra de la opinión de la Fiscalía, nos habríamos quedado una vez más en la oscura ignorancia, sin saber a ciencia cierta que la orden de avisar a ETA de que se iba a desarrollar una operación policial en el Bar Faisán contra su red de extorsión, mientras el Gobierno de Zapatero negociaba con la banda, partió del propio Ministerio del Interior, dirigido por Pérez Rubalcaba… Ah, y por la manguera».


Y en eso que el tipo se fija en uno que se parecía a Mister Bean, y que que estaba agazapado detrás de la X, y le dice: «Perdone que le haga esta pregunta, ¿es usted la Z del chivatazo a ETA?...»