Ha transcurrido casi un año desde la última derrota del PP en unas elecciones generales. Una derrota triste, y muy decepcionante, porque muchos millones de votantes teníamos la fundada y fundamentada esperanza de que esta vez, sin muertos de por medio, sin Iraks ni Yakolevs, sin Escoriales ni Azores ni Bushes, sin mentiras ni muertes; de que esta vez, con un gobierno incompetente y ridículo, a la cola del mundo mundial, amigo de los enemigos de la civilización, sin ideas ni soluciones para sí mismo, sin experiencia ni luces para nada; de que esta vez sí, por infinitas y muy razonables razones, el PP nos iba a dar una alegría. Cuatro años de Mister Paz era, pensábamos, más de lo que un país medianamente serio y decente podía soportar. Error. Mister Paz volvió a ganar por amplia mayoría y Rajoy volvió a perder por amplio jenesepá.
Ha transcurrido casi un año desde la última derrota del PP, y el PP no levanta cabeza. A pesar de que estamos atravesando la peor crisis institucional, social, moral y, sobre todo, económica desde qué sé yo. Y mira que los españoles aguantamos mecha y olvidamos en lo que arde una ídem, pero cuando nos tocan el bolsillo… ¡ay, cuando nos tocan el bolsillo! Pues no. Ahora ya no. La economía no es la clave, parece ser, porque las encuestas siguen dando empate técnico entre PSOE y PP, que es lo mismo que K.O. técnico del PP. Y es que, la máxima de Clinton («¡The economy, stupid!») que le hizo ganar las elecciones no es válida aquí y ahora; aquí y ahora, ya lo hemos dicho y lo repetimos, es «la comunicación, estúpido». Es lo que ha mantenido a Z en el poder durante 4 años, lo que sigue manteniéndolo un año después y lo que le seguirá menteniendo durante otros tantos o más. ¿Y qué es lo que ha pasado durante este último año para que estemos tumbados sobre la fría lona de la intención de voto, semiinconscientes y con el árbitro contando inmisericorde «¡Uno… dos… tres… cuatro…!», y el PP agarrado a las cuerdas, tratando de levantarse sin aparente éxito? Pues vamos a verlo. De todo se aprende. Y especialmente de los errores, de los ajenos y de los propios. Sobre todo de los propios. Si se reconocen primero, claro. Y en eso estamos: en reconocerlos, uno por uno.
Todo empezó el 14 de marzo de 2008. Fecha aciaga donde las haya. Segunda derrota de Mariano Rajoy frente a Mister Paz. Segundo K.O. Y primer error: no reconocer el K.O. Ya sabemos que tras unas elecciones todos ganan (¡hasta Llamazares!), pero perder contra Z… ¡otra vez! Hasta la “niña de Rajoy” se habría avergonzado, de haber existido (por cierto, vaya chufla lo de la niña). Pero ni Rajoy ni Arenas, en su enésima derrota frente a Chaves, reconocieron su derrota, DERROTA, con mayúsculas; y claro, lo primero para curarse es reconocer que se está enfermo.
Y a partir de ahí, todo es sintomático; los errores se suceden pero nadie llama al médico de cabecera, y mucho menos al especialista. Veamos algunos de ellos:
- Mariano Rajoy decide señalarse a sí mismo como sucesor de sí mismo, porque yo lo valgo; está convencido de que después de perder dos veces, a la tercera va la vencida, y sólo él está llamado a vencer. Los demás hacen que se lo creen, pero se afilan los dientes. Se lanzó un viejo producto desfasado como si fuera nuevo. Y eso, en principio, no cuela.
- Mariano Rajoy se pasa un mes sin dar señales de vida. Y con él, el resto del partido. Según le cuentan al autor de este artículo, Génova parece un castillo fantasma repleto de cabizbajos fantasmas vagando por los pasillos del castillo, sin saber ni opinar ni reaccionar ni vivir. Y el gobierno de Z, desgobernando sin queja ninguna.
- Mariano Rajoy, ejerciendo (una vez más) galleguismo inconveniente, se dedica a jugar a despistar con el futuro equipo de confianza. Más titulares que se ocupan de la tontería y no se ocupan de las tonterías del gobierno Z. Y el votante, en efecto, despistadísimo.
- Comienza el acoso y derribo a María San Gil: menosprecio, burlas soterradas, comentarios/filtraciones, que si toma pastillas, que si depresión, que si “arriba España”, que si sí contamos con ella pero no tanto… en definitiva, desagradecimiento, confusión y muy mala gestión/explicación del affaire. Y María que se va. Y muchos votantes. Comienza la catarsis.
- Y con la renovación llegan los esperados fichajes, los hombres y mujeres que van a salvar al soldado Rajoy y le van a llevar a la victoria. Soraya, Cospedal, Pons, Camps, ¡Arenas!, ¡Trillo! La sorpresa inicial se transforma en incomprensión y finalmente en decepción. Según la ley de la evolución política ¿eran los más aptos? ¿Y Pizarro, por cierto?
- Aparece el primo de Rajoy, y después de decir una verdad como un templo, Rajoy niega a su primo tres veces o más porque le da miedo aparentar estar en contra del nuevo mesías del clima (y del aprovechamiento global). Parece una tontería, pero es sintomático. El error, recular; no tener ideas claras; querer defender lo mismo que el adversario; temer al qué dirán en lugar de decir lo que uno piensa, bien clarito, y defenderlo sin complejos. Oséase, CONFIANZA EN UNO MISMO. Y eso, en un líder, no es una tontería.
- Congreso de Valencia: después del lío de las primarias, que tan valientemente, tan abiertamente y con tanto sentido democrático propusieron Henríquez de Luna y compañía, el nuevo-viejo PP hace piña consigo mismo y todos a una, no sea que nos muevan de la silla, aclaman con fervor al nuevo-viejo candidato-presidente, promesa donde las haya. La noticia, una vez más, fueron las luchas intestinas. Una vez más, comunicación fallida.
- Guerra Esperanza-Gallardón. La II Guerra Mundial tuvo menos titulares en los periódicos alemanes y británicos juntos. De verdad, ¿no podían pelearse en casa, sin micrófonos ni taquígrafos y con unos guantes de boxeo? Y su Presidente, ¿no debería poner un poco de orden en casa, dejarles sin postre o sin cine o darles un cachete bien dado, aunque sea delito? ¿No se dan cuenta del daño que hacen, se hacen y nos hacen? ¡Serán… políticos!
- Verano. Crisis sí, crisis no. Desaceleración, aceleración. Problemática coyuntural, coyuntura problemática. ¿Y la oposición? De vacaciones. ¿Y la comunicación? Con la oposición.
- Pedro Crespo y los tontos de los cojones: o cómo desperdiciar unidad y determinación en asuntos tan… tontos. Reacción sí, pero no tan desmesurada. La imagen que dieron no fue de defensa de sus votantes, sino de intransigencia por una calentada en un contexto ardiente. Y, por cierto, sí se echó de menos tanta contundencia para otros asuntos más transcendentes.
- Pons y sus declaraciones sobre la reina católica de 70 años, ahora sí por la mañana, ahora no por la tarde, que si portavoz, que si persona, que si ¿el aborto?... ejem, cosas de viejas. ¿Y ésta es la voz del partido?
- Mayor Oreja, flamante candidato a las Elecciones Europeas. ¿Flamante? Con una presentación tan apagada en fecha tan opaca, no me extraña que a los dos días el propio Rajoy se olvidara de mencionarle en su rueda de prensa. Y lo de moderar su discurso ¿no es como afirmar que el discurso de Mayor no es moderado? Y eso, ¿no es dar la razón al enemigo?
- La foto bomba-trampa de Soraya. Lo peor no fue la foto en sí, que no dejaba de ser un mero reportaje para un dominical (sibilinamente sobreexplotado por Pedro J, eso sí), sino la falta de apoyo de los suyos, las declaraciones de Cospedal y, lo peor de lo peor, la comparación y rectificación de Rajoy con la foto de las ministras Vogue, envueltas en pieles sobre la escalera de la Moncloa (lugar institucional donde los haya) y, además, en día de trabajo (que pagamos todos). Otra vez reculando contra su partido en lugar de defender a su equipo y, de paso, sus propias opiniones.
- Amago de lapidación de Montserrat Nebrera, por una falta tan grave como meterse con el acento de Maleni. Arenas, arduo defensor de los andaluces con acento y eterno opositor a gobernarlos, pide la cabeza de Nebrera en lugar de pedir la de Maleni, por mala, por chula y por ridiculizar permanentemente a los andaluces. Por cierto, Arenas no pidió la cabeza de Ana Mato cuando llamó a los niños andaluces “analfabetos”.
- Caso Víctor Gago: o cómo un comentario en un programa de radio minoritario, aunque extraordinario (Los Últimos de Filipinas), olvidado al día siguiente (el comentario, no el programa), se convierte en un acoso y derribo a un periodista honrado y, de paso, moviliza a miles de personas en Internet y a programas de TV y radio de gran audiencia en su defensa. Un puntazo para la directora de comunicación de Rajoy. Gran profesional.
- Guerra a UPyD. Ven como enemiga a quien podía ser su aliada, en lugar de preguntarse por qué se les escapan tantos votos en esa dirección, que no es la suya (¿carisma, poder de convicción, lenguaje directo, ideas claras, empatía, sinceridad…? Sea lo que sea, algo de lo que deberían aprender). Además, demuestran una gran falta de agradecimiento hacia quien les hace la oposición la mayoría de las veces.
- Política POP: Mercedes vende seriedad y tecnología; el SEAT Ibiza vende juerga y rock and roll. Si de repente Mercedes vendiera juerga y rock and roll, y además pintara sus berlinas de colores llamativos, tardaría un año en hacer un ERE salvaje. El PP es símbolo de gestión, de eficacia, de seriedad, de confianza en determinados valores; no significa que deban ser antipáticos (Mercedes puede hacer campañas con humor y empatía), pero si se alejan de su posicionamiento, la política POP no será más que el sonido de una pompa de jabón al desvanecerse. Lo que tienen que hacer es venderse mejor, no poner a pinchar al DJ Mariano una música que no conoce, ni controla, ni le pega.
- Campaña de Basagoiti 2.0 ¡Ya en internet!. La manía enfermiza del PP de no ponerse en manos de profesionales de la comunicación en general, y de internet 2.0 en particular, ha llevado al candidato a Lehendakari a hacer el ridículo en su colorista web. Tal como suena. Un facebook con un solo amigo, él mismo; plagio del despacho virtual de su jefe, del logotipo de la web de Cameron, de la entrevista-anuncio de Bill Richardson y… ¡del eslogan de Zapatero!: “Vuelve a creer en la política”. Por supuesto, el ridículo se ha extendido como un viral por la blogosfera. Una risa, oye.
- Caso del espionaje, el contraespionaje y la madre que parió a los espías y a los contraespías. ¿Cómo se puede dar por buena una información publicada a medias y sin pruebas en un diario enemigo, por un periodista marrullero, y poner la venda antes de tener la herida? Otra vez reculando, a la defensiva, pidiendo perdón sin saber siquiera por qué (por si acaso). Y de trasfondo la eterna reyerta madrileña, que ya cansa. ¿Para cuándo el puñetazo en la mesa, señor líder?
- Y ya lo último de lo último: Alicia en el País de las Obamaravillas. La presidenta del PP catalán que reparte 200.000 folletos con su cara pegada a la de Barack Obama, compartiendo sonrisa, liderazgo y titular: “Ilusión”. ¿Pero quién les hace las campañas a esta gente? No, Alicia, no. Por mucho que asocies tu cara a la de Obama, tu sonrisa a la de Obama, tus ilusiones a las de Obama, no vas a molar más ante los catalanes que no te votan. Porque lo que piden tus votantes es que defiendas el bilingüismo, incluso mojándote en la calle; que no participes en la nueva censura política llamada CAC, que es muy malo para la libertad; o que no les hagas el juego a los separatistas utilizando el dominio .cat. No que vayas de Obama por la vida. OK? Y no, Mariano Rajoy tampoco es Obama. Ni tiene por qué serlo.
Porque, señores y señoras del PP, no olvidemos que la gente vota por su identidad, por sus valores, por su idea de la sociedad, de la familia, de la economía; votan por lo que creen y a quienes creen lo mismo que ellos y, sobre todo, a quienes defiendan todo aquello en lo que creen. Y para que esos valores y creencias queden claros ante los ciudadanos, primero hay que tenerlos claros. Y después hay que comunicarlos con claridad. Para eso están los expertos, los profesionales, los especialistas en los diferentes tipos de comunicación, política y no política. Piensen por un momento por qué ustedes no venden ni sus logros y, sin embargo, los mensajes de Rosa Díez llegan y convencen; y piensen por qué cada metedura de pata de Mister Paz, por muy grave que sea, ni siquiera le arruga el traje; y mucho menos la sonrisa.
Y siento llevarle la contraria, señor Moragas. Porque su idea de “incorporar la sonrisa, la música y una energía positiva para acompañar la crítica más eficaz (…) el partido espejo, un partido en el que se mire la gente y se pueda sentir reflejada con naturalidad", ese partido ideal y de ensueño que usted desea y proclama… pues no es real. No es creíble. No cuela. No vende.
En el próximo (y último) capítulo descubriremos algunas claves de la comunicación que pueden ayudar a dar la vuelta a esta guerra. En Publicidad no basta con tener un buen producto, el mejor incluso; si el consumidor no lo sabe, de nada sirve. ¡Pues vamos a hacer que se entere! ¡Y que lo compre!
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4 comentarios:
Y te falta lo del coñazo del desfile que, aunque parezca otra tontería, fue asunto muy grave, porque el año anterior Rajoy reclamaba patriotismo a espuertas. ¡Menuda torpeza!
Muy bien análisis sobre la incomunicación patológica del PP. La gente elige siempre el mal menor, y el PP sólo debe lograr que la gente deteste al PSOE. En España sólo gana el que destruye al contrario, nunca se gana por razones positivas. Felipe Gonzalez ganó después de destruir a Suarez y a Calvo Sotelo (a este lo despachó de un simple papirotazo). Aznar tuvo que bajar a las cloacas del Estado y sacar a flote toda la porquería de Felipe GOnzalez, que iba desde el asesinato, el secuestro, la cal viva, hasta el roba a escala nacional. ZP ganó después de demonizar a Aznar (Prestige, guerra de Irak, cualquier cosa era buena para demonizar a Aznar, hasta la violencia de género era imputada al PP).
Completamente de acuerdo con powermax, yo no voy a votar a Rajoy sólo por lo que se aburre en una tribuna privilegiada al paso de las Fuerzas Armadas que mueren por mi seguridad, mientras los demás mortales observamos el desfile herniándonos con los niños sobre los hombros, en medio del populacho del que me siento orgulloso de formar parte. Ahora me queda una duda, a Rajoy no, pero...¿al PP? ¿Y las Europeas? Pues tampoco, porque no he visto un partido de tontos más tontos que esta panda. El análisis de Pepe lo demuestra. Con la que está cayendo (cuatro millones de parados) y no paran de dar carnaza a esta panda de chulos del PSOE (véase Bermejo, Pepiño, Maleni) que están crecidísimos porque nunca pensaban encontrarse tanto incompetente enfrente.
Una pequeña anotación tío Pepe. Si hubo muertos en la elecciones. Isaías Carrasco. No había que ser Rappel para saber que se iban a cargar a alguien del partido socialista, tal y como había transcurrido la legislatura. Recuerda la actitud de Patxi López llamando poco menos que asesino a Rajoy dos días antes de las elecciones en todas las televisiones.
El PSOE y la izquierda nunca han abandonado la idea revolucionara de la violencia como medio para conseguir o mantenerse el poder. La sangre les da igual. Ejemplos, GAL, ¿11-M?, pactar con terroristas, nueva ley del aborto, próxima eutanasia. El poder es algo superior a ellos, les puede.
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